Rafael Tejado, del blog Hacking the obstacle, nos visita de nuevo con la segunda parte de un experimento intelectual especialmente interesante para los informívoros y demás trabajadores del conocimiento: la lectura con atención plena.
En el primero de los dos artículos, Cómo leer un libro con atención plena 1ª parte, nos presentó un método de lectura minimalista con atención plena.
En este segundo artículo, después de poner en práctica el método y leer el libro The Obstacle is the Way, nos informa de los resultados del experimento y sus conclusiones.
Además, puedes leer una interesante reseña de The Obstacle is the Way en su blog.
Hace aproximadamente un mes escribí un artículo proponiendo un experimento. En él pondría a prueba un método de lectura con el fin de sacarle el máximo partido a un libro en concreto: «The Obstacle is the Way». Con el libro terminado y todo el trabajo hecho, vuelvo aquí a contarte las conclusiones que he sacado.
Dentro del experimento propuse 3 preguntas sobre el proceso que debía contestar al finalizarlo. Así que voy a usarlos de esqueleto para este artículo.
Para no entremezclar lo que he extraído del libro con lo que es el experimento en si, he decidido escribir otro artículo en mi propio blog en el que resumo los puntos más importantes.
Antes de entrar en materia, te hago un pequeño resumen de las conclusiones que he extraído del experimento:
- La regla de las 3 preguntas es fundamental por su rendimiento (poco tiempo – grandes resultados).
- Las tareas que producen una mayor fricción, pasar contenido a tarjetas y escribir una artículo resumen, dan grandes beneficios por lo que demandan de ti.
- Lo que obtienes de un libro no depende tanto de la calidad de éste como de la forma en que lo lees. A mayor implicación y entrega, mayores beneficios.
–

1ª pregunta: ¿Dónde se encuentra el 80% de los resultados obtenidos?
Responder a esta pregunta me ha costado bastante. Muchos de los lectores conoceréis de sobra la ley de Pareto o regla del 80/20. Por mi parte soy un firme creyente de ella.
Pero en este caso me he encontrado con que cada una de las piezas del proceso puesto en marcha cumple una función concreta e irremplazable.
Debo decir que me ha sorprendido mucho el potencial que poseen unas actividades que a priori son tan simples como hacerte 3 preguntas antes de leer y sacar 3 conclusiones nada más terminar. Comparadas con las otras actividades, la relación inversión de tiempo frente a resultados obtenidos es abrumadora. Por lo que si me obligaras a quedarme con una sola práctica, seguramente sería con esa.
¿Por qué es tan grande esa relación inversión/resultados? Porque esas preguntas mínimas te dan una orientación cuando te enfrentas al libro. Hacen que no pierdas de vista el propósito por el que estás leyendo. Es como si estuvieras de cacería, tratando de cobrarte la pieza que supone la respuesta a esas preguntas.
Sin embargo, las posibilidades de que todo el esfuerzo realizado leyendo el libro se pierdan en los recónditos rincones de la memoria son muy altos si no se aplican las otras dos fases posteriores, de las que hablo a continuación.
–

2ª pregunta: ¿Qué ha causado una mayor fricción?
Precisamente, esas dos últimas partes del proceso que planteé han sido las que mayor fricción me han causado.
No voy a engañarte, es muy pesado el ir repasando todo lo que has leído en busca de anotaciones y cosas subrayadas que has ido dejando por el camino y pasándolo a mano a tarjetitas del demonio que al final ocupan casi lo mismo que el libro.
Y de ponerte a escribir mejor ni te hablo, ¿no? Que todos sabemos la pereza y el bloqueo mental que nos produce la simple idea de pensar en ello.
Venga, otro problema extra del método. Dialogar y sobar un libro es un tipo de lectura MUY lenta. Llega a desesperar. Me ha costado leer un libro de menos de 200 páginas 2 semanas. (Sin seguir este proceso lo hubiera devorado en 2-3 tardes como mucho).
¿Pero para qué sirve todo este trabajo lento y aburrido? Precisamente para poder establecer conexiones con lo que has leído, que las ideas se asienten en tu cerebro y se expandan a otros rincones de tu vida. ¿Quieres un ejemplo?
–

Gracias a este libro me doy cuenta de que pasar por el tedioso proceso de las tarjetas, el leer lento y escribir artículos es un obstáculo en si mismo, y como tal, supone una oportunidad de crecer y mejorar.
Las cosas que duelen enseñan. —Benjamin Franklin
Los días leyendo a un ritmo deprimente dolían. Pero disfruté de cada página, extraje conclusiones sobre mi mismo y el mundo que me rodea, tuve un auténtico diálogo con el libro que me conectó con una filosofía que encaja perfectamente en mi forma de entender las cosas.
Las horas pasando citas a tarjetas dolían. Pero me sirvieron para recordar ideas, reflexionar sobre su contenido, conectarlas con otras ideas y parir las mías propias.
Los primeros instantes antes de ponerme a escribir, hace apenas una media hora, me han dolido. Pero ahora me tienes aquí compartiendo contigo aquello que he aprendido, invitándote a que pruebes una forma distinta de leer.
Nunca lo olvides, en cada obstáculo se encuentra la oportunidad de mejorar nuestra condición.
–

3ª pregunta: ¿Añadir/Eliminar?
¿Añadir más cosas a un proceso tan largo? Habría que pensarlo seriamente.
Una cosa que caí leyendo un artículo que escribió Santacenero a modo de respuesta a mi entrada original era el uso de mapas mentales.
Son una herramienta muy útil para asentar los conocimientos a través del manipulado de los datos. Se podría decir que cumple una función parecida a la de las tarjetas, aunque con una perspectiva más estructural y visual.
Sin embargo la ventaja que aportan las tarjetas es su flexibilidad para poder utilizarlas a la hora de escribir artículos o plantear discursos. Al ser unidades independientes de conocimiento se pueden ubicar donde queramos desarrollando relaciones muy sorprendentes.
A fin de cuentas no creo que sean incompatibles. Y desde luego los mapas mentales me parecen una adición muy interesante al método. Así que probablemente los pruebe en futuras versiones del experimento.
En cuanto a eliminar… En principio diría que nada. O por lo menos me quedaría con esos 3 pilares fundamentales que serían:
- Regla de las 3 preguntas.
- Lectura dialogando con el libro.
- Traspaso a tarjetas + Artículo resumen
–

Eso sí, hay un problema fundamental en la implementación de todas estas prácticas de golpe. Las probabilidades de abandono queriendo hacerlo todo de buenas a primeras seguramente son muy altas. Sobre todo si no estás acostumbrado a leer con asiduidad.
Por eso creo que empezaría priorizando la regla de las 3 preguntas y el diálogo con el libro para ir haciéndote el cuerpo al trabajo que realmente supone sacarle el mayor rendimiento posible a un libro.
Aunque no me cansaré de repetir una y otra vez que ese esfuerzo que a ratos parece mortal e insoportable a la larga supone la diferencia entre otro libro más en tu vida y una experiencia que puede revolucionarla y poner patas arriba tus creencias y planteamientos.
Es lo que me ha ocurrido con «The obstacle is the way». Debo confesarte que el libro en si mismo no me ha parecido el mejor del mundo. Es un buen libro, y ya está. Lo que realmente ha hecho de su lectura algo renovador en mi mundo ha sido la pelea constante y la reflexión con los conceptos que en él iba encontrando.
Después de todo esto, no puedo evitar el invitarte a que pruebes a leer de esta manera. Te aseguro que verás como el tiempo invertido en este proceso parezca una tontería comparado con todo aquello que obtendrás de cada libro que leas. Hazlo y cuéntame si de verdad es así o es solo cosa mía. Que lo mismo me estoy emocionando con una tontería… Aunque permíteme dudarlo.
Nada más. Muchas gracias por leerme y espero que en estos dos posts invitados hayas aprendido y la propuesta te haya parecido interesante.
–
Referencias
- Cómo leer un libro con atención plena 1ª parte, primer artículo de la serie.
- En el obstáculo está el camino. Reseña de The Obstacle is the way, en blog de Rafael Tejado.
- Cómo leer libros minima-listamente
- Regla del 3+3+3 del aprovechamiento libros
- Aprovechamiento de la lectura, mapas mentales. En el blog Santacenero.
Muy buen artículo. Personalmente llevo aplicando la técnica del «sobeteo» del libro ya unos años, con muy buenos resultados. Cuando la lectura me está gustando mucho suelo empezar algún diálogo interno para dar vueltas y asimilar algunas de las ideas mas relevantes. Ahora añadiré la técnica de las 3 preguntas, que me parece muy interesante. Lo de las fichas, buff, hay que tener mucha fuerza de voluntad. Creo que se puede aplicar con alguna lectura que sea de especial relevancia, pero como rutina parece duro.
Muchas gracias por tu comentario Samurai. Lo de las fichas tienes razón en que es durísimo. En mi caso al final casi que me hace plantearme dos veces el leer un libro. Además es una parte del proceso que depende mucho de las cosas que extraigas de la lectura. Si el libro tiene poca «chicha» te lo puedes quitar de en medio en un momento. Pero vamos, que estoy contigo en que hace falta muchísima fuerza de voluntad.
Me ha parecido muy, pero muy interesante. Creo que adoptaré esta práctica, puede que sea más útil leer menos pero mejor. Gran artículo. Y el de tu blog también.
Muchísimas gracias Anca. Creo que Homo Minimus es de la opinión de lo que dices, de que es más útil leer menos pero mejor, mucho más provechoso. Y yo me estoy uniendo a la escuela poco a poco. Aunque no te acabes uniendo, por lo menos probarlo una vez seguramente te resulte interesante por la experiencia 🙂
Qué gracia, justamente esto lo estoy haciendo con una selección de libros que me parecieron interesantes, pero que como se dice, se pierde mucha de la información si no se lee de otra manera. Sí, es lento (sobre todo lo de las tarjetas), pero es también muy útil si quieres sacar algo duradero del libro y ser capaz de crear conexiones.
Me recuerda a leer libros en otro idioma al principio…duele que es un horror ir tan lento, pero si lo haces bien, sacas un montón de vocabulario y al cabo de algunos (muchos?) libros, tienes una cantidad de vocabulario nada desdeñable. Lo malo es la paciencia para hacerlo una segunda o tercera vez, dado lo lento del método.
He leído los dos Post que nos has compartido, el planteamiento del experimento y los resultados, me han parecido interesantes y útiles. Empiezo con este rollo de lectura activa y pensamiento crítico (más vale tarde que nunca). Es emocionante analizar, cuestionar, desarrollar y dar conclusiones ante una idea, pensamiento o situación dada. Aunque sinceramente se encuentra complicado en un principio. Cruzo los dedos porque sólo sea el inicio de este proceso que espero utilizar en todo mi futuro.
Me surgió la duda si este método funcionaria con cualquier tipo de texto. Aunque supongo que si, no estoy muy segura y quiero empezar en principio con textos escolares y en un futuro cercano, cuando sea más parte de mi, usarlo para textos de interés (que vienen siendo parecidos a los textos escolares).
¿Funcionara este método para cualquier tipo de texto?
Te doy las gracias, por compartir este tipo de experiencias.
Me encanta este post, contagia energía!!!