Este mes de Elul 1, estoy dedicando una hora diaria al retiro contemplativo y reflexión moral para dedicarme a revisar mi comportamiento, mi vida, mis errores, con el fin de subsanarlos y alumbrar nuevas y mejores resoluciones y compromisos de mejora antes del nuevo año
A diferencia de otros años, que dediqué escasos días a revisar mis asuntos y a formular las tradicionales resoluciones del nuevo año, este me he concedido un periodo de cuarenta días para hacer la reflexión más pausada y dar más tiempo a que se desplieguen las implicaciones y quizá revelaciones de mi actividad contemplativa.
Mi tendencia habitual es primero reflexionar, darme cuenta de los errores, y, después de formular compromisos de cambio, esperar al nuevo año para dar el pistoletazo de salida y comenzar de cero.
Solemos creer que, para conseguir grandes cambios y significativas reformas morales, se requieren grandes ocasiones, oportunidades magníficas, espectaculares acciones que refuljan en el telón de fondo de la existencia. Pero el cambio no suele funcionar así, de manera espectacular o sorprendente, voluntariosa o corajuda. Es más probable que el cambio se produzca por evolución a lo largo del tiempo2 –haciendo pequeños ajustes y consolidando las pequeñas mejoras día a día– que a través de iluminaciones extáticas y bruscos golpes de timón..
Hay otra posibilidad más inteligente que diferir la acción al primer día del nuevo año : empezar ya con cualquier acción en la buena dirección.
Justo en el momento en que detectas un área de la vida o rasgo del carácter que necesita corrección y mejora, empiezas a buscar activamente oportunidades –por pequeñas o insignificantes que parezcan– para mejorar, aunque sea mínimamente, el área o rasgo del carácter en cuestión; tras haber encontrado esa acción mínima –no suele llevar mucho tiempo—la ejecutas sin dilación derribando cuanto te cierra el paso (principalmente, la inercia vital, la segunda fuerza más poderosa del Universo Psicológico).
Si yo no me ocupo de mí, ¿quién lo hará? Y si sólo me ocupo de mí, ¿qué soy? Y si no es ahora, ¿cuándo?
Hillel, Pirket Avot 1:14
Si imaginas la determinación de cambio como una esfera rodante, y la conciencia y el deseo de algo mejor como las fuerzas que llevan la bola hasta el borde del plano inclinado, entonces la Acción Consecuente Siguiente (A.C.S) es el empujón que permite que la bola empiece a desplazarse por la pendiente y adquiera momento.
Necesito una nueva palabra para este concepto: reflacción: la actividad de reflexión que conlleva, casi inmediatamente, una A.C.S, acción consecuente siguiente.
Esa primera A.C.S es como la excepción a la regla de mi mal comportamiento; y aunque la excepción no invalida la regla de mi corrupto carácter, sí que contribuye a crear la anti-regla de un mejor comportamiento, el comportamiento espejo que terminará desaprobando la vieja regla y consolidando la nueva.
No creo que un acto aislado de compasión o bonhomía desconfirme la regla de que soy una persona manifiestamente mejorable, pero ese acto aislado es un primer paso en la dirección correcta y permite vislumbrar, aunque sea de muy lejos, un carácter reformado.
A lo largo de estos últimos diez días, he detectado muchas áreas de mejora; además suele ocurrir que la A.C.S es muy evidente, y es fácil encontrarla; así que, en vez de esperar al inicio del año, he decidido empezar inmediatamente a ejecutarla.
Por ejemplo, resulta que no siempre mantengo contactos frecuentes con mis mejores amigos, resulta que pueden pasar meses sin saber de ellos o hacer algún esfuerzo de conexión. Ya sé que en teoría los mejores amigos retoman su amistad como si el tiempo no hubiera pasado, pero también creo que esto tiene parte de excusa cuando no has tenido la voluntad de hacer algún pequeño esfuerzo para mantener la llama comunicativa encendida.
A este amigo llevo sin verlo casi dos años. Aunque de cuando en cuando hablamos por teléfono, es inaceptable no haber tenido un encuentro en persona en tanto tiempo. Por eso, en cuanto tomé conciencia de esta aberración, me fui al calendario y establecí la tarea(-ritual-hábito-directriz) de tener una conversación profunda, larga y distendida, cada dos meses. Calendaricé inmediatamente esta acción para hacer más probable su cumplimiento; no solo eso, sino que además tomé el teléfono y llamé a mi amigo para concertar un encuentro en los próximos días.
La A.C.S es la esperanza en el fondo de la caja de Pandora3 de nuestros pecados: después de habernos aventurado en las profundidades de nuestro peor pasado y dejado salir a la luz del día nuestras fallas morales, lo siguiente es hacer lo mínimo evidente para cambiar de rumbo y dar el primer paso de un nuevo camino con un nuevo destino.
- Mes de Elul: introspección, arrepentimiento y retorno: ↩︎
- Viva la evolución ↩︎
- Caja de Pandora. En Wikipedia. https://www.wikiwand.com/es/Caja_de_Pandora ↩︎



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Es probable que esta breve explicación arroje un poco de luz a tu periodo contemplativo
Gracias, Juancho. Seguro que el bueno de Thich puede iluminarnos.