Cambia tu vida en 92 días con Homo Mínimus

El mejor momento para iniciar algo es cuando no te sientes preparado.

Qué ofrezco

  • Me presento voluntario para  ayudarte a expandir tu vida en 92 días.
  • Seré tu entrenador existencial durante este tiempo.
  • No cobraré en dinero, sino en experiencias, en sensación de contribución y en invitaciones  a café o té verde.

Qué requiero

  • Personas que  quieran hacer cambios significativos en  los 92 años de una de sus reencarnaciones.
  • Que vivan en la zona de  Madrid, España. Que me indiquen su grado de disponibilidad para desplazarse a reuniones en persona con HM en algún lugar del centro de Madrid empezando el próximo lunes 10.8.15. Si tienes problemas para reunirte una vez a la semana no te molestes en escribir.
  • Que me envíen cien razones a mi correo (homominimus@hotmail.com) para querer participar en este proyecto colaborativo antes de las doce de la noche hora española peninsular del domingo 9 agosto.

92 bis

Qué espero obtener yo

  • Refinaré mi sistema de minimalismo existencial
  • Generaré  y testaré ideas prácticas para el próximo libro Minimalismo existencial.
  • Aplicaré el 3º principio del aprendizaje: colaboración-enseñanza (aprender enseñando). Esta iniciativa se suma a la de crowdfunding de ideas ya en marcha ( a propósito, llevamos 299 preguntas sobre las 1000 necesarias para financiar la escritura del libro).

¿A quién elegiré?

Entre los miles de voluntarios, elegiré un mínimo de una persona y a un máximo de tres para el entrenamiento existencial.

¿Qué criterios emplearás para hacer la selección?

Los míos, personales, subjetivos, irrefutables. Mis criterios, al igual que mi mala leche, son innegociables.  Si no aparecen personas adecuadas en los próximos tres días, el proyecto se cancela.

¿Qué pasa si te  interesa mucho participar en el proyecto pero quieres disfrutar también de unas merecidas vacaciones?

Esta pregunta te descalifica para el proyecto. Decidir es descartar.

Si conoces a alguien que pudiera beneficiarse de esta iniciativa, aunque no sea lector del blog, no dudes en comunicárselo. También es una buena idea que tuitees o facebookees este artículo.

Fecha de inicio: 10.8.15

Fecha finalización: 10.11.15

22 comentarios sobre “Cambia tu vida en 92 días con Homo Mínimus

    1. Si tuvieras dos dedos de frente, sabrías que basta con pulsar el botón de cancelar la suscripción que tienes al final de TODOS LOS EMAILS que envío.
      Además, yo tampoco te quiero a ti como lectora de este blog. Lo ensucias.

  1. ¿Y por Skype sirve? Luego te invito a todos los tés verdes acumulados cuando vaya por ahí en noviembre. 😉 Que hacer el trayecto La Palma-Madrid i/v cada semana es un poco palizón y nada sostenible ni minimalista XD Besitos!

    1. Hola, Vanessa. Me temo que skype no sirve porque no sería todo lo personalizado que quiero. Pero acepto la invitación en noviembre. Ya me contarás cómo van tus proyectos. Un beso minimalista.

  2. Definitivamente no voy a ser yo…¿Madrid? ¿Cada semana? Buah, no sé cómo hay gente capaz de vivir en una ciudad tan grande…pero bueno, igual soy yo, que soy un poco abuela y además antisocial 😛

        1. Un día escribiré un artículo sobre la forma en que me entrené para vencer este sesgo de negatividad tan propio tuyo y que también era muy acusado en mí (y sigue siendo). Eso o tendrás que leer mi libro. Puedes incluir la pregunta en la lista.

          1. Uy, empieza a escribir, por favor…en realidad soy súper positiva, pero es que la realidad me asalta a cada momento y soy excesivamente reactiva…pero estoy deseosa de aprender el ABC de cómo volverse más positiva de forma sostenida. Justo al escribirte esto pensé en mi mejor amiga y ella es el mejor ejemplo de que se puede. Espero con ansias tu artículo y/o tu libro. Creo que llevo ya 79 preguntas…otra más…

  3. La respuesta que le has dado a Adriana no es nada zen. La imagen que proyectas no es coherente con la que intentas transmitir a través del blog. Tu discurso en el blog no resulta creíble con esas salidas de tono. La manera en que reaccionamos dice mucho de nosotros, te queda mucho que aprender, por ejemplo humildad para aceptar sin acalorarse que alguien no desee recibir más mensajes tuyos – lo diga donde lo diga-.

  4. Estimado señor Homo Minimus:
    He leído con asombro que reduce el ámbito geográfico de su último proyecto a la zona de Madrid.
    Creo que al tomar esta decisión no ha valorado aspectos fundamentales. Permítame el atrevimiento de señalarle algunos de ellos:
    1.- El carácter discriminatorio de la medida. Sin ánimo de ser exhaustivos podríamos citar textos legales como la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Constitución Española, Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea en los que se reconoce el derecho a la igualdad y a la no discriminación. Eso sí, si aplicamos criterios liberales, es su blog y en él establece usted sus normas. Nadie debería intervenir en ello.
    2.- Es contradictorio que pida que le envíen cien motivos para participar en el proyecto pero no esté dispuesto, por su parte, a hacer un pequeño esfuerzo para incluir a personas de fuera de su área de influencia.
    3.- ¿Ha considerado la cantidad de posibles vivencias a las que ha renunciado? Quizás alguien de Australia le podría enviar cien grandes motivos. Piense en su proyecto de libro y la búsqueda de ideas y preguntas. A lo mejor, la respuesta que busca está fuera de Madrid.
    Un cordial saludo desde el Jardín de Las Hespérides

  5. Estimada señorita Clavijo,
    Ante todo agradecerle su misiva y el tenor firme pero razonado de sus argumentos.
    Paso inmediatamente a responder a sus consideraciones:

    1. Lo que usted considera discriminación no es más que restricción minimalista, por un lado, y logística, por el otro.
    Me explico: la contención, las restricciones, los límites, geográficos y de cualquier otro tipo, son los que nos permiten enfocar nuestras energías. He decidido restringirme a la zona centro de la península ibérica para evitar la avalancha previsible de peticiones y candidatos.
    En cuanto a la logística, dado el carácter personal de mi servicio de entrenamiento existencial, es necesaria la presencialidad y eso impide ir más allá de la región de Madrid.

    2. Dada la generosidad de mi propuesta, me resulta injusto que me pida un «pequeño esfuerzo» para incluir a más personas fuera de mi zona de influencia.
    De sus palabras se colige, me atrevo a aventurar, que yo estuviera pidiendo la fruta de la inmortalidad de algún jardín prohibido y no ofreciera a cambio más que la calderilla de mi tiempo. No es justo y solicito, tan amable como vigorosamente, que se retracte en el punto 2 de su carta.

    3. No dudo que alguien en Australia, Tombuctú o el mismo jardín de las Hespérides pudiera envíarme cien razones de peso que me hicieran considerar como candidato a sujeto tan alejado geográficamente.
    Y admito que puedo perderme muchas vivencias e ideas. Sin embargo, como usted bien sabe, elegir es siempre renunciar, y las reglas que imponenos, especialmente las que nos imponemos, son como las cadenas que nos liberan. Podemos elegir verlas como abstinencia y renuncia, o como un enfocarse en unas pocas posibilidades que nos permitan concentrar los esfuerzos atencionales y fuerzas espirituales. Elijo lo segundo.

    Sin perjuicio de mis palabras anteriores, le agradezco de nuevo sus palabras (en su tono, que no en su contenido), le tiendo mi mano en señal de concordia y propongo un brindis en copa de cristal veneciano por la libertad de elegir, la habilidad de restringir y la apertura de nuevas líneas de entendimiento que nos permitan poner fin a este pequeño incidente diplomático, que espero no sea óbice, impedimento u obstáculo inapelable para el establecimiento una nueva negociación y posible détente que allane nuestras diferencias.

    Sin otro particular, un cordial saludo.

    1. Me han escrito varias personas. Pero NINGUNA me ha envíado la lista de cien razones, luego no puedo elegir a nadie.
      Hice bien en poner esa barrera. De otra manera, me hubieran hecho perder el tiempo además de malgastar el suyo.

  6. Hola!!! Soy Jackie de Argentina y nunca recibo si llegan mis comentarios !!! Tal vez hay algún proceso que estoy realizando mal!! Un gusto leerte!! Un beso.

    Enviado desde mi iPad

    1. Llegan perfectamente. Aunque es la primera vez que veo tu nombre. Aquí estamos, Jackie, para seguir con la conversación.

  7. Estimado Homominimus, te hago una pregunta: qué curso me recomendarías, en base a esta breve descripción: soy abogado/músico, trabajo de 8:30 a 5:30 como abogado en una institución pública y soy bastante difuso con mis horarios, lo cual me lleva a una ligera pero continua frustración, porque dejo canciones y lecturas incompletas.

    1. Gracias por la pregunta. Andrés. Para ser honesto contigo: no tengo respuesta. No tengo datos.
      Por otro lado, ¿por qué es un problema dejar canciones y lecturas incompletas?
      Yo dejo muchos libros antes de la página 10. Quizá si me das más detalles…

      1. Te pido disculpas por lo escueto. Estaba en medio de otra cosa (para variar). Jorge Drexler dijo alguna vez: «dejar una canción a medias es seguir viviendo con una sensación de coitus interruptus». Puede sonar a hipérbole pero es cierto. Cuando digo que dejo una canción a medias, me refiero a una canción que yo estoy haciendo, no una que estoy escuchando. Tengo canciones que he dejado a medias desde el 2009, porque no encuentro la perfección que les falta. Lo de los libros a medias es sencillamente una cuestión de procrastinación. Veo un blog, otro, converso por el chat de facebook y mis 20 páginas diarias del libro de Platón para otro día porque son las 11:00 pm y hay que dormir.

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