Antecedentes
En el curso de perseverancia en la segunda reencarnación planteamos dos misiones referentes al ayuno: medio día de ayuno y 24 horas de ayuno. Era una forma de experimentar la incomodidad, seguir familiarizándonos con ella y, sobre todo, de enfrentarse a las barreras mentales o las expectativas sobre lo que son las experiencias.
Las expectativas son importantes porque muchas veces determinan nuestras acciones más que la verdadera experiencia. De hecho, si no tenemos experiencias previas de una determinada situación o las experiencias de las que disponemos para basar nuestras expectativas son limitadas o pobres, entonces es probable que estemos basando nuestros planes en supuestos incorrectos.
El experimento que me auto-propongo hoy ha surgido bastante espontáneamente, es una excrecencia de mi Yo Ocurrente y supone una extensión de los experimentos de ayuno anteriores. Lo he decidido comenzar hoy a las 17:26, en el momento en el que escribo estas letras.
Como mi último bocado fue a las 6:00 am de hoy , puedo decir que ya llevo casi ¼ de experimento completado, casi doce horas sobre las cuarenta y ocho horas previstas.

Los que hayáis completado alguna de las misiones anteriores (medio día y 24 horas de ayuno) ya sabréis que la dificultad del ayuno no es la que parece ser y que el hambre es también una sensación “impermanente”, por usar la terminología de nuestro curso de atención plena. No hay una sensación continua de hambre, sino que viene por oleadas, se hace más punzante en ciertos momentos, pero no tarda mucho en remitir. Es como la marea, pero mucho más espaciada.
Tampoco el hambre es una sensación incapacitante. Muchas personas no religiosas practicantes a las que le hablo de mis ayunos me miran con cierto pasmo y dicen que ellos serían incapaces, que se sentirían muy mal, que no pueden saltarse una comida porque les falta la energía y por eso tienen siempre a mano galletas o alguna fruta para matar el gusanillo. Hay quien cree que se va a desvanecer si pasa más de diez horas sin comer nada.
Gestión de riesgos
¿Y por qué este experimento personal? ¿Soy masoquista? ¿Pertenezco a alguna secta cristiana o judía ultraortodoxa? ¿Quiero adelgazar por la vía rápida? ¿Pero qué espero ganar con esto?
Ciertamente, parece que hay algo de arbitrario en este experimento. ¿Por qué sufrir por sufrir?
La respuesta es que no es un intento de mortificarme; es un sacrificio por el que renuncio a algo para obtener algo mejor. En este sentido soy utilitarista, busco un resultado, pero es un resultado de mejora personal, de exploración y está unido a mi proyecto de construir un carácter perseverante, tal y como anuncié en el libro Los tres hábitos que cambiarán tu vida. Este libro es la columna vertebral de todo lo que estoy haciendo en este blog este año.
¿Pero no será peligroso?
En este experimento, como en cualquier decisión sigo los principios que establecí en el artículo Sobre cómo asumir riesgos con inteligencia:
- No puedo morir.
- No hay ningún resultado irreversible, los daños, si los hubiera, no van a ser permanentes.
- El coste es muy bajo, solo voy a sufrir una cierta incomodidad. Y me voy a ahorrar unos cuantos euros por no comer durante dos días.
- Hay beneficios de aprendizaje. Ciertamente no voy a ganar una medalla ni ningún premio. Pero espero obtener una experiencia y obtener algunas lecciones. También es una forma de estirar mi frontera de posibilidades.
Por lo tanto, este experimento cumple los requisitos necesarios.
Recuerda uno de los mantras más importantes para la construcción de la tenacidad y del minimalismo existencial:
Una tonelada de experimentación, un kilo de reflexión y un gramo de teoría.
Lista de elementos que observar
- ¿Cómo evoluciona la sensación de hambre en periodos más largos que unas pocas horas ?
- ¿Noto bajones de energía significativos?
- ¿Cómo afecta esto a mi trabajo intelectual?
- ¿Me sentiré más irritable o quizá el hambre sea una señal para que el cerebro se vuelva más enfocado, atento y eficaz? [Esto tendría sentido desde una perspectiva evolutiva, pues justamente cuando hay escasez de comida es cuando más necesitas de la perspicacia y rapidez de reflejos para aprovechar las oportunidades que se presenten. ]
Programación
Inicio ayuno: jueves 14.8.14 a las 6:00
Fin ayuno : sábado 16.8.14 a las 6:00
Informaré de los resultados e impresiones generales el próximo sábado 16.8.14

Me voy a conceder un pequeño premio con el dinero ahorrado en el ayuno: el sábado me voy al cine y me permito una chocolatina y coca-cola. Esto servirá de pequeño aliciente. No lo necesito, pero siempre es bueno marcar los éxitos con pequeñas celebraciones. Recuerda: S.E.C.
Joder Minimus, cumples un reto y subes la apuesta. Desde luego es admirable tu tenacidad.
Cada día me sorprendes más 🙂
Ánimo y suerte, ya nos contarás tu experiencia.
Pero…. pero… Entre esto y la ducha fría me tienes horrorizada. No necesitas hacerte esto a ti mismo, ya eres perseverante, eres una de las oersonas más perseverantes que conozco.
Anda, sé bueno y come algo 😉
Me apunto. Aunque creo que será muy diferente del ayuno de 24 horas. Inicio: jueves a las 11 de la noche. Fin: sábado a las 11 de la noche. La decisión me genera inquietud: en el ayuno de 24 horas sentía mucha curiosidad. Ahora siento menos seguridad en que pueda lograrlo. Decido ignorar esa sensación. Hoy, después de una noche, estoy tranquila
Si te sirve de algo, son las 11:27, llevo casi 30 horas sin comer, y no siento el mínimo hambre. Eso sí, ayer me costó un poco dormirme por el vacío en el estómago.
Gracias, Homo Minimus. Claro que me sirve. No sé si será hoy el día por un problema de salud que me ha surgido, pero me siento más tranquila y más fuerte que ayer. Así que, si lo tengo que interrumpir por la medicación, lo retomaré la próxima semana. Mucho ánimo y enhorabuena.
Bueno, si tomas medicación, quizá debas tomarte las cosas con calma, o quizá consultar antes con el médico.
Este es un experimento que la gente es libre de seguir o adaptar; no quiero ponerlo como modelo de nada ni siquiera dar a entender que añada mucho valor.
La prudencia siempre es buena, aunque no creo que a nadie le venga mal ayunar de cuando en cuando.
Son las 20:35. Han pasado 38 horas y 35 minutos. Siento ahora bastante hambre, me gustaría cenar.
Pero hasta el momento ha sido bastante sobrellevable y he podido trabajar con bastante normalidad.
Finalmente, y a causa de la medicación, ayer cené 22 horas después del inicio. Escribo este comentario porque me llama la atención lo distinto que fue del ayuno de 24 horas. Quizás influya la actitud diferente que tuve ayer cuando pensaba que iba a ayunar dos días, como si mi mente pensar: esto no es nada, es sólo una parte. Y no pasé hambre. Tal vez tmbién porque no estaba pendiente ya que eso ya lo había vivido. Sin embargo, cuando ayuné 24 horas, estaba demasiado centrada en ello desde la primera hora. Gracias por tu comentario Homo Minimus.
No pasa nada por ayunar un par de dias yo ayuno 7 sin enterarme y haciendo todas las tareas ,ahora ayna un par de dias semanales