Son las 20:44. En solo cuatro minutos empieza el shabbat. Tengo montones de cosas que hacer; de hecho, me acabo de sentar delante del computador hace dos minutos.
Estoy tentado a trabajar dos o tres horas más. Después de todo, una golondrina no hace verano, por matar a un gato no te pueden llamar matagatos, hasta el mejor escribano echa un borrón.
No, mejor no. Ya me agitaré por todo lo que tengo que hacer el domingo.
Deseo echar un vistazo a la eternidad.
Este blog se convirtió en una constante promoción de la religión Judía.