Unidades Permanentes de Atención (UPA’s)

Las Unidades Permanentes de Atención o UPA’s son el conjunto de problemas, inquietudes, episodios inconclusos, acciones no hechas, aplazadas, no resueltas y que quedan en la memoria en forma de recordatorio permanente. Son  como círculos abiertos en nuestra vida, pendientes de cerrar.

 

 

Si tengo varias veces el mismo pensamiento, quiero que tenga utilidad o  que al menos me produzca placer.

–Homo Minimus

Las  UPA’s pueden ser positivas y negativas, según su  funcionalidad y el tipo de  emociones  que traen consigo.

En su vertiente positiva: proyectos en curso, temas de meditación, temas centrales, ideas en proceso de maduración, etc.

En su vertiente negativa: asuntos irresueltos, rumias, pensamientos intrusivos, preocupaciones recurrentes,  asignaturas pendientes, acciones postergadas, cadáveres de la memoria, etc. Están ahí como un enjambre de abejas zumbando, a veces casi imperceptiblemente, y a veces muy agudamente,  y generan interrupciones de origen interno en nuestra vida mental. Son también un input informacional, y son otra categoría de infoxicación, aunque proveniente de nosotros mismos. Son una fuente de fricción importante.

La tipología de las UPA’s negativas es muy amplia, y puede tratarse del síndrome post-traumático de un ex-combatiente del Vietnam que revive escenas de guerra, o algún episodio repetitivo más inofensivo, como el hecho de recordar una y otra vez la llamada incómoda que tengo que hacer a un cliente o la conversación con el jefe que llevo demorando varias semanas.

Suponen una punzada para nuestra calma, una parada de la línea de pensamiento y una sensación en general desagradable. Su característica fundamental es que son repetitivas, aparecen una y otra vez sin que  les demos respuesta o sin saber cómo hacerlo o sin  que  ni siquiera percibamos que necesitan una respuesta.

18 comentarios sobre “Unidades Permanentes de Atención (UPA’s)

  1. Hola, Mini
    gran web minimalista (toma oxímoron)
    Me gustaría aportar la idea de la no resistencia, de asumir esos pensamientos recurrentes sin culparnos por tenerlos. La aceptación no implica rendición ni inacción (si el runrún de la mente nos molesta y miramos a otro lado sin asumir que tenemos un problema ¿cómo lo podremos resolver?), de hecho aporta calma y, acto seguido, podemos extraer de esos pensamientos la información para cerrar el círculo, pues en el problema está la solución. Mucha gente que ha prosperado lo hizo a partir de supuestas «desgracias», de hecho sin ellas no hubieran creado una nueva forma de afrontar la vida.
    Como se recomienda en otra entrada, el hecho de escribir el problema en un papel hace que ordenemos la mente y a la vez lo reducimos a un medio mensurable y menos amenazador. Al menos eso recomendaba un tal Winston Churchill.
    Después se puede recurrir a las preguntas Kaizen, cuestionarnos en una lista los pequeños pasos a dar para solucionar el fregado. Y también toca aprender a hacernos las preguntas, comprendiendo que un mal hábito no se borra, se sustituye. Por ejemplo, en vez de preguntarnos «¿qué pequeño paso, fácil para mí, he de dar para no odiar a este hijo de la gran ****?, lo afrontamos de forma creativa con: «¿qué pequeño paso he de dar para transformar el resentimiento sobre esta persona en algo bueno para ambos?».
    Vamos digo yo.

    Por cierto, sería genial que aportases más información sobre el kaizen.

  2. Gracias por tus comentarios, Strigoiu.
    Tocas un montón de puntos directa e indirectamente así que intentaré aludir a los que me parecen más importantes (elijo 3).
    – Sobre los UPA’s y la «No resistencia»: me parece fundamental lo que dices: el permitirnos tener todo tipo de pensamientos y emociones sin luchar contra ellos. Nuestro Yo observador es consciente de ellos, toma nota sin resistirse y luego hace algo al respecto. La recurrencia suele significar algo; yo aventuro que se trata de un círculo no cerrado o un episodio inconcluso, de ahí que aconseje tomar nota en un papel y convertirlo en una acción lo antes posible. Ver al respecto: https://homominimus.com/2010/06/02/cerrar-los-circulos/
    En todo caso, como tú dices, «no mirar a otro lado». Existe un tipo de terapia de inspiración budista y cognitiva llamada ACT que desarrolla esta idea de una manera muy interesante. Espero hablar de ello también en el futuro.

    – En cuanto al Kaizen, es para mí uno de los principios fundamentales de transformación. Lo toco brevemente en el artículo pero está implícito en casi todas las acciones minimalistas que llevo a cabo y en todos los procesos de cambio personal y autorregulación de los que hablo. Quizá escriba un artículo desarrollando la idea.
    – Por último, me gusta mucho tu idea de las preguntas Kaizen, que son en sí un ejercicio de reformulación del problema y de acción creativa.
    La clave es considerar que cualquier cosa que nos ocurra durante el día es un maestro encubierto que nos quiere enseñar algo. Averiguar qué podemos aprender del altercado con esa persona, de un asunto que nos sale mal, de una frustración personal o de un estado de confusión es un ejercicio de entrenamiento gratuito que nos ofrece el prójimo o las circunstancias.

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