Siempre me ha fascinado la inarrancable dependencia que el ser humano tiene de la mirada del prójimo. Incluso, en el aislamiento social, en la soledad más profunda, la mirada del otro está presente, y uno acicala su aspecto físico y hasta su carácter para gustar a ese ojo colectivo que todo lo ve.

Estar leyendo, tocarte la tripa y pensar: qué rápido progresan estos abdominales. Auto-piropo de hoy.
Homo Minimus @homominimus 28 de ago.
@OldKate Eso se llama narcisismo. Mira un poco más a tu fibra moral y menos a la muscular.
Trabajo todas mis fibras señor @homominimus preocúpese por las propias antes de decirme qué debo o no debo hacer.
La chica que se palpa la tripa y piensa en el rápido progreso de sus abdominales podría ser cualquiera de nosotros. Si has sonreído al leer el tuit de arriba, piensa que no eres muy diferente al tuitero mínimo que salta como un resorte y reconviene el narcisismo de la tuitera; eres el Torquemada que manda a la hoguera al ser inferior moralmente. Pero el inquisidor es tan dependiente de la mirada ajena como la chica que siente la compulsión de darnos la buena nueva sobre su estómago musculado.
Todos nos sentimos impelidos a mostrar y demostrar nuestras pequeñas vidas, nuestros pequeños gustos, nuestras grandes convicciones. Quizá no enseñemos los abdominales, pero sí nuestros bebés sonrosados, o nuestro último artículo, o nuestras ocurrencias en forma de aforismo, o las frases prestadas que nos hacen sentir inteligentes, buenos o deseables.

Recuerdo a un bloguero que tuvo un momento místico en una ciudad del norte de España cuando caminaba solitario por una oscura callejuela. Hasta aquí todo normal (todos tenemos momentos místicos de cuando en cuando). Lo grotesco es cuando el bloguero sintió la obligación de narrarnos el instante en tiempo real y envíar un tuit con foto incluida para que compartiéramos su mística iluminación. Por supuesto, no dejé escapar la ocasión de señalarle su contradicción, contradicción que ni el mísmisimo señor de las Iglesias podría cabalgar, el oxímoron de vivir una epifanía y lanzarse a pregonarla a los cuatro vientos virtuales. Mi exhibición fue sonrojar al exhibicionista.

Yo miro las estadísticas del blog compulsivamente, el otro se precipita a fotografíar su próxima comida y subirla a instagram, y el viajero a lugares exóticos siempre viviendo al máximo nos muestra una foto de la playa exótica que acaba de alcanzar, cual conquistador español del siglo XVI anclando su navío en una playa de Méjico o Perú.
Nos reímos del adolescente que posa y hace mohínes ante la cámara, que se apresura a ver qué tal ha salido en la foto y la sube en unos pocos segundos, para que el resto del mundo comparta su felicidad. Pero todos hacemos morritos a la cámara; podemos ser más recatados o un poco más sutiles; podemos disfrazar de conciencia social o de moralismo o buen gusto lo que siguen siendo gestos de cara a la galería.
Si escribo bien es porque quiero quedar bien ante el lector y mejorar la imagen que tengo de la imagen que el lector tiene sobre mí. No muestro mis abdominales, porque creo que mis palabras son más vistosas y porque mi yo ideal se acerca a más a una neurona musculada que levanta doscientos kilos mentales que a un conejito de gimnasio.

Pero sigo demandando la mirada ajena, la mejor mirada ajena, aunque siempre o casi siempre la mirada del otro esté pensando en la mirada que le mira a él. Somos el escritor que ha venido a hablar de su último libro. Somos el niño que dice mamámiraloquehago. Somos el exhibicionista con gabardina gris en verano —y sin nada debajo— que epata a las señoras.
Viviré con ello: la vida social es un juego de espejos de la risa —unos enfrente de otros reflejando y siendo reflejados— donde todos intentamos quedar bien.

¿Dónde acaba el narcisismo y empieza el afán de compartir, enseñar, divulgar o iniciar debate? si yo escribo un artículo sobre un entrenamiento o sobre un alimento ¿busco reconocimiento o busco que la gente sepa que tal alimento es una porquería y se beneficie? si tu haces un curso de perseverancia (por decir algo :p) ¿buscas ayudar o recibir palmaditas en la espalda?
Escribiendo este comentario ¿busco reconocimiento? ¿busco abrir debate y aprender de las respuestas? ¿me aburro y no tengo otra cosa que hacer?
😉
Me encanta el tema. Pienso mucho sobre ello y creo que hay muy poco dicho y escrito sobre el tema… y es de rabiosa actualidad y más que será.
Pero como dice LANDES… ¿dónde acaba el narcisismo y empieza otra cosa? Quizás toda expresión contenga algo de narcisismo…. ya desde el propio BIG BANG.
Siempre me acuerdo del «Vanitas vanitatum omnia vanitas» («Vanidad de vanidades, todo es vanidad»).
Muy buen tema. Si lo pintamos con la palabra «narcisismo» caemos en lo mismo… no queremos ser «narcisistas» porque eso nos han enseñado que es feo a los ojos de los demás. Lo que hay detrás del ansia de aprobación probablemente sea un muy natural deseo de recibir la positividad emocional que suele llamarse cariño o amor. Eso es natural, es alimento para el alma. Lo enfermizo, donde hay que poner la discriminación, es cuando lo que buscamos es alimentar un concepto de nosotros mismos que no somos nosotros mismos, el ego, y ahí ya depende de donde esté cada quien. Lo que para unos es imperdonable narcisismo y vanagloria, otros ni lo pillan. Quien lo ve y se lo plantea es que ya está en el camino de depurar la tendencia, y eso es un camino, una cultura, no se resuelve en un «lo entendí, lo pillé y se acabó para siempre».
Una persona narcisista no presta atención a nada que no tenga que ver con el/ella mismo/a. Hace que escucha, por conveniencia, pero no se queda con lo que le habla el interlocutor, mientras esta pensando en sus cosas y poses. Puede que seas su amigo/conocido por muchos años y ni siquiera conocerá tus gustos o aficiones, solo le interesaras como publico, y hará lo que sea, para mantenerte en este puesto. Una persona narcisista se mira mucho en los espejos y fotos… si pudiera se miraría continuamente… las criticas a su persona la desquician profundamente. Buscan aprobación de forma desmedida y continuada. Narcisismo es terrible para quien lo sufre, porque esta en un circulo cerrado y vicioso, no en una espiral de interacciones sanas.
Por cierto, lo de Kate no me parece narcisista. Dios también, después de hacer el mundo, antes de descansar y ordenar el sabath, lo miro, sonrió 😉 y exclamo; jo… !!Que buen trabajo!!:))
Yo defendí a Kate. Porque yo también me miro las abdominales. Y yo no creo que haya personas con ego. Todos tenemos ego. En mi cada vez más larga vida, no conozco a nadie que no tenga ego. Solo conozco a gente que sabe reconocerlo y gente que no. Y a gente que sabe disimularlo y a gente que no.
Somos el Torquemada que manda al otro a la hoguera, pero como nos gusta el fuego eterno que nos quema en esa otra hoguera 😉
Al fin o al cabo el ser humano no se con-forma de la <>, requiere de una mirada de un otro/s que le haga de espejo, que por ej le sonria cuando sonrie señalandole que esta alegre y que su actuación en el mundo tiene respuesta y merece la pena (por poner el ejemplo del niño pequeño con sus cuidadores o referentes). El humano que naciera en soledad (si es que eso puede existir) no sería <>.
Quizá el tema esta en la compulsión de algunas personas a estar constantemente posicionadas en el punto de mira, necesitando situarse siempre bajo el Ojo que todo lo ve (cuales seran sus motivos?), y para las que las redes sociales son una herramienta «util» al servicio de ello.
PD. Homominimus no entendí bien el ataque (o al menos es lo que me pareció) a ese tuit.. No es que piense muy diferente a tí (ni conozco si hay mas motivos en vuestra relación para ello) pero personalmente no me ha gustado.. Si me permites decir algo, creo que tus posts no necesitan cosas de estas. Un saludo
no se con-forma de la <>*
de la nada* (no se por que no salia je)
A parte de que me parece épico que casi medio año después el señor no haya superado ese episodio, en el que de paso no ha continuado poniendo el resto de tweets en los que queda muy en ridículo, y siga machacando el mismo tema a ver si alguien le apoya el asunte de ser o no ser narcisista, creo que no tienes muy clara la línea que separa narcisismo de auto-reconocimiento. Para los demás claro, pues no te autodenominas narcisista cuando te jactas de ducharte con agua fría, por ejemplo. Y no está mal si lo haces. Cualquiera puede tener abdominales y cualquiera puede ducharse con agua fría. Y por supuesto, cualquiera tiene todo el derecho de estar orgulloso de ello. La línea de separación es obvia. Está el que se pasa la vida hablando de sí mismo, y el que se auto-motiva casualmente, como bien te ha puesto en otros comentarios, cosa que yo no hago.
Lo que pasa es que es muy fácil apuntar a disparar sobre los progresos físicos, como si fueran menos que los intelectuales. Y ambos son buenos e importantes. Ni para tener fibra moral tienes que ser un tamboril, ni el cociente intelectual te desciende con deporte. No soy más tonta que ayer, no soy más tonta que tú y si a mí me gusta poder correr 10km sin expulsar el corazón por la boca no es asunto tuyo.
Eso sí, es muy interesante que te marcase tanto para recordarlo tantos meses después. En un postcast primero y repetirlo en una entrada después. Dime lo que críticas y te diré de lo que careces. Y aquí, la crítica es importante, dime, ¿hasta qué punto es más productivo gastar tu tiempo criticando cómo se auto-reconocen otros o no lo hacen a usar ese tiempo en ti?
Yo digo, el adolescente que pone morros en Instagram, no le hace daño ni escupe veneno a nadie, a sí mismo tal vez, asunto suyo. Al menos emplea su tiempo en sí mismo, el criticón lo proyecta hacia los demás.
La crítica social me parece más el centro de tu entrada que el narcisismo en sí. Básicamente porque confundes lo que es un narcisista totalmente. Pero bueno, haya tú, es tu tiempo.
Salud, buenos alimentos, fibra moral y que cunda el critiqueo.
PD: Podrías haberme pedido una foto de mis abdominales y te los habría dado, están mejor que esos tanto si te gusta como si no 😉
Allá tú* (estúpido móvil).
PD: Aprovecho para agradecerte la visibilidad, no paran de llegar suscripciones de esta entrada. Como blogguer, es un puntazo.
Chao.
Cuánta razón tienes homo minimus, voy a compartir ahora mismo tu post en facebook, para mostrar a los demás que leo cosas inteligentes, jeje.
Asociamos el rechazo a la soledad y la soledad a la muerte y la muerte a dejar de existir . Por eso evitamos el rechazo y buscamos reconocimiento y esto aleja temporalmente el miedo a nuestro destino final. Alivia, pero no cura.
También hay gente que se desparrama por las redes sociales porque no tiene nadie cerca a la que contárselo o con la que compartir físicamente.
Por cierto soy Herman y necesito mi dosis de reconocimiento.
Totalmente cierto…creo que es hasta cierto punto normal que todos tengamos ese punto narcicista…creo que es parte de nuestra idiosincrasia como especie. Y como en todo, hay grados…Mi mejor amiga ni siquiera tiene cuenta de facebook y aún sigue en el mundo del móvil sms. No le importa un huevo pregonar a los cuatro vientos nada de lo que hace, tan sólo a sus más allegados, que son cuatro gatos y ella quiere que así sea. Luego en el otro extremo, lo que dices, los feisbukeros o tuiteros que postean hasta cuando van a cagar. Lo de las comidas es como…intenso, y eso que me considero bastante intensa y a mí me surge un algo de dentro compartir las cosas que me ocurran. La cosa es que yo me doy bastante cuenta de mi vena narcicista y ahora la estoy moderano para que al menos, pueda ser útil (y eso es arrogancia por mi parte, porque qué sé yo qué puede ser útil o no. Igual para alguien el saber qué comió un conocido suyo del facebook es súper útil)…
Yo aprecio que Homomínimus no censura el pensamiento de Kate sino el hecho de compartir ese pensamiento, o el hecho de que al compartir ese pensamiento se pretenda influir en la opinión ajena.
Teniendo en cuenta que no considero el comentario de Kate como narcisista, me gustaría introducir algunas cuestiones al debate. ¿Es reprobable el narcisismo? ¿Es inútil, perjudicial, molesto o todo lo anterior? Siendo así, ¿que cantidad de narcisismo es reprobable? Si consideramos los actos de expresión propia como narcisismo ¿es el artista fundamentalmente narcisista?
Si solamente vemos mal la apreciación del propio cuerpo, lo que nos molesta es el materialismo y estamos ensalzando al asceta.
Esa pulsión es normal en el ser humano, no es ninguna anomalía, todos la hemos sentido y muchos la seguimos sintiendo, pero el mundo se encarga de darte en las narices, recuerdo cuando estando en el servicio militar, en plena montaña, mientras estaba de guardia armado con mi fusil de asalto cargado y listo, delánte de mí, a menos de 54 metros, un objeto indeterminado muy luminoso y colorido, se hizo visible ante mí, me quedé pasmado, y mi única respuesta fue la de gritarles a mis compañeros para que compartieran mi visión, no me hicieron caso y solo ante mi relato me dijeron que si había fumado algo…
Casi uso el fusil en ese momento, fusil que ni se me ocurrió usar en ningún momento contra el objeto, pero ante su incredulidad y sus chanzas estuve a punto de ametrallarlos.
Eso me curó para el después.
Solo ahora que soy bloguero, siento la necesidad de contaros mis descubrimientos, de compartir con vosotros mis alegrías, pero con el único fin de compartir mi estado de dicha.
Pero si hay un mínimo de narcisismo, me lo sana la realidad mundana en la que estoy sumergido.
He de reconocer que te ha salido un buen artículo provocativo, y si ese era el objetivo, has tomado la “Bastilla”
Uy, este tema sí que da mucho para hablar. Yo no lo veo como narcicismo digital, lo veo como una necesidad de aprobación externa, generalmente la de una o más personas determinadas. Yo creo que todas las publicaciones en las redes sociales tienen un destinatario… no publicamos para «todos», publicamos para «alguien» o «algunos». Así, creo alguien que publica una foto de sus abdominales espera que alguien en particular mire esa foto o, lo que es lo mismo, que alguien en particular vea la cantidad de aprobaciones que esos abdominales reciben. Lo mismo ocurre con quien publica frases, videos o fotos sociales…
De todas maneras, me gustaría ir un paso más allá del narcicismo. A mí el tema me preocupa. Realmente creo existe una adicción generalizada a las redes sociales. Y de eso no parece ser tan fácil salir…
Me ha gustado mucho el comentario de Alberto Antonio. Me encantó la experiencia que tuvo en la mili, y sobre todo la conclusión. «He de reconocer que te ha salido un buen artículo provocativo, y si ese era el objetivo, has tomado la “Bastilla.” Es que Homominimus le encanta hacer las cosas con alevosía 😉 🙂
La polémica muchas veces resulta muy productiva; «Que hablen de mi aunque sea para mal» (ojalá no fuera asi, pero bueno.)
En este caso a Kate le beneficio, y eso es lo bueno.
Homominimus lo podrá incluir en su lista de buenas obras.
!Qué buen observador Alberto Antonio!
Saludos.
Creo que narsicista es el que siente admiración por sí mismo en exceso. Y opino que los excesos no suelen ser, vamos a decir, «adecuados». A mí personalmente no me gustan las personas narcisistas. Si Kate se pegara el día subiendo fotos de sus abdominales o subiera frases del tipo » Soy más lista que nadie» o » soy la mejor escritora del planeta», sería una narcisista. Pero el hecho de presumir en un momento dado de alguna cualidad física o intelectual, no implica necesariamente ser una persona narcisista. Además, el tono del twit tenía cierta gracia…
Hola. Me llamo Rafael Sarmentero y soy el mejor. Paz.
Rafael… Te leo de vez en cuando. Te sigo, en la sombra.
Lo tuyo es puro narcicismo. Pero tú, de momento, sí que me gustas. Serás la excepción que confirma la regla.
Paz ( y Amor)
La soberbia mayor es no tener cuenta en las redes sociales, he conocido narcisistas de esos. No tienen que demostrar a nadie que son perfectos, adorables, guapos y exitosos. Lo son. Y exhibirse les haría vulnerables
No me interesan tus cuentas en las redes sociales ni tus abdominales. Bye-bye.