Revisión séptima misión curso de perseverancia

¡Esta misión será pan comido!
…ah, no, tampoco.

~Tomelin5

La misión de esta semana consistía en permanecer al menos un día sin comer nada durante 16 horas.

6 días sobre 7 no desayuné. A veces, fueron 14 horas de ayuno, otros días llegué a las 16 horas. No me supuso gran esfuerzo, pero yo ya he practicado este ayuno bastantes veces en el último año, así que no puedo hablar por el resto de los cursillistas.

Estamos poco familiarizados con el hambre. Creemos que no podemos pasarnos una o dos comidas sin desfallecer. Si eso fuera verdad, nuestros antepasados lo hubieran tenido difícil para sobrevivir. Los entes biológicos estamos preparados para variaciones e incluso prosperamos con ellas. Un poco de variación no nos suele venir mal, siempre que no sea extrema.

Para mí el descubrimiento más importante derivado de la práctica del ayuno es que el hambre es una sensación «impermanente», por usar la terminología budista de la atención plena. Dura unos minutos, se hace intensa en algunos momentos, pero pasado un cuarto de hora o poco más deja de molestar. Es una excelente práctica para estar con una sensación demandante, apremiante, tomar conciencia de ella y dejarla estar, sin intentar reprimirla o satisfacerla inmediatamente.  Ha sido otra buena oportunidad para aprender a convivir con la incomodidad. Aunque esta sea física, es generalmente soportable.

¡Qué gran libertad hay en ser capaz de hacer las cosas que no te apetecen! El horizonte vital se expande, lo que antes no era posible se vuelve probable.

En la tercera reencarnación, cuando entrenemos el hábito del ejercicio y consigamos instalarlo permanentemente en nuestra rutina diaria, vamos a seguir enfrentándonos a la incomodidad de raíz física. De todos modos, es difícil saber dónde acaba lo físico y empieza lo mental. Creo que parte de lo que llamamos «hambre» muchas veces tiene que ver con sentirse ansioso. En la práctica de atención plena de la primera reencarnación,  un bocado cada vez, tuvimos la oportunidad de ralentizar la ingesta de comida y saborear las sensaciones.  Esta misión ha sido un paso más para familiarizarnos con nuestras sensaciones internas y nos vendrá muy bien en el curso de ejercicio físico de la tercera reencarnación.

¿Ayunos y shabbat?

Estoy considerando el introducir más a menudo los medio-ayunos en mi semana. Descarto que forme parte de mi shabbat, que ya practico regularmente 24 horas a la semana entre dos puestas de sol (la del viernes y el sábado; y a veces, la del sábado y el domingo).

El shabbat es un espacio para la contemplación espiritual y el deleite de los sentidos, así que lo más probable es que mi faturday semanal coincida con el shabbat.  La mayor tranquilidad de ese día promoverá un consumo de comida responsable.

 

5 comentarios sobre “Revisión séptima misión curso de perseverancia

  1. De toda una semana, por pereza, fundamentalmente, solo pude hacerlo dos veces. El viernes que ya no me quedaba más remedio (después de haber prokastinado los otros 4 días) y el sábado que el ayuno al final no fue tal porque fui forzado a desayunar.

    Ha sido una sensación buena, he sentido hambre y lo que describes, un modo mucho más consciente de lidiar con la incomodidad. Sé que no es malo y que va a terminar la sensación de hambre pero es ayuno.

    Hasta ahora, de ese abandono de la zona cómoda, es la vez que mejor he podido «sentirlo», nuestra resistencia al cambio, una incomodidad soportable…

    En fin, que estoy muy agradecido.

    Saludos.

  2. Yo conseguí hacer ayuno 5 de los 7 días. El primer día fue espantoso, me costó deberás llegar a las 16h. La comida no me sació suficiente y por la tarde piqué, cosa que nunca suelo hacer y me disgusta. El segundo día mejor, aunque mi cuerpo se resistía. A partir de ahí, ningún problema, conseguía mantener bajo control mi hambre.
    A la gente le parece una locura ayunar, como si no fuera bueno cuando lo es http://fitnessrevolucionario.com/2012/06/02/el-ayuno-estrategico-para-mejorar-tu-salud/
    Me ha encantado este reto, gracias.

  3. Solo lo pude hacer , cuando le puse un propósito…en este caso un día de purificación en temazcla y una clase d e yoga…solo de esa manera, pude dejar pasar las señales fisicas…en la semana …cada día tenía mas hambre …seguimos en el camino

  4. Admito mi fracaso estridente con esta consigna: yo solo ayuno si tengo obligación de hacerlo (para hacerme unos análisis, por ejemplo). Quiero decir: mi fracaso ha sido a propósito y no siento culpa alguna. Buscaré la incomodidad en otras cuestiones.

    En cuanto a las bondades del ayuno, Cristina, yo tendría cuidado a la hora de elegir tu nutricionista de cabecera y a la hora de decir que la gente no sabemos lo bueno que es el ayuno… Por un lado, entramos en asuntos de salud —cuestión delicada donde las haya— y, por otro, hay mucha gente diciendo muchas cosas contradictorias entre sí sobre alimentación (y mucho gurú pseudocientífico sacacuartos, como Dukan, por ejemplo).

    Sin ánimo de polemizar —no soy nutricionista—, aporto el punto de vista contrario: el de Julio Basulto, un conocido nutricionista que persigue las llamadas dietas milagro, solo prescribe el ayuno bajo control de un especialista y en determinadas circunstancias. Es fácil rastrearlo en la red.

    Por mi parte, me he limitado a cumplir con mis cinco comidas al día, con algún fallo comiendo fuera de esas comidas… 😉

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