Daniel González y el estoicismo

Mal se paga al maestro si se permanece siempre discípulo.

Así habló Zaratustra


Hace cinco años, decidí crear una iniciativa de micromecenazgo para escribir un libro sobre minimalismo existencial. La anuncié a bombo y platillo en el artículo Putos no faltan, lo que faltan son financistas.

Daniel González, entonces un estudiante de instituto, se presentó voluntario para ser uno de los primeros lectores y  correctores del libro; me preguntó que qué debería hacer si quería ser elegido para tan magna función.  Le dije que  debería darme el coñazo en el correo electrónico durante más de un mes.

Siguiendo mi indicación, me bombardeó a preguntas durante varias semanas. La perseverancia rindió frutos y decidí escribir un artículo respondiendo a sus 23 preguntas: Diez consejos que considero que Homo Mínimus debería seguir.

En una de esas preguntas, me preguntó sobre la relación entre minimalismo y estoicismo, a lo que respondí, muy adecuadamente, que estaban muy relacionados, que eran «primos-hermanos». Después leyó en este blog una referencia al libro de Ryan Holiday El obstáculo es el camino. Esa fue  la chispa que le hizo virar hacia el estoicismo.

Ha llovido  desde entonces. Este muchacho fue una especie de hikikomori,ひきこもり o 引き篭り, existencialista; pasó parte de su adolescencia en su habitación hablando con una calavera.

Daniel González, estoicismo y minimalismo
Daniel y su confidente


Su futuro, por decirlo de una manera eufemística, podía haberse considerado francamente dudoso.

De la calavera a la feria en YouTube

Pero como lo que no mata fortalece, y puesto que hay que llevar un caos dentro de uno para alumbrar una estrella danzarina, Daniel fue evolucionando, comenzó estudios universitarios, y durante ese tiempo creó un canal en YouTube sobre estoicismo con toques minimalistas y con vocación sostenible.

Pero será mejor que os lo cuente él en este vídeo reciente con el título 7 lecciones que aprendí gracias al minimalismo y en el que referencia generosamente a este blog:


Su canal ha crecido hasta más de 3.000 suscriptores. Aloja vídeos de  mucha calidad y sentido común, principalmente sobre estoicismo, pero también sobre cuestiones existenciales, minimalismo y sostenibilidad en el consumo y el movimiento 0 Desperdicios.

Su voz es fresca y el tono con el que aborda los temas es jovial y enérgico, así que te recomiendo que lo visites.

Siguiente paso

Invitaré a Daniel a un podcast en el canal de Homo Mínimus para hablar sobre estoicismo. El estoicismo no es un tema que haya tocado explícitamente en este blog, pero sí que está en el telón de fondo de muchas de mis ideas minimalistas y existenciales.

También será una buena ocasión para conocer su trayectoria personal y sus motivaciones para emprender una línea de pensamiento y acción no muy común en los post-milenarios o generación Z.



Procesando…
¡Lo lograste! Ya estás en la lista.

5 ideas de cultura financiera imprescindibles para tus finanzas personales

Este es un excelente artículo invitado de mi proto-amigo Antoine Kerfant, que es el anfitrión en un blog sobre finanzas personales http://ideasyahorro.com/.

Las finanzas personales no son un tema que hayamos tocado mucho en este blog, así que puede resultarte interesante. Gracias, Antoine.

Antoine Kerfant, experto en finanzas personales y asesor de PYMES y emprendedores

Uno podría preguntarse si el programa educativo debería incluir una asignatura sobre principios básicos de la economía doméstica. No hace falta investigar mucho para darse cuenta que una gran parte de la población carece de una cultura financiera básica. Algunas ideas, que parecen de sentido común, no han calado en la mentalidad colectiva. Para intentar aportar mi granito de arena y cambiar mínimamente esa situación, he pensado en compartir las cinco ideas que me parece que todo el mundo debería saber sobre finanzas personales.

#1 Gasta menos de lo que ingresas y ahorra

Los españoles no ahorran

Es el pilar de la economía doméstica. Parece obvio, pero basta con echar un vistazo a las estadísticas de ahorro de las familias españolas para ver que no lo es tanto. En 2018, los hogares destinaron menos del 5% de sus ingresos al ahorro. Eso es menos de la mitad de la media nacional entre 2000 y 2018.

Tu objetivo: el 10%

Porque cuando hablo de gastar menos de lo que ingresas, me refiero a hacerlo en proporciones significativas. Por ejemplo, ahorrando al menos el 10% de tus ingresos mensuales.  Y cuanta mayor seas tu remuneración, más deberías ahorrar en porcentaje, porque te es más fácil hacerlo.

El peligro de no saber ahorrar

Sin embargo, una gran mayoría de personas vive al día. Gasta prácticamente todo lo que ingresa. Algunos no saben cómo ahorrar dinero, otros no lo ven como algo prioritario, y gastan hasta que se acabe el sueldo del mes.

Este tipo de comportamiento pone a la gente en una situación muy precaria al nivel financiero. No pueden enfrentarse a cualquier imprevisto, lo que los lleva a meterse en préstamos que complican aún más su situación.

¿Cómo se ahorra?

Si hubiera más cultura financiera, cada persona sería muy consciente de la necesidad de ahorrar, y apartaría religiosamente cada mes una proporción de su remuneración. Eso implicaría una mayor estabilidad económica, y más margen para superar crisis económicas.

Pero, ¿cómo lograrlo? No hace falta ser super minimalista. Basta con que hagas una lista real de todo lo que gastas habitualmente, y analices cada partida para ver donde puedes recortar. Y puedes, te lo aseguro.

#2 Evita el crédito: un gran principio de cultura financiera

Otro aspecto donde me parece que hay mucho desconocimiento es respecto al crédito.

Un ejemplo de crédito al consumo

Imaginemos el caso de Juan. Tiene un sueldo de 1.200€ y cada mes le cuesta no pasarse de gastos. Un día, ve un televisor ultra moderno en una tienda. Cuesta 600€ y a Juan se le sale del presupuesto. Pero le explican que puede financiarlo a 36 meses, y le saldrá una cuota mensual de 23€. A Juan le parece genial. 23€ al mes se lo puede permitir.

El tema es que a pesar de que se comunique el TAE (en este caso un 24% de intereses anuales), la mayoría de las personas como Juan solo se fijan en la cuota de 23 euros. Parece darles igual pagar finalmente 828€ por un televisor de 600€.

Otro elemento que Juan no sabe es que al principio del préstamo paga muchos más intereses que al final. Si, por algún motivo, dejase de pagar las cuotas después de 18 meses, le quedarían por pagar 350€ de principal, no 300€.

Los riesgos del desconocimiento de los créditos al consumo

Las personas como Juan suelen acabar contratando varios préstamos, y aplazando los pagos gracias a la tarjeta de crédito. Esa situación genera varios problemas:

  • Su renta real se ve fuertemente reducida por el pago de los intereses, por lo que les es cada vez más difícil ahorrar y cada vez más tentador pedir otro crédito.
  • Si pierden su fuente de ingresos, se encuentran inmediatamente en una situación crítica, debido a que no disponen de reservas y tienen muchas obligaciones de pago, especialmente los créditos.

Un ejemplo de hipoteca

María quiere comprarse un piso. Tiene un puesto fijo en una empresa y cobra 1.500€ al mes. Le han dicho que, con su nómina, lo mejor que puede conseguir a 20 años es una hipoteca de 110.000€ que implicaría unas cuotas mensuales de 500€, una tercera parte de sus ingresos.

¿Por qué 20 años? Porque más allá de 20 años, la bajada de cuota es menor y el sobrecoste de intereses es importante. A María le da igual. El piso que quiere solo se lo podrá comprar con una hipoteca de 180.000€, así que está dispuesta a firmar una hipoteca a 35 años.

Además, María quiere comprar ya, porque ha visto que los precios están subiendo mucho y quizás en el futuro no pueda comprar nada.

Los riesgos del desconocimiento de las hipotecas

Las personas como María no se dan cuenta, que, al tener una hipoteca a tipo variable sobre un periodo muy largo de tiempo, el importe de la letra puede incrementarse muchísimo con una pequeña variación del Euribor. En el ejemplo anterior, una subida de 1,3 puntos del Euribor encarecería la cuota 100€ al mes.

Además, el hecho de querer comprar a toda costa alimenta los fenómenos de burbuja. Lo razonable, si los precios suben mucho, es esperarse a que bajen. Si María compró su piso a un precio excesivo, se encontrará durante varios años con una deuda superior al valor de mercado del piso, en cuanto los precios se corrijan.

¿Qué dicen el sentido común y la cultura financiera sobre los créditos?

  • Es mejor no contratar nunca préstamos al consumo ni usar la función de crédito de las tarjetas bancarias. Si se quiere comprar algo, se ahorra para lograrlo.
  • ¿Un crédito para comprar un coche? Si el coche es imprescindible para poder trabajar o generar ingresos, tiene sentido. Pero en este caso, si no se dispone del dinero, es recomendable comprar un vehículo lo más económico posible (de segunda mano).
  • ¿Pedir una hipoteca? En general, las hipotecas pueden ser muy útiles, porque permiten comprar un bien que se va revalorizando con el tiempo y poder tener un uso inmediato. Sin embargo, hay que tener cuidado con el plazo, el tipo de interés y por supuesto, el precio de mercado del bien que se compra.

#3 Invierte tus ahorros

Ahorrar mensualmente está bien, pero…

Si vas ahorrando un porcentaje de tus ingresos cada mes, enhorabuena. Pero no es suficiente. Tienes que tener en cuenta dos factores:

  • La inflación se está comiendo tus ahorros. Cada año aumenta el coste de la vida, por lo que tu dinero vale menos.
  • Invertir a largo plazo puede aumentar mucho más tu patrimonio que las cantidades que ahorras con esfuerzo cada mes. Hay un efecto “bola de nieve” que puedes aprovechar.

Tienes muchas formas de sacar rentabilidad a tus ahorros

Da igual lo que escojas.

  • Puedes buscar la seguridad con inversiones de bajo riesgo tipo bonos del estado o depósitos a plazo.
  • Si te gusta el mercado inmobiliario, tienes la posibilidad de buscar “chollos” para comprar y ponerlos en alquiler.
  • Puedes operar en bolsa y en los mercados financieros en general.
  • Tienes la opción de prestar dinero a particulares, directamente o con plataformas especializadas.
  • Si te sientes un alma emprendedora, puedes invertir en un negocio.

Son solo unos ejemplos, y tienes que elegir con mucho cuidado donde vas a meter tu dinero, pero tienes que buscar una forma de sacar una rentabilidad.

El poder de los intereses agregados

Imagina que nada más empezar a trabajar has conseguido ahorrar 10.000€ y los has metido en una inversión al 5% de intereses anuales. A los 10 años el saldo sería de 16.300€. A los 20 años sumaría 26.500€. A los 30 años llegaría a los 43.200€. 10 años más tarde, el saldo sería de 70.400€. Y imaginando que conserves la inversión 50 años, llegaría a tener un valor de 114.600€. Eso con un tipo de interés relativamente conservador.

Es cierto que los intereses agregados (es decir la bola de nieve de los intereses) generan una rentabilidad exponencial solamente en periodos muy largos. Pero como puedes ver en el ejemplo, en 20 años, que no es tanto, la inversión se ha multiplicado por 2,6. Sería una pena desaprovecharlo.

Cultura financiera es saber que una combinación de un esfuerzo para ahorrar mes a mes y de la inversión de ese ahorro tiene un claro efecto multiplicador sobre tu patrimonio.

#4 Ni loterías, ni apuestas, ni bingo…

El timo de la lotería de Navidad

Cuando hablas con la gente de la Lotería de Navidad te suelen decir que es la lotería que más reparte, y que hay más probabilidad de que toque que otros sorteos.

Pero, en realidad, si analizas bien las probabilidades, tienes un 85% de posibilidades de perder el dinero invertido. Otro 10% que te toque el reintegro, que seamos realista, la mayor parte de la gente vuelve a gastar en lotería, hasta que se pierda. Luego tienes un 5% de posibilidades de ganar un premio ridículo de 100€ por 20€ jugados. Y finalmente, 19 posibilidades entre 100.000 de ganar algo significativo.

No tiene ningún sentido jugar y si la gente tuviera cultura financiera no lo haría. Pero puede más la tradición, la ilusión y el miedo que le toque al compañero y a ti no.

No tires tu dinero

Los únicos que ganan dinero en loterías, apuestas, casinos y similares son los que los organizan. No tires tu dinero en eso. Si dedicas lo que te gastas en esos juegos al ahorro y la inversión te irá mucho mejor. Premio seguro.

#5 La relación entre riesgo y rentabilidad

El último aspecto importante referente a la cultura financiera es el poco conocimiento que suele tener la gente de la relación entre riesgo y rentabilidad.

Como norma general, la cultura financiera te dice que, si se ofrece una rentabilidad alta, es más probable que el riesgo sea muy alto. ¡Cuidado! Que una rentabilidad baja no implica un bajo riesgo. Sin embargo, un bajo riesgo, normalmente implicará una baja rentabilidad.

Sabiendo eso, es mucho más fácil detectar problemas.

Si alguien te propone una inversión que parece demasiado buena para ser cierta, es probablemente porque no es como te lo han contado. O hay mucho más riesgo que lo que te cuenta, o directamente es un timo.

El sentido común ayuda mucho en esos casos. Por ejemplo, si una inversión es tan buena, ¿por qué alguien dedicaría tanto dinero en publicidad para promocionar esa inversión? ¿No sería más interesante invertir el capital en esa inversión? Pues eso.

Otra idea fundamental es recordar que las rentabilidades pasadas no garantizan las futuras. De hecho, muchas veces, entrar en una inversión que ha generado grandes beneficios anteriores puede significar entrar demasiado tarde.

Las burbujas se creen porque la gente ve la rentabilidad alta y quiere participar. Al comprar propician una nueva subida que atrae a más inversores. Pero al final se llega a un techo y la burbuja revienta. Una burbuja es un caso extremo, pero ilustra bastante bien la idea.

Hay bastantes más principios dentro de la cultura financiera, pero con aprender a ahorrar parte de tus ingresos, saber manejar los créditos, invertir tus ahorros, conocer la relación entre riesgo y rentabilidad y dejar de tirar el dinero en juegos, ya mejoras mucho tu situación.

Me llamo Antoine Kerfant, soy francés, pero llevo muchos años viviendo en España y me encanta. Asesoro a emprendedores y me apasionan las finanzas personales. Por eso, desde 2011 publico consejos para ahorrar, invertir, ganar dinero y buscar un mejor trabajo en ideasyahorro.com.

Leer no es forma de aprender

Este es otro artículo invitado de Roger Schank. Apareció originalmente en el 2015 en su blog.

Con este artículo no quiero tanto añadir argumentos  (una vez más) contra la lectura sino en favor de la conversación directa cara a cara con personas de carne y hueso en tiempo real, sincrónicamente, sin posibilidad de editar lo que uno dice, con la posibilidad de ser retado por el interlocutor y sin posibilidad fácil de escapar o de distraer la atención.

Lo que quiero decir, más específicamente, es que leer artículos de este blog, porque te interesan los temas que  toco, es la segunda  o la tercera  mejor alternativa a hablar directamente conmigo o con una persona similar a mí. Pero una alternativa bastante deficiente en comparación.

Aunque argumentar sobre las deficiencias o inconvenientes de los libros no es algo común, es conveniente hacerlo. Un amigo de este blog, Jaír Amores, de EfectiVida,tiene un artículo reciente sumamente interesante en el que también argumenta contra la lectura de libros y fantasea con no leer más libros.

Las negritas en el artículo de Schank  son mías.  Aquí está:

Leer no es  forma de aprender

Esta es una columna que ataca la lectura. Nadie ataca la lectura. Supongamos  que estoy loco y sigamos adelante.

Leer es una idea bastante reciente en la historia de la humanidad. No ha salido bien. Nos ha dado algunas cosas bastante buenas, como la literatura, por ejemplo, o la posibilidad de comunicarme con mi audiencia ahora mismo. Pero estas cosas van a desaparecer bastante pronto y será una buena cosa.

Durante años fue el consejero al presidente de la junta de directores de la Enciclopedia británica. Mi trabajo era cenar con él cada varios meses. En cada cena me preguntaba si habría todavía libros en cinco años. Le decía que los habría pero no su libro. «Las enciclopedias desaparecerán» afirmé.

Estaba pensando sobre esto en una llamada de negocios el otro día. El hombre con el que estaba hablando estaba preocupado por cómo se estaba formando a la gente en su empresa de ingeniería. Estaba preocupado con razón sobre  «la muerte por Power Point». Usó el ejemplo de que quería entrenar gente que aprendiera a cambiar una rueda cambiando una rueda y continuó describiendo con bastante precisión cómo aprendemos en tales situaciones (practicando, cosa que no puedes hacer en Power Point). Pero empezó su explicación diciendo que el primer paso para cambiar las ruedas sería sacar el manual de instrucciones sobre cómo cambiar una rueda y leerlo.

Le dije  que yo nunca  he leído un manual de instrucciones y que  estos no habían estado mucho tiempo con nosotros en la historia de la humanidad. Cuando un joven quería aprender a cazar leones no leía un manual de instrucciones ni iba a una clase. A través de la historia hemos aprendido mirando a alguien más viejo que nosotros mismos, intentando emular a esa persona, intentando ser parte de un equipo y entonces intentando cosas por nosotros mismos y pidiendo ayuda cuando fallamos. No es tan complicado. Esto es lo que el aprendizaje ha parecido siempre. Y entonces alguien inventó el manual de instrucciones y todos olvidamos lo que sabíamos sobre el aprendizaje. Sustituimos mentores humanos por lecciones con Power Point y preguntar por leer.

Estupendo. Y ahora nos preguntamos por qué tenemos problemas enseñando a la gente habilidades complejas. No hay nada difícil en ello. Cuando necesitas lograr algo que quieres lograr, necesitas tener a alguien que sepa cómo hacer esas cosas que te supervise y necesitas tener a alguien cuyo trabajo puedas observar y copiar. Necesitas poder intentar cosas y fallar y necesitas poder practicar. La lectura no es necesaria.

Cuando digo cosas como estas, la gente se vuelve loca. El otro día tuve una conversación con una mujer en la que aseguré que ningún aprendizaje tiene lugar sin conversación. Me objetó diciendo que ella podría buscarlo en la Wikipedia en cualquier momento que quisiera y aprender algo así.

No, dije. No puedes. Ella se quedó estupefacta.

Primero, preguntémonos por qué existe Wikipedia. En parte existe porque la Enciclopedia Británica no pudo mantenerse a la altura. Pero también existe porque vivimos en un mundo donde no sabemos a quién preguntar. A mí se me pregunta casi todos los días  lo que significan ciertas palabras o sobre qué son ciertas ideas. Me preguntan porque la gente con la que interacciono sabe que lo podría saber y sabe que siempre estoy contento de enseñar. Pero sobre todo me preguntan porque la gente sabe que doy rápidas y cortas respuestas  a sus preguntas. Cuando tienes alguien a quien preguntar, preguntas. La lectura es una alternativa cuando no hay nadie a quien preguntar.

Supongamos que siempre tienes alguien a tu disposición un grupo de expertos a quienes les puedes hacer cualquier pregunta que necesites hacer. ¿Leerías alguna vez? (Este grupo de expertos va a llegar pronto). Esta mañana tenía una pregunta médica. No había nadie a quien preguntar. Así que empecé a leer. Pero esta es raramente la primera alternativa.

El segundo problema con el modelo «Siempre puedo leerlo en algún lugar» es simplemente esto: no recordarás lo que leíste. Bien es cierto que tenemos un montón de práctica intentando recordar lo que hemos leído. Esa práctica se llama colegio. Leemos. Estudiamos. Hacemos exámenes. Y de alguna manera todos nos convencemos de que hemos recordado lo que leímos.

Todos los años   pregunto el primer día de clase a mis estudiantes en Yale y Northwestern si podrían aprobar los exámenes que pasaron el año anterior en ese momento. Nunca nadie ha pensado que podría. Estudiaron. Escucharon. Memorizaron. Y entonces lo olvidaron. No aprendemos leyendo ni aprendemos escuchando.

Aprendemos de verdad hablando. Suponiendo que estamos hablando con alguien que es más o menos igual y tiene ideas que no son idénticas a las nuestras, aprendemos desafiándolos a ellos y a nosotros a pensar esforzadamente. Reflexionamos sobre las ideas. Probamos ideas. Incluso después de una buena conversación es difícil recordar sobre lo que estábamos hablando. Si las recordamos, significa que hemos sido cambiados por la conversación de alguna manera. Tenemos ahora una perspectiva diferente sobre algo que creíamos. Y hemos permitido la práctica. Practicar hablando es como practicar una habilidad física. No aprenderás a encestar una canasta al menos que practiques lanzamientos durante años. Lo mismo es cierto de las ideas o los hechos. Un estudiante puede memorizar temporalmente hechos pero si no los usa de nuevo los olvidará. Necesitamos practicar lo que sabemos hasta que apenas nos demos cuenta de que lo sabemos, hasta que lo sabemos sea segunda naturaleza. Por ejemplo, no sabemos el mecanismo por el que hablamos, pero podemos hablar, porque aprendimos a hablar y lo practicamos todos los días.

Nuestro mundo se ha obsesionado con leer. Los exámenes de admisión son al menos la mitad sobre lecturas. Las personas se imponen unas sobre  las otras citando los libros que han leído. Si no has leído uno que creen que es importante te pueden mirar con desdén(pero es realmente improbable que recuerden mucho del libro). Podrían recordar lo que estaban pensando o hablando después de leer el libro.). Estos son los tiempos modernos. Las cosas han sido así desde la invención de los textos. Dar clases siguió a la invención de los textos (así el texto se te podría leer). Pero todo esto se va a acabar pronto. Sócrates advirtió esto cuando discutía la invención de la lectura y la escritura:

[…] Porque esta invención producirá olvido en las mentes de esos que aprendan a usarla, porque no practicarán su memoria. Su confianza en la escritura, producida por caracteres extraños que no son parte de ellos desanimarán el uso de su propia memoria dentro de ellos. Habéis inventado un elixir, no de memoria, sino para que os recuerden; y ofrecéis a vuestros alumnos la apariencia de sabiduría, no verdadera sabiduría, porque ellos leerán muchas cosas sin estar instruidos y por tanto parecerá que saben muchas cosas, cuando en la mayor parte son ignorantes y difíciles de tratar, porque no son sabios, solo parecen sabios.  (Fedro 272c-275c).

La lectura va a acabarse. Los libros  van a desaparecer. Ya hay mejores formas de diseminar el conocimiento. Pero las escuelas son difíciles de cambiar. El entrenamiento es difícil de cambiar. La gente que ahora usa internet no puede imaginar una vida sin las herramientas que hay ahora. Pero nuevas herramientas van a venir.

La principal ventaja de leer es que podemos hojear y pasar a lo que nos interesa. Hojeamos más que leemos. Es difícil hojear cuando alguien está hablando. Y un día puede que no lo sea.

 

Proyecto El perdido Arte de la Conversación:


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