Regla del pago de consumiciones
En lugares como bares y otros establecimientos donde haya opción de pagar antes o después, pago inmediatamente después de que me sirvan la consumición.
Ventajas
- Cierro la operación.
- La operación es más rápida, pues el camarero o dependiente tiene fresca en la memoria la información de la consumición y no tiene que buscarla o necesitar que se la recordemos.
- No tendré que reclamar la atención del camarero o dependiente cuando quiera irme.
- Me entreno en el hábito de la resolutividad: cerrar operaciones simples y de poca relevancia lo antes posible. Tengo la esperanza de transferir esta actitud de cierre o resolutividad a otros asuntos menores como la respuesta de correos electrónicos (en vez de aplazar la respuesta y pasar al siguiente correo). Algo similar pretendía con la regla de los 30 segundos de elección del menú.
- Libero mi memoria de trabajo del asunto pendiente o unidad permanente de atención asociada a la cuenta pendiente. Todo uso de recursos escasos, como la atención o el tiempo, tiene un coste de oportunidad: la mejor acción alternativa que se podría llevar a cabo con los recursos empleados.
- Me lo pienso dos veces antes de hacer una segunda consumición, porque supondrá tener que pedir otra vez la cuenta.
- Soy más consciente de mi consumo, pues a la recompensa (compra del bien) le sigue sin dilación la «multa», la «dolorosa». Eso permite ser más consciente de los gastos y mejorar la autorregulación.
- Quien paga, descansa.
- Si hay un imprevisto y tengo que salir inmediatamente, puedo hacerlo sin demora.
Desventajas
- Que haya consumiciones sucesivas. Sería algo cansado pedir varias cuentas.
- Que no sea la costumbre del lugar.
- Si vas con alguien, puede sentir que tienes prisa aunque no la tengas.
Otros inconvenientes apuntados por @entusiasmado:
- Que al marcharte alguien (quizá ha cambiado el turno de los camareros) no haya visto que pagabas y que tengas que demostrar que lo has hecho.
- Que al saber el camarero la propina que le dejas (o más probablemente la que no le dejas) te dé un peor servicio.
- Si vas a comer algo y vas a tomar café, el café te lo tendrían que traer después de pagar, lo que se haría un poco raro.
Otros posibles inconvenientes serían:
Que al marcharte alguien ( quizá ha cambiado el turno de los camareros) no haya visto que pagabas y que hayas de demostrar que lo has hecho.
Que al saber el camarero la propina que le dejas ( o más probablemente la que no le dejas) te de un peor servicio.
Si vas a comer algo y vas a tomar café el café te lo tendrían que traer después de pagar, lo que se haría un poco raro.
Aún así es una táctica que yo he usado en lugares en los que la atención al cliente es muy lenta y en los que me conocían bien. Así no había problema de que pensaran que me iba sin pagar, y me ahorraba un tiempo considerable.
Un saludo.