Olvida mi última entrada en el blog. No quería decir lo que dije. Al menos, no quise decirlo como lo dije y dar pie a malentendidos.
A decir verdad, me gusta escribir en este blog e interaccionar simbólicamente en los comentarios y en los podcasts con algunos de los amigos y lectores de este blog, ya sean casuales, que pasaban por aquí, o gente que acude al blog de forma periódica (semanal, mensual). NUNCA eres un lastre, una carga, una cortapisa, un obstáculo, una pejiguera, un fastidio, un peso muerto, un lector cansino, una piedrecilla en el zapato.
Este blog me ha convertido en mejor persona gracias a ti.
Pero por muy buena persona que sea o que parezca (que hablen de uno aunque sea bien), todavía tengo mucho recorrido; es más, me siento al principio del camino y con unas terribles ganas de aportar, agradar, instruir y ser instruido.
Siempre he dicho que este blog es un ejemplo de lo que deberían ser las redes sociales digitales: un mecanismo para generar conversaciones de calidad entre personas de calidad (sí, este público que tanto me quiere es superior a la media, muy superior a la media, al menos dos desviaciones estándar). Estoy muy orgulloso de ti (fíjate en cómo hablo de ti, no de vosotros, no de los lectores, lo hago para que sientas que te hablo a ti, a la persona, no al nicho de mercado, al segmento, al «cluster»).
Soy un manipulador, ya lo sabes, te doy una de cal y otra de arena, me tienes calado (aunque también arenado), no quiero negarlo; de hecho, siempre he hecho gala de ello, mi comportamiento puede parecer cínico, pero a pesar de parecerlo, sí que lo es. Lo que no reluce a veces es oro. La donna (y el divo) è mobile.
Periódicamente, suelo animarte a darte de baja (por ejemplo: aquí, aquí y en otras entradas que no me digno a buscar), ya sabes que mal se paga a un maestro permaneciendo siempre discípulo, por eso aprovecho la oportunidad para animarte –una vez más– a que pulses el enlace de «Cancelar la suscripción» (al final de este correo) y solo entres en el blog cuando te acuerdes de Homo Mínimus o cuando te despiertes de una pesadilla temeroso y tembloroso buscando guía en una fría noche de invierno.
Si no lo haces, atente a las consecuencias: avalancha de correos promocionales, venta de libros de baja calidad escritos por el autor, autobombo, cursos de crecimiento espiritual en retiros de fin de semana en casas rurales donde solo crecerás tres o cuatro kilos, riesgo de ser captado por una peligrosa secta neoludita y el escaso tiempo que te queda de vida buscando el vellocino de oro en el lugar equivocado.
Dicho esto, ya sabes: quien avisa no es Rajoy (aunque sí Mariano). ¡Vota a Vox! (con letra de El Genio).
Me gusto.
Jajajajajajaja…..
¿Qué es eso de incitar a que nos demos de baja? Personalmente,por ahora no veo el motivo. Saludos.
Vete, ya tío!!!
Bueno….. nada nuevo bajo el Sol. Se te entiende muy bien…. ¿o no? Yo qué sé.
Releyendo una lectura de juventud LA VIDA PRIVADA Y PÚBLICA DE SÓCRATES se da uno cuenta de que tanto en lo personal y en lo político, poco ha cambiado en miles de años. Se pude pensar que es una recreación interesada del autor….. pero es que el libro es de los años 50′ del siglo pasado. Y las cosas parecen iguales.
¿Está a nuestro alcance cambiarlas? No lo sé, pero seguro que lo primero que tenemos que hacer es tener un diagnóstico acertado sobre nosotros mismos y sobre las cosas. Y eso no es tan fácil; requiere mucha sinceridad con uno mismo.
Nos quieres echar pero no das de baja tu blog, veo deseos contradictorios aquí. Quiero pensar que todo esto lo escribe tu YO esquizofrénico
No, no quiero echarte. Y menos a ti, amigo. Es solo que estoy cansado de repetirme y pensé que cambiando de público o quedándome sin lectores tendría más libertad para innovar.
Siempre te has alejado tanto de la cotidianeidad y de repetir los clichés de otros blogueros, tal vez lo «novedoso» para ti ahora sea escribir de lo trivial, repitiendo frases hechas. Ánimo en busca de esa creatividad, de esa nueva musa, seguro que la encuentras, lo que no sabemos es cuando 😉