Apología de la técnica pomodoro

Nunca me cansaré de recomendar esta técnica. Para mí ha sido un antes y un después. Hay especialistas en productividad, como Jeroen Sangers de El Canasto, que dicen que no funciona; pero están equivocados.

La principal crítica suele estar en que corta la concentración y que resulta antinatural o muy rígido el dividir el tiempo en fragmentos fijos de 25 minutos, y que no es eficaz. Estoy de acuerdo es que no resulta natural al principio; pero no en que no sea eficaz. Como mostraremos en este artículo, la pausa es bella.


Pomodoro Technique (illustration)

¿Cuáles son las fortalezas de la técnica pomodoro?

Te permitirá desarrollar una concentración de láser en periodos cortos, pero muy intensos.

La técnica  concuerda con el paradigma del velocista y la preocupación por la gestión de la energía –y no la gestión del tiempo– de Jim Loehr y Tony Schwartz en su libro The Power of Full Engagement (El poder del pleno compromiso) :  la técnica pomodoro prescribe acción intensa en una sucesión de intervalos de tiempo de trabajo seguidos de cortas recuperaciones entre pomodoro y pomodoro; y de pausas más prolongadas  entre serie y serie de pomodoros (habitualmente series de 4 pomodoros cada una).

Además,  armoniza con la idea de David Allen, el autor de Getting Things Done (Organízate con eficacia),  de gestionar la acción en lugar del tiempo y de lograr un equilibro entre foco y perspectiva: concentración intensa en tareas particulares siendo consciente del contexto del trabajo y adaptándose flexiblemente a los cambios. La técnica pomodoro te permite reconsiderar el flujo y dirección de tu trabajo cada 25 minutos. Distingue claramente entre tiempo de ejecución (pomodoro) y tiempo de planificación (antes del pomodoro) y descanso (pausas entre pomodoros). 

También se beneficia del efecto Zeigarnik, tal y como vimos en el Pausa es bella y el  cliffhanger. Lo que en principio parece un anatema –interrumpir el trabajo cuando estás en vena o al borde la inspiración– resulta ser un acicate para retomar el trabajo con energías renovadas. Escritores como Hemingway empleaban esta técnica de dejar el trabajo en un momento interesante. Mucho más peligroso que cortar la inspiración es arriesgarse a morir laboralmente por expiración o cansancio.  

Barrera contra las distracciones

La técnica pomodoro es un método inmejorable de controlar la atención y sirve de barrera contra las distracciones.

Imagina que eres un buceador que quiere explorar el fondo marino, pero que bucea a pulmón abierto. El tiempo que puede permanecer sumergido es corto, cada pocos segundos, a lo sumo uno o dos minutos, has de volver a la superficie. Así actuamos en gran parte de nuestra actividad diaria. Somos interrumpidos en nuestras actividades por algún distractor externo o interno que demanda nuestra atención: notificaciones de correo, llamadas telefónicas, demandas de clientes, jefes y colegas.

Estas interrupciones son a veces de unos pocos segundos, pero suficientes para cortar el ritmo y hacernos perder el hilo de la actividad que teníamos entre manos, con los consiguientes costes de cambio de tarea y el estrés mental que esto supone. Así no podemos sumergirnos mucho en ningún tema.

Cemetary Reef: Sexy Blurry Thing

La multitarea, como sabemos, es un mito; lo que realmente existe es una atención parcial continua en la que vamos pasando de una tarea a otra en intervalos muy cortos de tiempo. Algún estudio para trabajadores de oficina americanos contabilizó una media de una distracción cada 3 minutos. Somos como buceadores a pulmón abierto que continuamente toman, abandonan y retoman sus actividades críticas. El grado de profundidad de pensamiento e inmersión del trabajador del conocimiento en este régimen de trabajo es pequeño.

Pero imagina que tienes bombonas de aire y un traje de buzo:

Buzo

Si fuera así, te puedes sumergir durante mucho más tiempo –quizá horas– y bucear mucho más profundo, con lo que puedes explorar regiones más alejadas del fondo marino con mayor exhaustividad. Pasarías de los contactos rápidos y superficiales a la exploración profunda y prolongada de los temas.

Piensa en los pomodoros como bombonas de aire de 25 minutos –o del tiempo que determines– en el que puedes sumergirte sin distracciones en tus actividades críticas o prioritarias proporcionándolas lo mejor de tu atención y energía.

Distribución y programación de tareas

Otra ventaja de la técnica pomodoro es que permite programar las actividades y asignar tiempos con más precisión y realismo. Empiezas a organizar tu jornada en términos de los pomodoros, o bombonas de aire atencional,  que dispones:

  • Si sabes que durante el día solo tienes 5 o 6 pomodoros (unas 3 horas) para hacer trabajo intelectual de calidad serás más cuidadoso con tu tiempo y asignarás a estos periodos las actividades más críticas para el éxito de tu trabajo.
  • Si dedicas pomodoros a actividades más rutinarias o administrativas, serás consciente de ello, porque en vez de dispersarlas anárquicamente durante el día estarán concentradas en periodos de 25 minutos.

Los pomodoros te hacen más consciente del uso del tiempo y hacen visibles los usos que le damos. Con la técnica pomodoro es mucho más difícil que acabes el día y tras observar escasos avances te preguntes «¿Dónde diablos ha ido mi tiempo?» o «Ya son las dos y se me ha ido la mañana, no sé en qué…».

Te permite ser mucho más realista: sabes que dispones de un número más o menos fijo, pero limitado, de pomodoros diarios y semanales. Puedes presupuestarlos entre todas las actividades y asuntos que demandan tu atención. Pero en vez de poner todas las actividades en tu lista de cosas que hacer –más bien una lista de deseos que una lista de acciones realizables–, solo introduces en tu agenda acciones para las que dispones  de suficientes pomodoros.

El número previsto en pomodoros para distintas actividades es incierto, pero con la práctica –a través de ciclos de planificación y revisión– puedes presupuestar con bastante precisión lo que razonablemente te va a llevar una tarea.

Turno de preguntas

Sospecho que te pueden quedar dudas, reticencias o sientes curiosidad por aspectos concretos de la técnica. En la sección de comentarios me ofrezco a responder a todas ellas.

[Para una descripción exhaustiva de la técnica pomodoro puedes consultar un artículo anterior en Homo Minimus]

Artículos de la serie «pon un tomate en tu vida»(técnica pomodoro):

fire-love-300x205Técnica pomodoro 
Técnica pomodoro y minimalismo existencial
Apología de la técnica pomodoro
Técnica de las cero alternativas
La pausa es bella
La pausa es bella y el cliffhanger
Lo que podemos aprender de Hemingway
Técnica pomodoro y atención plena

27 comentarios sobre “Apología de la técnica pomodoro

  1. Lo mejor que se le puede decir a la gente, es que antes de opinar la pruebe.

    Yo la tengo un poco descuidada y me acuerdo a ratos. Pero me resulta milagrosa.

    Y es tan sencilla de entender y aplicar que la tomas de nuevo sin problema. Como recuperar el presente sin pensar en los errores pasados.

  2. ¿Alguna aplicación «pomodoro» en la que el dispositivo vibre en lugar de pitar, para poder usarlo en lugares públicos?

    1. Sí; conozco un aparato llamado motiveaider, que se puede programar (muy sencillamente) para vibrar cada 25 minutos, en vez de pitar. He escrito un artículo sobre él.

      Puedes llevarlo en el bolsillo o sujeto al cinturón con el enganche que incluye y recibir avisos discretamente.

      Yo lo uso cuando quiero usar la técnica pomodoro y no tengo el computador delante.
      También tiene otra aplicación en la creación de hábitos o rituales: la explico en el artículo señalado.

      1. Gracias por la idea, Anónimo.
        Tienes razón, hay varias aplicaciones de la técnica pomodoro en iPhone, y casi todas tienen avisador por vibración.
        Aquí teneis una reseña de cinco de ellas que combinan diseño minimalista con características suficientes para implantar la técnica pomodoro.

  3. Funciona y, en mi opinión como trabajadora desde casa supone una GRAN diferencia. La diferencia entre a) pasar horas muertas con la actividad laboral sin darte cuenta de dónde se te ha ido el día ni por qué no has tenido tiempo para nada más y b) rendir en el trabajo, dedicar tiempo a hacer ejercicio, a cocinar, al cuidado personal, etc.

  4. Hola homo minimus.

    Una duda: ¿tienes alguna experiencia con alguna de las técnicas de Mark Forster, Autofocus, Superfocus, FV? Me atrae FV por su simplicidad, todo está en una lista y en un algoritmo para procesarla, de Pomodoro me atrae el control de la planificación previa y el feedback que te da.

    Enhorabuena por tu trabajo. Actualmente éste es mi blog preferido.

    1. Gracias por tus comentarios, Antonio. Aunque he oído algo sobre las técnicas que comentas, no tengo experiencia con ellas. Investigaré y quizá ensaye alguna de ellas.
      Hoy en día mi sistema es una mezcla del sistema de 5 grandes rocas semanales de Stephen Covey y las most importan tasks diarias (entre una y tres).
      Por experiencia, sé que tiendo a introducir muchas tareas que termino no haciendo, así que me centro en lo esencial y en lo urgente de manera bastante adaptativa. Las listas de cosas que hacer gigantescas me hacen perder foco y promueven la procrastinación al facilitarme escoger tareas de bajo valor frente a las verdaderamente importantes (y más difíciles).
      Saludos.

    2. A propósito, Antonio. Si no tienes ‘focus’, de Leo Babauta, te lo puedo enviar a tu correo. Lo traduje al español. Es una versión de la productividad extremadamente minimalista. Yo creo que te gustaría, aunque ya te adelanto que es bastante radical.

      1. Lo tengo y, de momento, está a la espera de tener tiempo. También tengo tu ebook «los tres hábitos». Tengo que decir que encuentro que ofrece una práctica muy útil y nada obstrusiva con el día a día. Lo cogí tarde, ahora (10.7.14) estoy hacia el final del tutorial de atención plena, tres meses «de retraso»

        Saludos y gracias

  5. Hola homominimus, soy Antonio otra vez

    Tengo una reflexión.

    Dejar una tarea «colgando en lo mejor» favorece que vuelvas a ella. Luego va bien si quieres defenderte contra el riesgo de que te distraigas con otras cosas. Mencionas en otro sitio el caso de Hemingway. A Hemingway le distraían bastante los daikiris y los martinis. Él decía que nunca mezclaba el alcohol con el trabajo; entonces debía de haber un riesgo, una tensión, ocio-trabajo, martini-novela, y acaso él combatía esta tensión con el «cliff-hanger».

    Pero hay situaciones en que ese riesgo no existe. Depende de las tareas y de las personas.

    No sé si conoces el caso de Terence Tao, un matemático muy ilustre, del que se dice que publica, en promedio, un artículo de investigación cada semana.

    Este hombre lleva muchos proyectos complejos en paralelo. Cuando deja un proyecto no lo deja «en el aire», correría el riesgo de tener que rehacerlo de nuevo al retomarlo, lo deja en un punto más o menos cerrado, un punto donde sea posible retomarlo sin perder información y sin que, mientras está a la espera, ocupe espacio en su cabeza. En su caso, la procrastinación no es un peligro.

    Hay una entrada en su blog, en la que habla de sus ideas tentativas sobre gestión de tiempo:

    http://terrytao.wordpress.com/2008/08/07/on-time-management/

    Viene a decir que su «método» consiste en ser consciente en todo momento de cuál es su nivel de energía y su inclinación durante las próximas horas. Optimizar el uso de su energía. Cuando se siente como para pensar, piensa, cuando no, escribe los detalles de un artículo que tiene a medias, contesta el email, etc.

    Es curioso que con tan poca estructura produzca tanto. Su enorme talento tiene mucho que ver, desde luego.

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