Regla de la distribución del tiempo de trabajo en la vida

Cuando tienes tiempo no tienes dinero; cuando tienes dinero no tienes tiempo; cuando tienes tiempo y dinero ya no estás para nada.

—Homo Minimus

-Según los economistas, el tiempo libre y el ocio son recursos, tanto como cualquier otro recurso. Dividimos nuestro día y el año entre tiempo de trabajo, para  obtener dinero para comprar bienes y servicios; y tiempo libre o de ocio, para relajarnos, estar con familia y amigos, descansar o para lo que queramos.

Según este minimalista existencial, el tiempo libre es uno de los recursos más preciados ( “En el tiempo de ocio encuentra su sabiduría el escriba…”). Sin tiempo libre ningún bien material se puede disfrutar plenamente y pocos bienes espirituales son accesibles.

¿Qué debemos hacer con el dinero que ganamos?-

Teoría de la renta permanente

Según la teoría de la renta permanente  de Milton Friedman, un consumidor no decide qué consumir en función de lo que gana en el año, sino que su consumo en el año está determinado por lo que espera ganar a lo largo de toda su vida.  Distribuirá su renta esperada total  de manera equilibrada a lo largo de todo su ciclo vital.

 Esta teoría supone un comportamiento muy razonable. Desde el punto de vista de la satisfacción que obtiene del consumo, la utilidad marginal  del consumo  se reduce cuando aumenta el consumo.

Esto significa que los años que ganas mucho dinero —pongamos 50.000 euros—, si lo gastas todo, el último gasto en consumo —digamos  los últimos 1.000 euros— te reporta mucha menos satisfacción que los años en que ganas poco; por ejemplo, los últimos 1.000 euros en tus años de universidad o en tu primer trabajo —cuando quizá podías ganar 4.000 euros anuales en trabajos a tiempo parcial o en el verano— tienen una utilidad marginal o satisfacción lograda de ese consumo mucho mayor, les sacabas mucho más partido.

Dicho de otro modo, los últimos euros gastados cuando has gastado mucho son menos satisfactorios que los últimos que gastas cuando todavía has gastado poco. La razón es que un consumidor racional empieza gastando su dinero en los bienes o servicios que más satisfacción le producen y los sucesivos gastos suelen hacerse en los que menos.

Por esto es razonable que distribuyas tu consumo en función de lo que esperes ganar a lo largo de tu vida, de tu renta permanente. De hecho,  la teoría de la renta permanente se cumple empíricamente: se observa que la gente se comporta más o menos de acuerdo a ella: lo que el consumidor considera renta “normal” lo dedica al consumo en un determinado porcentaje; pero si una persona tiene un ingreso que percibe como “extraordinario” — pongamos un premio de lotería o un año en el que va especialmente bien el negocio— suele ahorrar una parte mucho más grande y retrasa el gasto de ese dinero a los siguientes años de su vida.

Cuando la gente gana poco pero espera ganar más en el futuro se suele endeudar; pero cuando gana mucho e interpreta que esa renta es temporal, no representativa de su renta normal, suele ahorrar ese dinero para irlo gastando escalonadamente en sucesivos años. Por eso la gente ahorra para la jubilación, porque quiere mantener su estilo de vida cuando  gane menos que en sus años más productivos laboralmente.

¿Qué deberíamos hacer con el tiempo libre del que disponemos? 

Teoría del año sabático

La analogía con el caso del consumo de nuestra renta total esperada en la vida es obvia. Pero no sé si nuestro comportamiento habitual es igual de racional.

Veamos que suele hacer el ciudadano en occidente : pasamos 25 años estudiando. 40 años trabajando. 15 años retirados. Nuestro consumo de tiempo libre se dispara en los últimos 15 años. La cuestión es: ¿es este el mejor uso posible del tiempo? ¿Por qué concentrar la mayor parte del consumo de tiempo libre al final de la vida?

Como hemos visto, la utilidad marginal de ese tiempo será necesariamente muy baja: muchísimo tiempo libre hace que  cada vez lo usemos menos satisfactoriamente; al igual que muchísimo dinero gastado en poco tiempo hace que lo que gastas al final sea principalmente en fruslerías.

Por otra parte, es probable que los últimos años no sean los mejores para obtener la mayor utilidad posible del tiempo, aunque solo sea porque no estás en plenitud física y mental, y ciertas actividades te están vedadas o son más dificultosas. Un año de tiempo libre a los 30  o los 50 puede ser aprovechado mejor que a los 90.

Stefan Sagmeister, un diseñador de talento, tiene la siguiente regla que ha puesto exitosamente en práctica: tómate un sabático cada 7 años.

“Pensé que podría ser útil quitar 5 de esos años de retiro [de los 15 habituales] y distribuirlos en los años de trabajo” dice Sagmeister. Y añade “es claramente un disfrute para mí, pero probablemente incluso más importante  es que el trabajo que sale de esos años [sabáticos] revierte en mi empresa y la sociedad en su conjunto en vez de beneficiar  sólo a uno o dos nietos.”

Por tanto, la regla es la siguiente:

Saca 5 años de retiro —quizá entre los 65 y los 70— y distribúyelos — un sabático cada 7 años—   entre los 40 que ibas a trabajar. Así trabajarás 35 de esos inicialmente 40 años de trabajo.

Fíjate que sigues trabajando igualmente 40 años, pero los has redistribuido a lo largo de tu vida.

Stefan aumenta su disfrute y satisfacción personal y además, según  asegura, obtiene ideas frescas, nuevas experiencias e inspiración, que después del sabático puede emplear de maneras creativas mejorando su trabajo y su productividad. En una conferencia en TED, The Power of time off (podéis verlo con subtítulos en español) explica  cómo usa los sabáticos para refrescar y reenergizar su trabajo, y cómo pasamos por alto el valor que tiene el tiempo libre. Nos muestra también algunos de sus proyectos innovadores inspirados por el tiempo que pasó en Bali.

Con la regla de los 7 años de Stefan estarías dedicando el 12,5 % del tiempo total a sabáticos no directamente productivos.

Esto no quiere decir que sea tiempo sin hacer nada; al contrario, Stefan piensa que es bueno urbanizar o estructurar este tiempo. Pero es un tiempo alejado de las urgencias y presiones habituales y un tiempo para explorar libremente otras posibilidades.

Empresas innovadoras

A propósito, algunas de las empresas más exitosas del mundo hacen uso del tiempo libre dentro del trabajo como forma de fomentar la creatividad, no se obsesionan por estar produciendo constantemente o por rentabilizar en el corto plazo todo lo que hacen.

3M, una de las empresas más innovadoras de todos los tiempos, deja a sus empleados un 15% del tiempo para perseguir los proyectos personales que quieran, sin restricción alguna.

Google da a sus empleados un 20% del tiempo para usos personales.  Estimula a sus trabajadores a utilizar el 20% de su tiempo laboral en pensar y desarrollar nuevos proyectos. La compañía asegura que la mitad de los productos que ha lanzado provienen de ese 20% de tiempo libre para los empleados.

Ferrán Adrià abre su restaurante 5 meses al año y dedica los otros 7 meses a experimentar y crear nuevos platos.

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11 comentarios sobre “Regla de la distribución del tiempo de trabajo en la vida

  1. Es difícil planificar así y más en España. La mayoría de las empresas aquí, si es que aceptan darte un año sabático, puedes darte por muerto laboralmente porque se entiende que no estás comprometido con la compañía sino contigo mismo. El año sabático está bien si eres catedrático de Universidad. O sea, élite. O como Adría y otros empresarios de éxito. Por lo tanto yo daría un doble consejo: O bien logras trabajar en tu pasión con lo cual mezclarás trabajo y ocio, o bien eres élite como un Adriá, un catedrático de universidad o un Benjamín Franklin que quizá antes de los 40 ya tenía suficiente para vivir toda la vida. Claro que para ser élite hay que tener: 1º buenos genes, 2º trabajar 70 horas a la semana durante muchos años 3º tener a la diosa fortuna de tu lado (buena salud , no tener muchos problemas familiares, no nacer en un país socialista etc)

    1. Los tiempos de la empresa para toda la vida y la consecuente lealtad de por vida ya han pasado; por eso creo que lo que dices sobre la «muerte laboral» es bastante relativo.
      Da la sensación de que supones que el valor personal laboralmente hablando se mide por la capacidad para sacrificar los propios deseos a las necesidades de la empresa; más bien, en mi opinión, se mide y se medirá cada vez más por el valor que seas capaz de aportar a la empresa, por tu capacidad de ofrecer un valor mayor y diferenciado al del resto de los trabajadores.
      Estoy completamente de acuerdo en que la estrategia más inteligente es la de trabajar en algo que te permita convertir tu pasión o vocación en vacación (parafraseando a Mark Twain), así el carácter negativo u obligatorio del trabajo se diluirá.
      No tan de acuerdo en la segunda parte de tu consejo: ni mucho menos creo que haya que ser una superestrella para tomarte años sabáticos. Te bastaría con ahorrar un 14% de tu renta anual durante 7 años y emplearla en el año sabático. También ayudaría que redujeras tu «tren de vida» durante el año sabático y convirtieras el tiempo libre en ese año en un tiempo activo y creativo. El ocio activo es mucho más barato que el ocio recreativo comprado a base de dinero. Se puede viajar por muy poco dinero e incluso se puede tener un año plenamente satisfactorio sin salir de tu lugar habitual.
      Además, si ese año sabático te permite explorar posibilidades y aprender nuevas habilidades tu valor como trabajador puede aumentar durante el año sabático, tal y como asegura Stefan Sagmeister. Es contraintuitivo, pero tengo la sensación de que el simple paso del tiempo en el trabajo (los llamados «años de experiencia) no mejoran necesariamente tu productividad; incluso, hay evidencias de que la calidad del trabajo puede disminuir. Una cosa es «30 años de experiencia» y otra muy distinta «la experiencia de un año 30 veces repetida».

  2. Me parece una idea más que razonable, aunque como dice atilox, difícilmente practicable.

    Mi experiencia en la empresa privada es que la gente que pone algo por delante de los intereses de la empresa está acabada.

    En el funcionariado es posible, aunque una persona que conozco, lo hizo y fue tachado de loco por todo el mundo y cada vez que hablan de él es «el que se fue a la India».

    Entre los extranjeros (americanos, ingleses e israelitas que conozco) es de lo más normal. Puedes encontrarte un hippie con rastas que al año siguiente, vuelve al bufete en Inglaterra, se corta las rastas y se pone un traje.

    La clave de esto para mí, es gastar menos. Sólo así tienes libertad para ser dueño de tu propio tiempo.

    Respecto a las empresas innovadoras (las menos), sería cuestión de un post el debatir si es mejor dejar total libertad a los trabajadores o restringir sus posibilidades para fomentar la creatividad. Mucha gente se pierde sin un foco concreto. (?Existe éste post?, confieso que he empezado tarde y aún me quedan muchos por leer).

    Por cierto, que acabo de ver el documental «La doctrina del shock», y el comienzo del post citando a Milton Friedman me ha revuelto el estómago. A parte de esto, gracias por el post.

    1. Que en otros países sea algo normal el año sabático es un indicio de que no sólo es deseable, sino que es factible el tomarse descansos prolongados fuera del ambiente laboral habitual.

      No tiene que ver tanto con la viabilidad de la opción sino con el reconocimiento de que descansos prolongados son satisfactorios en el corto plazo y productivos en el largo plazo.

      Completamente de acuerdo de que la clave está en gastar menos. Lo que no puedes pretender es tenerlo todo: el máximo dinero que puedes ganar y el máximo tiempo libre. Eso no es realista.

      Me gustaría aportar una técnica que empleo con bastante éxito para controlar mi consumo. En vez de pensar en el precio de las cosas relacionado con mi renta anual o con mi patrimonio o relacionándolo con la satisfacción del consumo que espero lograr, pienso en el precio de las cosas en términos de coste de oportunidad de mi tiempo libre. Me explico:

      1º Lo primero que hago es calcular lo que gano por hora de trabajo por término medio. Un cálculo aproximado es suficiente. Pongamos que gano 30 euros/hora.

      2º Después, traduzco el precio del bien o servicio que tengo previsto comprar en horas de trabajo necesarias para pagar esa adquisición. Pongamos que estoy pensando en comprar un artículo que me podría costar 2000 euros; esto significa que debo trabajar 2000/30 horas = 66 horas, esto es, unas dos semanas de trabajo casi a tiempo completo.

      3º Por último me pregunto, ¿qué satisfacción me generarían 2 semanas de trabajo de tiempo totalmente libre? , ¿qué podría hacer? , ¿qué tal me sentarían?, ¿qué podría hacer en ese tiempo satisfactorio y sin tener que gastar apenas dinero?

      Habitualmente, el tener que pensar en todo el tiempo que tengo que trabajar y que por tanto no tengo disponible para mí libremente me disuade de comprar el bien. Incluso, saber que estoy renunciando a un par de horas para pagar una cena de capricho me lleva a comer en casa.

      Por supuesto, esto se aplica a quien tiene una cierta libertad para decidir cuánto trabajará a lo largo del año: un funcionario o un trabajador por cuenta ajena sólo suele tener el margen de las horas extraordinarias, si es que se las pagan y si es que puede elegir si trabajarlas o no.

      Pero el argumento funciona igual en el largo plazo, porque ese funcionario o trabajador puede pensar que lo que gaste de más durante estos 7 años será tiempo libre de menos que tendrá que detraer del año sabático.

      Gracias por tu comentario, fraya.

      PD: no usaría un documental basado en un libro de Naomi Klein para juzgar la figura de un premio nobel de economía y genio intelectual. Creo que no es justo. No he leído el libro, pero sí visto el documental y me parece que es un ejercicio de propaganda de la peor especie. No he querido discutir en profundidad tu mención a él porque eso nos llevaría un poco lejos.
      En todo caso, te digo que he leído el libro más famoso de Naomi Klein, No Logo, y lo tengo como una excelente explicación e ilustración del uso de las marcas para asociar productos con identidades. De hecho, está en el top 10 de mi biblioteca minimalista. Pero dicho esto, Naomi Klein denigra y calumnia con muy poco fundamento a Milton Friedman. (Algunos datos: Friedman nunca fue asesor de Pinochet, pero sí viajo a Chile para dar unas conferencias. Se entrevistó durante 45 minutos con Pinochet, no le volvió a ver nunca más. Posteriormente rechazo el doctorado Honoris Causa por una universidad chilena para para no dar la impresión de que apoyaba al régimen. Friedman viajó por todo el mundo exponiendo las virtudes del libre mercado y de la democracia, que consideraba inextricablemente unidas.)

  3. Muy buen artículo, me has hecho pensar, y tus comentarios son acertados y pensados.
    Te voy a comentar lo que me pasa, al principio cuidaba harto de mis horas de ocio, efectivamente me eran benéficas y aportaban a mi crecimiento personal en todos los ámbitos.
    Pero de hace un tiempo para acá, no logro concentrarme en mis proyectos personales, en cambio estas horas de ocio se han vuelto tiempo de pereza, de recreación o de simplemente no hacer nada y en ocasiones hacer cosas que no me generan satisfacción. Creo que me ha afectado el exceso de ocio a tal punto que cualquier objeto valdría más al tiempo que tengo que dedicar en conseguirlo, según la relación que estableciste en el comentario anterior. Así de menospreciado tengo mi tiempo de ocio.
    ¡Saludos!

    1. Impresionante el blog, enhorabuena, llevo dos días leyendo cosas que hasta el momento tenía difusas en la cabeza y que aquí se van concretando… p.ej. soy autónomo con un comercio que abre de lunes a viernes todo el día y las mañanas de los sábados (y con el teléfono a cuestas casi siempre para atender a los clientes) y llevo tiempo pensando en tomarme todos o parte de los sábados libres para estar más con la familia, disfrutar alguna vez de mis aficiones relajadamente, etc. Vendría a ser lo mismo que el año sabático repartido… ya que marcharme un año equivale a quedarme sin negocio, claro…
      Muchas gracias por todo lo que vas aportando.

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