Nueva política de comentarios

Siguiendo el espíritu de apasionada experimentación con el que queremos impregnar este blog y dando un paso más en el proyecto El perdido arte de la conversación,  he decidido implantar una nueva política de comentarios.

Mi intención es fomentar la participación, lograr que cada vez más este blog se parezca a una conversación. Ciertamente, una conversación en la que yo llevo la voz cantante, pero una conversación al fin y al cabo.

Me gustaría que los temas de los que escribo y que elijan los artistas invitados sean el resultado orgánico de una charla espontánea, natural, que fluye como un torrente zigzagueando por la ladera de una montaña: uno dice una cosa, en el otro resuena tal cosa, entonces dice algo que a su vez influye en el primero que dijo la cosa,  lo que lleva a una variante del tema inicial, entonces otro se siente interesado por la variante y hace otro comentario que a su vez desata un pensamiento en otro y así sucesivamente.

Quiero que te sientas lo suficientemente a gusto como para decir lo que se te pase por la cabeza. Ya sabes que no censuro comentarios ni antes de publicarlos ni cuando están ya publicados, tampoco tienes que hacerlo tú. Yo maldigo a los blogueros que aprueban y reprueban comentarios, así que espero no tener que maldecirme.

No leo los comentarios y luego los autorizo. Tú escribes y yo leo lo que escribes, y ahí se queda, me guste o no (si escribes comentarios homófonos o racistas, por poner un caso, me aguanto: uno es dueño de sus palabras y sus silencios, y también el único responsable) .  

Sabes que ni siquiera tienes que escribir tu nombre verdadero o correo electrónico, puedes ser completamente anónimo si así lo deseas.

Política de comentarios

Me comprometo a responder a las preguntas explícitas, no a los comentarios.

¿Por qué?

Porque en una conversación entre amigos los comentarios son como bengalas que se lanzan para señalar el interés sobre un tema. Son como ganchos atados a hilos de los que uno puede tirar o no. Un conversador deja caer un comentario y el amigo tiene la libertad de seguirlo o no, no necesita decir algo para llenar el silencio. Mis artículos son mis comentarios y tú puedes seguirlos o no. De la misma manera, yo puedo decidir seguir o no alguno de tus comentarios.

No es la única forma de participar en la conversación de este blog. Tienes varias más:

  • Me puedes escribir a mi correo electrónico (respondo usualmente en menos de tres semanas)
  • Puedes querer escribir un artículo y yo publicarlo en el blog. Tengo una sección en el blog para artículos invitados.
  • Puedes querer participar en un pódcast de este blog. Elige un tema que te estimule y me lo propones
  • Incluso, puedes tener una conversación conmigo fuera del pódcast vía Skype o Zoom (tengo varias personas desatendidas, pido disculpas, intentaré subsanarlo)
  • Puedes querer comer conmigo y extender mi Proyecto 52 comidas
  • Puedes querer dar un paseo conmigo y extender mi Proyecto 52 paseos
  • Puedes, por supuesto, escribir todos los comentarios que te vengan en gana
  • Si quieres, puedes hacer comentarios y preguntas en la «Caja de conversación» que tengo en la esquina inferior derecha. Si no estás suscrito al boletín informativo del blog, no olvides dejar tu correo electrónico para que así pueda responderte vía correo.
  • De cuando en cuando, estaré en directo y podremos charlar en la caja de conversación.

Supongo que la mayoría de los lectores querrán ser simples merodeadores, voyeurs de otras vidas y pensamientos, pero no es imprescindible que sea así. En cualquier momento puedes decidir dejar de mirar tras la cortina, salir a campo abierto y proferir un pensamiento.

Proyecto El perdido arte de la conversación

argument2

Todos los artículos y podcasts del Proyecto El perdido Arte de la Conversación




Procesando…
¡Lo lograste! Ya estás en la lista.

Todo llega a su fin

Llegó el día que tanto temías: estás despedido.

No volverás a recibir mis artículos.

Creo que no tiene sentido para casi nadie recibir artículos diarios o semanales de un blog; por muy bueno que sea, no tienes la capacidad de procesamiento ni mucho menos la capacidad de ejecución para aplicar en tu vida lo leído. Además, te conviertes en una rata reactiva que sigue la agenda (y también los caprichos) del que envía los artículos, no la tuya propia. En la mayoría de los casos, estarías mejor leyendo un libro que encaje con tus intereses actuales, conversando con un amigo o simplemente cultivando el perdido arte de la contemplación.

Alguien dirá que le gusta recibir los artículos cómodamente en su bandeja de entrada y elegir libremente qué leer o no leer. Pero creo que es mejor que cuando sientas las ganas o te acuerdes, entres en el blog y busques los últimos artículos, en vez de recibirlos automáticamente. Además, me preocupa que los momentos de aburrimiento o de no saber qué hacer los llenes leyendo material que puede no encajar con tus intereses actuales.

Te he animado muchas veces a darte de baja de este blog. Lo he conseguido con unos cientos de personas pero no contigo. Hoy tomo las riendas de tu vida y dispongo que este sea el último artículo que recibas vía correo electrónico.

Pero no todo está perdido

Sustituyo el envío de artículos por el envío de un boletín informativo de minimalismo existencial. La frecuencia será de un mínimo de una entrega por mes y un máximo de dos por mes.

En contadas y justificadas ocasiones, podré vulnerar la regla y no enviarte nada durante el mes o hacerte más entregas, pero serán excepciones que confirman la regla (aunque más bien la desmientan).

Después de recibir este último artículo, recibirás pocos segundos después en tu bandeja de entrada mi bienvenida al boletín informativo del Homo Mínimus. Seguramente, ese mensaje sea el siguiente en la linea de correos.

Ahí tendrás otra oportunidad de darte de baja del boletín. Creo que la mejor opción es esa: que te des de baja inmediatamente y que solo vuelvas al blog o te suscribas al boletín si lo echas de menos.

A partir de mañana

Seguiré escribiendo artículos en el blog, pero me sentiré más libre de escribir lo que quiera y al ritmo que quiera sin necesidad de inundar tu bandeja de entrada. En el boletín informativo, haré referencia a los mejores artículos que escriba y a otros asuntos. Quizá haga un resumen minimalista (aunque no mínimo) de lo ocurrido en el último mes en el blog y te indique las herramientas minimalistas que más eficaces me parezcan.

No habrá «contenido exclusivo» para suscriptores al boletín informativo, pues no pienso guardarme nada para incitarte a que sigas suscrito al boletín; como mucho, tendrás una versión más condensada y organizada de mi teoría del minimalismo existencial. Siempre he deseado seguir el principio de diseño de complejidad por capas y creo que el boletín te puede ayudar a encontrar mejor tu camino.

Y esto es todo.

Gracias a todos lo que durante estos años recibieron en su bandeja de correo los artículos de este blog. Me motivasteis a escribir y desenredar nudos vitales, y, con vuestros comentarios, a corregir y mejorar mis ideas.

Ahora empieza una nueva etapa.

Y ya sabemos que todos los inicios son hermosos.