Empezar a las y media o a las en punto

Esta mañana, justo antes de escribir estas letras que estás leyendo ahora, me he pasado veinte minutos viendo páginas web, mirando el correo electrónico y demorando el comienzo de mi pomodoro de escritura diario en este blog. Esto va contra mi regla de Empezar el día sacando, una de las reglas más antiguas e importantes de mi sistema de productividad minimalista.

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‘Eleven Sharp’, por Lia Brown en flickr: https://flic.kr/p/P7HyJ

Cuando lo he advertido, ya había pasado un buen rato desde que me había sentado a trabajar (presuntamente) y he sentido el fastidio de quebrar la regla. Me he dado  cuenta de que durante unos minutos he olvidado la regla de comenzar el día con las cosas importantes, con mis compromisos y obligaciones. El entrenamiento del curso de atención plena me ha hecho más consciente de mis emociones y por eso he sido capaz en tiempo real de observar mi estado emocional sin sobrerreacionar.

He recordado uno de los consejos del Reto de meditación 10×10: no flagelarme por los errores, darme cuenta  de la desviación de mi atención con serenidad, sin amplificar mi descontento, y retomar el rumbo con suavidad.

Y aquí estoy en medio del pomodoro intentando gesticular con palabras pensamientos inconexos y dotarlos de unidad para extraer alguna lección o enseñanza.

Ya he hablado de las líneas rojas (puntos no negociables, límites máximos y mínimos) y su utilidad para evitar pendientes resbaladizas: un minuto para ver el correo se convierte en cinco, y en diez y en veinte. Como siempre se puede demorar el comienzo un minuto más, y como un minuto no supone una gran diferencia en el gran sistema del universo, el comienzo de la actividad incómoda se demora.

Solo escribo cuando estoy inspirado. Afortunadamente, siempre estoy inspirado a las nueve en punto todas las mañanas.

—William Faulkner

Puesto que no tengo un punto exacto donde empezar el pomodoro, este tiende a demorarse, los descansos a hacerse más largos y mi actividad pierde foco. Se me ha ocurrido (¡Gracias Yo Ocurrente[o Inteligencia Generadora]!) que si supiera cuándo empezar exactamente el pomodoro habría una línea roja clara que actuaría como detonante del inicio del pomodoro y evitaría la postergación cotidiana.

La solución está en el título de este artículo: empezar mis pomodoros a las 8.30, 9:00,  9:30, etc.  O a las 16:00, 16:30, 17:00, etc. Exactamente, sin dudas ni demoras. Con eso se acaba el debate interior sobre si empezar ahora o dentro de cinco minutos y reduzco la fricción de la decisión. Como mis pomodoros son de veinticinco minutos, eso me asegura un máximo de cinco minutos entre pomodoro y pomodoro. Sería una buena forma de automatizar el inicio de los pomodoros y de asegurarme que cumplo los descansos entre pomodoro y pomodoro.

No sé si con esta nueva técnica he hecho una muesca en el universo o si simplemente  he añadido una regla más a mi caja del minimalismo robótico.

5 comentarios sobre “Empezar a las y media o a las en punto

  1. La técnica de los pomodoros ( y alguna que otra más que he aprendido en tu blog) me está ayudando a ser más productiva. Faltan exactamente 16 minutos para que den las cuatro, momento en el que empiezo el primero de dos pomodoros que me he marcado todas las tardes entre las 16 y las 17 horas. Para mí es una técnica buenísima. De momento me funciona. Logra subirme la moral y aumentar mi autoconfianza. Me centra y me divierte.
    Un saludo

    1. No, Herman. Esta no es una tarea. No he puesto retos o prácticas en las últimas semanas. Hablo de muchos temas, pero sin prácticas o retos o misiones.
      Pero en el mes de noviembre tengo un mega-reto para todos. Lo explicaré en unos días.
      Saludos.

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