Aprende a necesitar menos: efecto Diderot y adaptación hedónica

Este es un artículo invitado de Pablo Matilla, el autor del nuevo blog minimalista Historias minimalistas. Te aconsejo que te pases por su blog. Tiene calidad literaria y es un soplo de aire fresco.

pablom

Pablo, gracias por el artículo y bienvenido a la blogosfera minimalista existencial.

Un hombre es rico en proporción a las cosas que puede desechar.

H. D Thoreau (1817-1862)

O en el original inglés: «A man is rich in proportion to the number of things he can afford to let alone», para mí la traducción de deshechar no acaba de captar todo lo que dice let alone. Más bien, y como dice Mr. Moustacheun hombre es rico según cuántas cosas puede no querer.

Todo esto está muy bien, pero a mí siempre me ha pasado lo mismo: ¿cómo lo aplico a mi vida? Porque el deseo de comprar cosas, de acumular y de querer siempre algo nuevo es muy real.

Cuando era pequeño, recuerdo que me encantaba estrenar tubos nuevos de pasta de dientes. El primer uso era siempre especial, emocionante: unas veces el envase tenía un dibujo de un cocodrilo, otras veces el sabor era de fresa, que aún no había probado nunca, o simplemente tenía la oportunidad de estrenar la pasta de dientes de mi padre que, por cierto, picaba como un demonio. Aquello era pura felicidad e ilusión.

Menuda chorrada, pensarás. Pero el segundo día no era lo mismo. Aquel cocodrilo ya no era tan genial. El sabor a fresa era aburrido. La pasta de dientes de mi padre ya casi no picaba. Era cuestión de días que lavarse los dientes volviera a convertirse en una tarea normal y corriente: quería una pasta nueva.

Siempre me ha sorprendido esa reacción. De hecho, pensaba que era un problema mío. Pablo, siempre quieres más.

Hasta que hace poco me crucé con un par de conceptos que ayudan a entender muchas cosas: el Efecto Diderot y la Adaptación Hedónica, que tienen unos nombres un poco rimbombantes pero que son muy sencillos de entender y pueden ayudarte mucho.

Efecto Diderot

Puedes encontrar una definición muy elaborada del Efecto Diderot en la Wikipedia (en inglés), pero lo que a mí me interesa destacar es algo muy concreto: «la introducción de una nueva posesión en la existencia de un consumidor resultará a menudo en una espiral de consumo.» Dicho de otra manera, comprar te da ganas de seguir comprando. 

Vas a comprar unas zapatillas para correr. Y ya que estoy en la tienda, pillo también unos calcetines y otros pantalones cortos, que nunca se sabe.

Hay algo muy satisfactorio en el hecho de comprar. No sé si es un chute de dopamina en el cerebro o de qué se trata, pero hay algo muy real en la sensación de placer que da comprar algo.

Lo que me lleva al siguiente punto.

Adaptación Hedónica

La Adaptación Hedónica es muy sencilla de explicar, el chute de dopamina está muy bien, pero dura muy poco, o como diría mi abuelo, a todo te acostumbras, ya sea bueno o malo.

En un estudio de 1978 titulado «Lottery Winners and Accident Victims: Is Happiness Relative?» (puedes ver el pdf aquí) se expone que, tras un evento positivo o negativo, como puede ser ganar la lotería o sufrir una lesión incapacitante, tras el impacto inicial de felicidad o desgracia los niveles generales de satisfacción volvían al nivel medio tras un tiempo.

No parece una conclusión muy intuitiva, pero si lo consideras un poco más, verás que es cierto. La excitación por el objeto que acabas de comprar se esfuma muy rápidamente, y tu nivel general de satisfacción vuelve a como estaba antes de la compra.

Tus genes quieren que sobrevivas, no que seas feliz

Desde un punto de vista evolutivo, ambos fenómenos tienen sentido. Aquellos que podían acumular más recursos tenían más posibilidades de sobrevivir y, de hecho, lo hicieron. El afán por obtener cosas y acumularlas es común a todos los hombres. No es un mal propio del hombre Occidental, sino que está codificado en lo que somos, y seguramente hemos llegado a donde estamos ahora gracias a ello.

Así que, lo primero, no te sientas mal por ello. Somos así, relájate. Tus genes tienen un solo objetivo: que sobrevivas lo suficiente como para que puedas reproducirte. No hace falta ser feliz para eso.

El primer paso para modificar algo es conocerlo bien, y creo que conocer el Efecto Diderot y la Adaptación Hedónica pueden ayudarte a necesitar menos.

Comprar y acumular cosas te dará un subidón transitorio que no durará mucho. Pequeñas recompensas en forma de dopamina, que te introducirán en una espiral de novedad que no tiene fin y que solo entiende una palabra: más.

No sé tú, pero yo busco otra cosa.

Aprende a necesitar menos

Si somos conscientes de todo lo anterior, podemos tratar de controlarlo. Contarnos otra historia, otra película sobre lo que necesitamos, sobre lo que queremos. Habremos liberado espacio mental y material para determinar de verdad qué queremos en nuestra vida, cuáles son nuestros objetivos y cómo queremos obtenerlos.

No se trata de negar estos hechos, sino de conocerlos para intentar aprovecharlos a nuestro favor. Te hago algunas sugerencias:

  1. En el aprendizaje el proceso nunca acaba, estarás siempre aprendiendo a necesitar menos.
  2. Sé consciente de cuando tengas el deseo de comprar algo que no necesitas: sabes que es genial, pero que durará poco. Así que, esta vez, decide dejarlo pasar. Todo pasa. Esto también.
  3. Cuanto menos necesites, más libre y rico serás. Recuérdalo como motivación, recuerda la frase de Thoreau.
  4. Los hábitos funcionan como los músculos. Da pequeños pasos hacia tu objetivo. Hazte más fuerte poco a poco en el hábito de necesitar menos.
  5. No abandones. Solo importa la decisión que tomas ahora. Ni el pasado ni el futuro deben influir en tu decisión. Ayer compraste una chorrada que no necesitabas, así que hoy vas a seguir comprando cosas, total, el mal ya está hecho. Falso. La decisión en este momento es independiente a todas las demás que hayas tomado antes. Toma la decisión correcta ahora, como si fuera la única que vas a tomar en tu vida.

Este artículo está inspirado en el libro Mean Genes: From Sex To Money To Food: Taming Our Primal Instincts

7 comentarios sobre “Aprende a necesitar menos: efecto Diderot y adaptación hedónica

  1. El nivel de felicidad o satisfacción no depende del exterior. Por eso pasada la euforia inicial volvemos a nuestro estado «natural», en el que realmente estamos por dentro.

    Muy revelador el artículo.

  2. Gracias Flames por el comentario. Y gracias también a ti, Homo Minimus, por dejarme escribir aquí.

  3. Descubrimiento de página! Algo diferente, sencillo y con algo especial. Me mola, buen trabajo y ánimo!

Deja un comentario