- La puntualidad es la más inútil de las virtudes: casi nadie llega a tiempo para apreciarla.
- Mal de muchos, buen rayo me parta.
- Yo no soy un friki. Soy un verso suelto.
- El Hombre es una teoría de la felicidad con patas.
- La actitud del minimalista existencial ante las novedades tecnológicas es: «No… todavía». La del hombre corriente es: «Sí a todo».
- No hay que confundir el orden con la simetría.
- Aplaudir una puesta de sol es aplaudir a Dios, a lo más asombroso que existe fuera y que somos capaces de sentir dentro.
- El cuerpo es un anuncio publicitario de los genes.
- La mejor manera de convocar a las musas es darles el día libre.
- El fanfarrón expide cheques que su talento no puede pagar.
- El problema con los postmodernos es que están de vuelta de todo sin haber salido nunca de casa.
- Era un tipo educado, buena persona y amigo de sus amigos; se llamaba don Bostezo.
- En los bordes se puede apreciar mejor el fondo y el alma del mezquino.
- Un sabio en pos de la verdad en los libros es como un romántico buscando el amor en un prostíbulo.
- Libertad es libertad para elegir las cadenas.
- El precio de la vida es la muerte.
- Los aforismos son la comida basura del pensamiento.
- La sonrisa es la brisa del alma.
- El minimalismo existencial es el postureo definitivo, la bomba de neutrones del pavoneo: elimina las plumas pero mantiene cerca a las pavas.
- Preguntar qué tal estás debería estar prohibido por la convención de Ginebra.
- La metáfora es un observatorio.
- El símil es el hijo tonto de la metáfora.
- Ninguna mujer tiene sueños lúbricos con un hombre muy simpático.
- Ni todos los placeres nos convienen, ni todos los dolores nos perjudican.
- Si solo habláramos cuando tuviéramos algo que decir, pasaríamos más tiempo haciendo cosas dignas de contar.
- Nada hay más importante que refutarse un poco todos los días.
- A veces solo estamos despiertos cuando estamos dormidos.
- El increíble hombre normal: por mis obras me ignoraréis.
- La limpieza y el amor no deberían hacerse a regañadientes.
- Mal se paga a un maestro permaneciendo siempre discípulo. Si no estás contra mí, estás contra mí.