Regla del día después de las compras

Regla del día después de las compras

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En materia de decisiones de compra, nunca mires atrás o te convertirás en una estatua de remordimientos.

–Homo Minimus

Regla:  una vez hecha una compra, no vuelvas a comparar o buscar.

Justificación: La compra está hecha, el coste incurrido, y tienes que vivir con la decisión tomada. Si sigues mirando opciones es muy probable que rápidamente encuentres un artículo más barato o mejor o ambas cosas. De hecho, lo habitual es que es en menos de un mes ocurra eso para determinados artículos, como los electrónicos o informáticos.

Actitud optimizadora vs satisfaciente

Después de comprado mi último portátil y de haberme mudado digitalmente, he decidido cortar el flujo de información referente a portátiles y software. Estoy seguro de que en muy poco tiempo podría encontrar una mejor opción y que como consecuencia mi satisfacción con la decisión tomada se reduciría.

No solo es importante considerar pocas opciones (para reducir el coste de búsqueda) ; es también importante que consideres si es suficientemente buena, que tomes la decisión en función de unos requisitos mínimos y luego no mires atrás.

Habitualmente será suficientemente buena. Frente a un comportamiento optimizador, tan común en mucha gente, es mejor adoptar un comportamiento satisfaciente:  si la opción satisface los requisitos de prestaciones mínimas y de coste máximo que uno se haya fijado al comienzo del proceso de decisión, esa decisión es correcta (suficientemente correcta).

Hoy en día, además, es muy difícil tomar decisiones rematadamente malas por las siguientes razones:

  • Si el coste de la compra es bajo y te has equivocado, se subsana rápidamente. Habitualmente el tiempo de búsqueda de la compra óptima no compensa la mejora en la decisión en términos de coste o de prestaciones.
  • Si la decisión de compra tiene un coste relativamente alto, como en el caso de un portátil, un iPad o algún artículo similar, basta con elegir uno de una marca relativamente conocida (no la más conocida necesariamente): cualquier producto que se mantenga en el mercado ha de cumplir unos requisitos mínimos y tener una calidad suficiente.
  • Si la decisión tiene un coste muy alto, como en el caso de compra de un automóvil o una vivienda, entonces el tiempo de búsqueda suele ser más grande al ser la decisión más compleja y es difícil cometer grandes errores. Una vez más, no es probable que tomes la mejor decisión posible pero seguro que la decisión es suficientemente buena.
  • Si quieres flexibilidad y reducir el coste de la compra (y con ello el coste del error), puedes adoptar decisiones de alquiler en vez de compra o simplemente sustituir el bien por uno alternativo que requiera un menor desembolso. Ejemplo: sustituir el coche por el transporte público o la compra de vivienda por el alquiler.

En resumen,

  1. Antes de la compra piensa en tus necesidades y determina los requisitos mínimos que te satisfacen o que serían suficientes.
  2. Después de la compra, no mires atrás, vive con la decisión tomada y no sigas comparando opciones.
  3. No inicies una nueva búsqueda hasta que el artículo comprado deje de satisfacer los requisitos mínimos que te fijaste o estos hayan cambiado.

Estos consejos se sintetizan en uno: cambia la actitud optimizadora por una actitud satisfaciente.

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