Muchas lecturas las acabamos con una sensación de confusión y pérdida de tiempo. A veces, leemos porque ese libro en particular ha caído casualmente en nuestras manos; otras veces, por alguna idea vaga de que lo que vamos a leer puede interesarnos, pero sin saber realmente qué buscamos. Asimismo, cuando acabamos de leer sentimos la necesidad de pasar rápidamente a otra lectura, no reflexionamos sobre lo leído y nos parece que no ha quedado poso. Si un mes después nos preguntan sobre el libro, recordamos poco.
Hay muchas técnicas y libros que tocan el tema de la lectura provechosa y activa.Yo me limitaré a proporcionar una regla sencilla que nos puede ayudar a sacar más partido de lo que leemos, sobre todo cuando no leemos por simple entretenimiento.
3 preguntas: hojea rápidamente el libro, el índice, la introducción y los elogios de las portadas y contraportadas. Escribe tres preguntas que quieres que ese libro te responda. Si no tienes preguntas y no es un libro que lees por simple diversión, déjalo sin más. ¿Para qué seguir leyendo?
3 conclusiones: durante la lectura escribe tres ideas que te llamen la atención especialmente. Éstas pueden ser o no ser la respuesta a tus preguntas previamente formuladas.
3 aplicaciones: al final, determina tres aplicaciones prácticas de lo que has leído, es decir, tres cosas que puedes hacer con el conocimiento adquirido.
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Aplicación regla
Toma nota por escrito de las preguntas, conclusiones y aplicaciones. Puedes usar las hojas en blanco del libro o una servilleta de papel. Es igual.
Justificación
- Con las preguntas estás motivando la lectura y determinando blancos de información. Relacionas tus intereses, objetivos, proyectos con lo que estás a punto de leer. Con ello procuras una lectura más activa.
- Con las conclusiones estás haciendo un esfuerzo de síntesis sobre el contenido del libro.
- Con las aplicaciones estás relacionando lo que has leído con tus metas y te aseguras de que tenga un valor que puedas poner en práctica.
El hecho de que sean 3 y no más es para facilitar el recuerdo de la regla y para fomentar su aplicación. Hacer un resumen de cada libro o documento que lees es algo que se hace muy cuesta arriba; sabemos que puede ser útil, pero no tenemos fuerza de voluntad ni el tiempo para hacerlo.
En cambio, si sabes que sólo tienes que escribir tres preguntas, conclusiones y aplicaciones, ves la tarea más asumible.
Normalmente te encontrarás con ganas de escribir más aplicaciones y conclusiones: una vez que empiezas y generas momentum la tarea se hace más entretenida. De todas maneras, es muy probable que con sólo tres conclusiones y aplicaciones hayas registrado lo más importante del libro.
La regla me parece muy interesante y necesaria para aprovechar mejor nuestras lecturas.
Si embargo creo que hay que tener en cuenta algo importante, especialmente respecto al tercer 3 (tres aplicaciones): en ocasiones lo que leemos nos proporciona un conocimiento sin aplicación inmediata pero que puede ser de utilidad en un futuro.
Con frecuencia me he visto en circunstancias en las necesitaba solucionar un problema o proporcionar un argumento y sin quererlo a mi cabeza ha llegado una idea extraída de una lectura aparentemente olvidada pero que había permanecido en mi subconsciente a la espera de una oportunidad para aflorar.
Apropiándome de un concepto de Steve Jobs, es en ese momento cuando «unes los puntos» y comprendes la idea y su aplicación. Por ello pienso que casi siempre ninguna lectura es inútil y siempre aprenderemos algo que nos sirva para aplicar ahora o en un futuro.
No obstante coincido que aplicar técnicas para sacar mayor rendimiento de lo leído es muy importante. Así que no dudes en compartir alguna más en otros artículos.
La relevancia de mucho de lo que lees muchas veces no la reconoces hasta pasado mucho tiempo; cuando conectas los puntos, como dices tú.
La técnica es simplemente una manera de hacer más probable el conectar los puntos.