La solución es prohibir las pantallas

Hace poco, mi hija de siete años me preguntó: «¿cuándo podré tener móvil?» Y le respondí: «Cuando tengas 31 años, y será como el mío (un nokia del siglo pasado, un dumbphone)». Ella me respondió: «Vale».

Si tiene las reglas claras desde pequeña todo es más fácil. Yo mismo tengo que luchar contra la presión imperante, pero puedo ahorrarle la lucha a mi hija para que dedique el tiempo a afanes más productivos que vencer tentaciones: le proporciono mejores alternativas: música, teatro, muchos libros, matemáticas y muchas conversaciones familiares.

Yo creo que la solución es prohibir pantallas, pero dentro del ámbito de actuación personal y familiar. Así preservamos la libertad personal y de las familias para hacer lo que quieran, y al mismo tiempo creamos un espacio libre de pantallas al menos en casa.
Bastaría con que algunos padres, yendo contra la corriente y arriesgándose a ser tildados de maltratadores, prohibieran las pantallas a sus hijos, así se empezarían a ver las diferencias entre los niños y jóvenes criados con pantallas y los criados con libros, en la naturaleza y con ricas comunicaciones con seres humanos.

Los padres digitales querrán hijos como los que tenemos los no digitales y voluntariamente harán lo mismo o parecido.

 

En materia de educación y «virtudes» (ojo: no hablo de «valores», esos comodines morales del progresismo), la responsabilidad es de los padres, que además son los más interesados por el bienestar y desarrollo de sus hijos. Los políticos, directivos de tecnológicas, administradores de escuelas, funcionarios, pedagogos, profesores, etc. también pueden estar interesados por el bienestar de los niños y jóvenes en general, de forma abstracta, pero principalmente lo están por los votos, su futuro profesional, sus empresas, su comodidad laboral, su sueldo seguro a principio de mes y los trienios.

Opino que a una herramienta educativa no hay que evaluarla solo por sus pros. Las herramientas digitales pueden tener muchos. Pero también hay que considerar los contras. En materia de pantallas en la educación, al menos hasta los 18 años, quizá hasta los 24, los contras superan a los pros; uno de los principales contras es que son tecnologías adictivas por diseño, no por accidente.

Por supuesto que hay ventajas en el uso de herramientas digitales, pero yo puedo vivir sin ellas y además evito los peligros y el efecto expulsión: más tiempo de pantalla menos de comunicación humana, aburrimiento (necesario), libros y espacios naturales. Con el advenimiento de ChatGPT y sistemas afines, hay que añadir como un contra la expulsión producida por la externalización de nuestras funciones cognitivas: memoria, razonamiento, juicio, capacidad creativa.

Y no, las redes sociales y otras tecnologías digitales no son meras herramientas: tienen agencia, intenciones, las de sus programadores y dueños, que no coinciden ni de lejos con mis metas y prioridades.

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amish

16 comentarios sobre “La solución es prohibir las pantallas

    1. Muy buena filosofada

      Pero es como decir. Me voy a prohibir la electricidad

      Se llaman inventos disruptivos. No hay vuelta atrás

      Lo que si podemos hacer es educarnos para no ser zombies pegados a una pantalla y sacar provecho de ellas, que sin duda, lo tienen

      Hace poco fui al SEPE a pedir la prestación y si no llevas el móvil para generar el QR que te lee la máquina, el guardia jurado no te deja ni entrar

      Inventos disruptivos. No se trata de que te gusten o no, de que sean malos o no. Sencillamente o lo usas o te sales de la sociedad y te vas a vivir al monte como Curro Jiménez

  1. Cuando tenga 12, 13 o 14 años y sea la única niña del cole y de su grupo de amigas, sin smartphone, a ver como lidias con eso

    Yo lo intenté. Conseguí aguantarlo hasta los 13, hasta que llegó a ser el único niño de los 3 grupos de primero, sin móvil

    No puede alargarlo más. Tampoco conté con el apoyo de su otro progenitor

    Ahora ya tiene 15 y lleva casi un año sin móvil. Empezando por que lo rompió y siguiendo por las pésimas notas. Está sin móvil y sin consola. Casi que me entran dudas de si quiero que apruebe, porque si repite, seguirá sin móvil mucho tiempo más

    Por otro lado me detesto a mi mismo, cuando el premio por aprobar es devolverle el móvil. Pero no me siento con fuerza para luchar por lo contrario y además sé que su otro progenitor (somos padres separados) le dará un móvil a escondidas, si es que no lo está haciendo ya

    Suerte. Ya contarás cuando la adolescencia aflore

    1. Es importante que toda la familia esté alineada, sino es muy complicado ya que la opción por defecto (nunca mejor dicho) va a ser hacer lo que hace todo el mundo. Tu hijo es desgraciadamente un adicto, que ahora está en rehabilitación, pero que volverá a ser un adicto en cuanto apruebe y le premies con la devolución del móvil. Mi hija está adoctrinada desde una tierna edad sobre el uso del móvil y se ríe de los que están todo el día pegados a ellos. Además, hemos ido más lejos, tampoco ha visto nunca la televisión ni dibujos animados en casa ni ido nunca al cine. Como te imaginas, se aburre mucho y no le queda más remedio que dibujar, leer o darnos la tabarra.
      Entiendo tu situación y creo que tiene difícil solución. Te deseo suerte.

    2. Respecto al tema de la adolescencia, un mito habitual es que llegado a esa etapa los amigos son más importantes que la familia. En mi opinión, eso no es automático ni por supuesto deseable; todo depende de la relación que tenga con sus padres.

      Mi plan es que la seguridad, el apego, los modelos, sigamos siendo los padres, y no lo dejemos al azar de los amigos con los que se tope o el entorno cultural predominante, que está lejos del que considero adecuado y que en la sociedad actual hay una alta probabilidad de que reproduzca los patrones imperantes en la cultura adolescente, a su vez controlada por la publicidad y la sociedad de consumo.

  2. Tengo uno de 8 y uno de 10. Sin pantallas propias ni acceso a pantallas prestadas. De vez en cuando 15 minutos de acceso cuando va la abuela. Son hábiles usando el notebook y otras tecnologías como ChatGPT, «Ok Google», Office y Google… ellos no se sienten que tienen «prohibiciones» y son capaces de ver las evidentes diferencias de comportamiento entre ellos y sus compañeros y amigos adictos a sus teléfonos, se dan cuenta que son más irritables, menos sociables, menos pacientes, incluso más violentos e irrespetuosos con sus amigos, profesores y con sus padres… Antes estos niños eran sus amigos cercanos y mis niños se han dado cuenta que tener celular los han cambiado para peor. Así es facil mostrarles que las pantallas son las que hacen mal y no es que sean simplemente malos niños, es que las pantallas afectan su cerebro. Ellos no quieren eso, así que entienden perfectamente que no es el momento. No es tan complejo en realidad. Yo marqué la línea a los 5 años, diciendo que no habrá teléfono hasta los 14 y se acabó la discusión al respecto. Para mi los 14 es una edad aún inmadura, pero también veo que es dificil lidiar con el entorno. A los 14 tendrán teléfono de capacidades reducidas, muy controlado, sin poseción permanente, se los pasaré cuando lleguén del colegio, una hora para coordinar con sus compañeros alguna cosa, algunos juegos livianos y hacer doulingo. Luego se verá.

    1. Gracias por tu comentario, parece que no es entonces tan difícil como parece. Quizá cuando lleguen a los 14 años la actitud ante los móviles haya cambiado y puedas aplazar un poco más su entrada. En todo caso, un móvil antiguo sin acceso a internet y redes sociales es una excelente opción para «mantenerse conectados».

      Lo que tú dices es clave: hasta los 14 años no hay nada que discutir. Si no tienes una regla clara y no negociable vas a pasarte el tiempo en una lucha continua.

      Yo tengo muy claro que no se puede añorar mucho lo que no se conoce así que no es tan difícil mantenerlos alejados de la estupidez.

  3. Los mios tienen 14 y 11. Nunca han tenido prohibiciones, la intención era que se acostumbrasen tanto que no les llamase la atención. Y desde luego que no les sonase a chino una tecnología que ya está aquí y se va a quedar… Quiero decir que para combatir o defenderse de algo hay que conocerlo muy bien, que no te pille de pardillo. Para mi sería como sorprenderse de la luz eléctrica, te puedes quemar con una bombilla pero hostias, también tiene sus ventajas. Aprende a usarla copón… Tengo una amenaza estándar: «Si las notas del cole no son buenas o veo que se te va la chola el móvil va por la ventana». Pero nunca ha ocurrido.

    No sé, aparentemente me ha salido bien. Son críos tranquilos y sociables que saben qué parte del móvil pueden o no tocar (esto sí, esto no porque consecuentemente ocurre esto… Redes sociales huye, Wikipedia es tu amiga pero confirma la info en otro lado, etc…). Si les quitas el móvil no montan dramas y se ponen a jugar a cualquier cosa, no veo síntomas de adicción. Eso sí, ha costado entrenamiento y estar encima de ellos. También es verdad que hay padres y padres, a mi personalmente me ha ido bien (para ellos, no para mi cabeza) trabajar en informática y saber por dónde te la clavan. Quiero que ellos estén preparados, esto es peor que la jungla.

    Seré un mal padre pero creo que esta tecnología primero te llama mucho la atención, luego lo normalizas y si te achuchan mucho le pillas asco, osea como (casi) cualquier cosa en la vida. Si quieres ámalo u ódialo pero apréndelo y conócelo antes de tomar una decisión.

    Saludos

    Jos

    1. Hacía tiempo que no leía esa palabra, «copón», muy andaluza. Jejeje. Yo la usé hace muchos años en un artículo de este blog, creo que la única vez en mi vida.

      Respecto a lo que comentas, el conocimiento te da cierto control, pero yo creo que la capacidad envolvente de las redes sociales, los videojuegos, etc., hace que un porcentaje significativo de los usuarios desarrollen adicción.

      Yo veo que lo digital tiene mucho de droga, y por eso no creo que la exposición sea la mejor política. Por ejemplo, ¿le dejarías algún porrito o un poco de cocaína a tus hijos o un chupito de tequila al alcance para que conozcan la experiencia y no les pille desprevenidos más adelante?

      Dirás que soy exagerado, pero el hecho es que con niños y jóvenes los padres tenemos que hacer de centro ejecutivo, córtex prefrontal, no podemos suponer que espontáneamente ellos eligirán la mejor opción. Si estás en el mundo de la informática sabrás mejor que yo cuál es el poder del diseño digital para atraer y succionar nuestra atención.

      Ciertamente, tú supervisas a tus hijos y si la cosa en algún momento se saliera de madre actuarías. La mayoría de los padres no son tan conocedores de los peligros ni posiblemente monitorizan a sus hijos como tú; la política parental, más bien la no-política, es hacer lo que hacen los demás.

      Gracias por la aportación, Jos.

  4. Yo soy profesor de adolescentes y hablo mucho con ellos. La inmensa mayoría de padres y recalco inmensa, no son ni de lejos el modelo de padre que eres tú o el/la autor/a de alguno de los comentarios.

    Es que ni se plantean la peligrosidad (si, para mí es un peligro) del móvil en manos de sus hijos. Les suele explotar en la cara. No sabía, no creía, es que todos lo tienen, es un mundo tecnológico, etc etc.

    Es pura y llanamente dejación de funciones. Si no hay móvil, tienes que leer con ellos, háblar, ir a visitar sitios, hacer deporte, etc etc y eso… !Ufff!

    1. Delegan la educación de sus hijos, pero en realidad están abdicando. Y quieren que el colegio o el instituto se lo den todo hecho, que les eduquen y les instruyan. Nosotros, el primer día de colegio (o cuando podamos reunirnos por primera vez con el profesor) le decimos que ese año él es la tercera persona más importante en la vida de nuestra hija, aunque solo sea por el tiempo que va a pasar con ella y el efecto que puede tener. Por supuesto, queda claro que la responsabilidad última es de nosotros los padres, pero me gusta darle importancia. Luego le pregunto en qué puedo ayudarle, qué me recomienda hacer en casa, y le digo que estamos abiertos a cualquier recomendación y comentarios desde su punto de vista. Especialmente, queremos las «malas noticias», es decir, que nos diga dónde puede mejorar y qué le falta.

      1. Me has hecho llorar. Me quedan solo 6 años de docencia para que una familia se reuna conmigo y me diga que soy la tercera persona más importante en la educación de su hijo/a. Tal vez sea una buena meta a la que apuntar…

        En la última interacción productiva con un padre, logré que entendiese que para prohibir tík tok a su hija debería de aprender que era tík tok. Que pereza, me dijo. Pero me consta que se puso las pilas.

        Dejación de funciones 100% de acuerdo.

      2. Tú lo has dicho, aunque a los profesores muchas veces no os animen u os reconozcan, puedes fijarte tu meta personal. Por supuesto que ya estás teniendo impacto en la vida de muchos niños o jóvenes, pocas profesiones lo tienen tanto.

  5. Anónimo, ¿no te parece que hoy en día los padres son, por un lado, muy protectores fuera de casa, pero, por otro lado, completamente indiferentes a los contenidos y «amigos» a los que están expuestos en la pantalla en el pretendido espacio seguro de su casa y de su habitación?

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