Del dicho al lecho, hay mucho trecho.
–Juan Bonilla, escritor español. El arte del yo-yo.
Como sabes, este es un blog sobre trucos minimalistas; esto es, pequeñas acciones, sencillas en su implementación y su concepto, pero que pueden tener un impacto desproporcionado en relación a su tamaño o complejidad aparente: esto es lo que buscamos siempre que aplicamos la ley de los pocos vitales y los muchos triviales.
Situación. Muchos de nosotros encontramos dificultad en establecer buenos hábitos. Las intenciones de cultivarlos y establecerlos en nuevas vidas acaban, desgraciadamente, rebosando por los bordes del día. No bastan buenas intenciones, con las que ya sabemos que se pavimenta el camino hacia el infierno; necesitamos intenciones de ejecución (cuando X, entonces Y).
Esta semana he descubierto, o quizá re-descubierto, una acción que me permite instaurar dos hábitos de un tiro: le lectura diaria y los paseos diarios.
¿Qué necesitas? Dos piernas. Un dispositivo de lectura electrónico tipo Kindle con luz incorporada. Quizá funcionaría con un teléfono inteligente, pero no lo he testado. En todo caso, no será tan cómodo como con un libro electrónico. Un libro físico también serviría si hay luz ambiental y si es de un tamaño que se pueda manejar cómodamente.
¿Cómo se ejecuta? Al final del día, o quizá durante del día, si tienes algún tiempo libre, puedes salir a una calle peatonal rectilínea y con pocos viandantes. Entonces, enciendes tu libro electrónico y te pones a leer. Puedes leer mientras caminas, sin peligro de coches o colisión con otros viandantes (si es de noche es más probable que haya poca gente).
He experimentado unos cuantos días con este nuevo sistema, quizá se convierta en un ritual en el futuro, y los resultados son prometedores.

Después de cenar, salgo a caminar durante una media hora y voy leyendo durante el camino en mi dispositivo de lectura. Me resulta extremadamente agradable y fácil. Con esta media hora diaria, puedo acabar un libro no muy denso de unas doscientas páginas cada diez días mientras forjo mi apolíneo físico.
Podrías probar y seguir desarrollando una saludable mentalidad experimental.