Motivación
En esta época de búsqueda de la eficiencia, de la productividad personal y colectiva –que yo también profeso y a la que dedico parte no despreciable de este blog–, se corre el riesgo de confundir rapidez y acortamiento de tiempos con eficiencia.
Quizá es una rémora de nuestros tiempos de colegio pensar que cuanto más rápido leas, más rápido acabes las tareas, más veloz seas adquiriendo, deglutiendo y reproduciendo conocimientos, más aprendes y más rendimiento obtienes.
En el caso de la lectura, creo que he vivido gran parte de mi vida bajo este paradigma de la rapidez: más rapidez significa mayor eficiencia, aprendizaje y… brillantez, porque los tipos rápidos son tipos brillantes. Si vacilas en dar una respuesta o eres lento leyendo y absorbiendo información, es que eres torpe.
Habitualmente, empiezo un libro y, si me interesa, dedico todas las horas que puedo a su lectura hasta que lo agoto. A veces leo de forma obsesiva y compulsiva. No puedo dejar de leer, subrayo furiosamente y estoy deseando llegar al final del capítulo. Devoro el libro hasta que solo quedan los huesos, luego lo arrojo al pozo de nuncajamás y paso a la siguiente obsesión en forma de libro.
En ocasiones, pierdo el interés a mitad de camino, quizá por saturación de leer tanto en tan poco tiempo, y considero que ya sé lo suficiente (a veces esto es una racionalización) y abandono el libro, no sin un regusto de culpabilidad.
¿En qué consiste el reto?
Propósito del reto: espaciar mi tiempo de lectura y ralentizar mi ritmo de lectura.
Cómo: para hacer operacional esta intención, establezco que voy a leer un libro a razón de unas 20 páginas/día. Espero que el espaciamiento promueva también una lectura más atenta.
Qué: el libro elegido es un mamotreto que he querido leer hace mucho tiempo, The Constitution of Liberty, Los fundamentos de la libertad, de Friedrich Von Hayek, un economista y filósofo político. Siento interés por el tema y sé que será muy estimulante intelectualmente.
En principio había pensado en otros dos grandes libros: uno es La acción humana, de Ludwig Von Mises, que tiene 1029 páginas y que siempre me ha costado decidirme a empezar.
El otro es Infinite Jest, La broma infinita, la obra maestra de David Foster Wallace, el escritor postmoderno americano que los lectores de este blog conocen a través su discurso de graduación del Kenyon College y el video esto es agua, esto es agua, del que hablamos en el curso de atención plena en la primera reencarnación del 2014. Tiene 1248 páginas.

Lo tengo comprado desde comienzo de año pero sigo intimidado por la magnitud de la lectura y el esfuerzo que tendría que dedicar: si Hayek me llevaría 25 días y Von Mises, 52, Foster Wallace me llevaría 63 días.
Como estoy empezando, creo que es mejor si tomo un paso gradual y aplazo la lectura de libros de 1000 páginas para más adelante, en un reto más ambicioso.
Recuerda algunos de los mantras de nuestro curso de perseverancia: “No importa lo lento que vayas siempre que no te detengas” y “Da un paso de bebé”. Este reto no es un paso de bebé, es más bien un paso de fornido adolescente, pero me siento preparado después de más de siete meses con los cursos de Los tres hábitos que cambiarán tu vida.
Duración: La duración del reto es, por tanto, 25 días, unas tres semanas y media. El libro tiene 500 páginas, sin contar las notas y bibliografía. Es un número redondo que me permite distribuir mi tiempo de lectura en 25 días a razón de unas 20 páginas por día.
Sistema de rendición de cuentas: voy a emplear una vez más el sistema de Beeminder, que me proporciona un colorido gráfico de progreso y me penaliza con dinero si fallo alguna semana con el reto.
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Declarar mi reto en este blog es una manera de fortalecer el compromiso personal y aumentar las posibilidades de completar el reto.
Obstáculos probables: sé que me va a costar limitarme a los 40 minutos-1 hora de lectura diarios, si me siento interesado. Al contrario, si pierdo motivación, puede que algunos días me resulte difícil llegar a las 20 páginas de lectura cuidadosa por cuestiones de tiempo o falta de energía, pero voy a intentarlo.
¿Qué deseo testar?
Hay estudios que muestran las ventajas del aprendizaje espaciado (spaced learning). Quiero explorar varios elementos:
- Mi nivel de satisfacción a lo largo de la lectura cuando deliberadamente me restrinjo a unas pocas páginas al día.
- Mi nivel de comprensión final en relación a lo que sería concentrar el esfuerzo en unos pocos días. Podría ser que cuando estuviera en la segunda o tercera semana hubiera olvidado lo leído en la primera y me costara dar sentido a las partes que dependan de los capítulos anteriores menos frescos en mi memoria.
- Las ventajas, si las hay, para motivarme a lo largo de la lectura de un libro relativamente extenso y denso. Quizá vaya perdiendo la motivación por tener que cortar en partes interesantes la lectura, y tener que dejar y retomar el libro tantas veces.
- ¿Que relación hay entre el espaciamiento en la lectura de un libro y el grado de atención e intensidad con el que lo leo? Espero que la lectura sea más atenta, pero podría ser que la obligación de leer todos los días hiciera que la lectura fuera más superficial.
- ¿Aumentar el tiempo de deglución puede producir una mejor digestión e incorporación a largo plazo del conocimiento adquirido? Dedicaré el mismo tiempo total que dedicaría en unos pocos días de lectura, pero distribuiré ese tiempo en sesiones más cortas a lo largo de varias semanas.
Pienso quer el profe nos acabará castigando con los brazos abiertos y un libro en caba mano. 😉
LOS FUNDAMENTOS DE LA LIBERTAD es un libro impecable. Podría ser asignatura un año en cualquier carrera relacionada con el Derecho.
Creo que me voy a decantar por alguno que tenia pendiente como MONASTERIOS de Miguel Sobrino:
http://www.esferalibros.com/autor/miguel-sobrino/
Me pregunto si el mayor grado de asimilación no se relacionará también con el grado de conocimiento previo de la materia, aunque a priori pienso que debe ser un excelente método para la lectura de libros-manuales. Pero, para la Regenta, por ejemplo, me seduce menos. Yo voy a leer también a Hayek porquena intenté La acción Humana en plan atracón rápido y claro, me empaché y lo dejé. Me parece el reto más entretenido. Y si me apasionara, ¿sería capaz de parar? Os contaré cuando lo haya terminado.
Ya nos contarás.
Hola Homo Mínimus. No termino de ver el propósito de este ejercicio, ni su encaje en el hábito de salud minimalista. Además estoy intentando leer menos y practicar más. Creo que la lectura me dispersa y me hace picotear en lugar de profundizar y poner en práctica.
Pero como me he comprometido a realizar con empeño y perseverancia los ejercicios de este curso, voy a emprender la lectura de este blog desde el principio.
Este es un reto personal. Quizá no lo he explicitado lo suficiente. NO es una práctica o reto que proponga para todos. Es un «ejemplo» de las cosas que hago para entrenar la perseverancia.
Por supuesto, no tiene nada que ver con el curso de salud minimalista.
Como creo que he dicho en algún lugar, habrá artículos a lo largo de todo el año que incorporen ideas de los cursos anteriores.
Si a alguien le gusta mi auto-reto, pues puede imitarlo o crear alguna variación, pero no he propuesto este reto para nadie.
No creo que tenga mucho sentido que te pongas a leer todo otra vez. Releer es una de las formas menos útiles de aprendizaje. Es mucho mejor lo que sueles hacer: pequeños resúmenes de lecciones aprendidas extraídas de tu propia memoria.
Esta semana seguimos con el cuarto reto propuesto: 10×10 meditaciones. Este reto duraba dos semanas.
Si puedo aclararte algo, estoy a tu disposición.
Entendido. Es un alivio. De todas formas cuando lea practicaré también la lectura lenta y serena. Gracias.
Homo minimus, déjame decirte que eres un personaje muy curioso! Jamás había oído hablar del minimalismo hasta que caí en este blog. Ni jamás había conocido a nadie que se retara de la manera que tú lo haces. Me pareces único y original.
Estoy haciendo el reto de los diez días de meditación y por cierto, funciona. Me hace sentir muy bien.
Enhorabuena por el blog. Te sigo.
Un saludo,
Diana
Un placer tenerte a bordo. Espero que te diviertas. Ten en cuenta que de cuando en cuando «paso la gorra» y pido ideas y comentarios a la gente, así que espero tenerte entre los donantes. ¡Salud!
Si te lees el ladrillo de DFW te pongo un altarcillo
No hace falta que me pongas un altar, pero podrías rezar por mi castigada alma.
Tengo la intención de incorporar a mis hábitos diarios los diez minutos de meditación.
No se si habré captado bien el propósito de la meditación de atención plena y la diferencia con la meditación zen.
Creo que en la última sesión decías que debíamos aprender a cambiar el foco.
La cuestión es que no paramos de pensar, incluso cuando dormimos y los pensamientos condicionan nuestra razón y nuestra voluntad. En la medida («intención») en que pensamos en la respiración, en la postura o en otra cosa, se desvanecen los pensamientos perturbadores, evitamos engancharnos a ellos y logramos liberar a la razón y la voluntad de los condicionamientos.
Cuando camino, camino, cuando como, como, cuando trabajo, trabajo, cuando medito pienso en la respiración y cuando aparece un pensamiento perturbador, lo intento meter en el pozo de los pensamientos perturbadores y trato de seguir mi camino.
Perserverancia y autorregulación, lo entrené en la segunda reencarnación. En mi caso particular me pasó al revés… el hecho de fijarme (durante muchos años) las páginas por día era justamente lo que me tenía atascada de establecer el hábito de leer los libros que deseaba. Después de los ejercicios de la segunda reencarnación decidí fijarme tiempos en vez de páginas, y ajustar la velocidad según mi interés y voilá… ¡el hábito es un hecho! He leído al menos unos 5 libros desde entonces, cosa que no hubiera hecho si siguiera insistiendo en las páginas 🙂
Interesante. Quizá tenga más sentido dedicar un tiempo que un número de páginas, porque dependiendo de la dificultad del texto y el interés el número de páginas leído puede ser muy distinto. Gracias por la idea.
Qué curioso: este mismo método lo usa mi hija de 8 años para leerse los libros que le mandan leer semanalmente del cole. Ella mira el total de páginas, lo reparte entre 6 días (el séptimo lo deja para hacer la ficha resumen) y cada día se lee ese número de páginas. ¿Será que se está haciendo minimalista como su mamá? ¿O esto no tiene nada que ver con el minimalismo? ¿O sí? Ummm….. 😫
Enhorabuena por haberlo conseguido. Perseverancia 10. 🙂