La puntualidad es una virtud inútil. Nunca hay nadie para apreciarla.
–Anónimo
Dobla el tiempo que crees que es necesario para llegar al lugar de reunión. Si crees que son 10 minutos, sal 20 minutos antes.
El viaje o el camino será mucho más relajado. La llegada estará libre de urgencia.
Esta regla mejora tu puntualidad. La puntualidad es apreciada al menos por los que son puntuales y están “allí” para comprobar que eres puntual. Transmites un mensaje de persona que valora el tiempo propio y ajeno. Te entrenas a ti mismo a cumplir los compromisos contigo mismo y con los demás.
Vence tu hábito de exprimir el tiempo. Los espacios vacíos no serán espacios muertos, serán tiempo generador de calma y de recuperación.–
Justificación
Una de las fuentes más comunes de estrés es el tener fechas límites y presiónes de tiempo. Algunas son inevitables; otras nos las infligimos a nosotros mismos. No es necesario que sea así.
En Arquitectura y decoración de interiores del minimalista existencial hablábamos de la creación de espacios vacíos físicos como forma de generar libertad y calma. Lo mismo podemos hacer con el tiempo.
No es necesario llenar de actividades y aprovechar cada segundo “como si fuera el último segundo” o “como si no hubiera mañana”. Eso sólo genera agitación y ansiedad.
Infravaloramos sistemáticamente el tiempo necesario para realizar tareas, acabar proyectos o cubrir distancias físicas. El tiempo de sobra para llegar física o metafóricamente al lugar servirá de colchón de seguridad contra los imprevistos o contingencias.
Somos seres territoriales. Cuando la cita es fuera de nuestro terreno hay una tensión añadida. Necesitamos un cierto periodo de acostumbramiento. El tiempo después de llegar al lugar de reunión y antes de la cita sirve para ganar familiaridad y confianza.
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El que espera no desespera
–Homo Minimus
Aplicación–
Esto es aplicable a las reuniones de trabajo, las citas con amigos, las “citas” para tomar un tren o un avión y hasta las “citas” con el fin de un proyecto.
Probablemente llegar te llevará más tiempo de lo que creías. Incluso así sobrará tiempo. El tiempo que te sobre será de espera . Aprovéchalo para acostumbrarte al entorno o visualizar la reunión o refrescar la información necesaria y tus metas para esa cita.
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«Cuando el minimalista mira a sus demonios interiores lo hace mirándoles a los ojos, y siempre es el último en parpadear.» Esto es buenísimo…
“Nemo aestimat tempus; utuntur illo laxius quasi gratuito.”
“Del tiempo no hay quien haga aprecio: usan de él pródigamente, como de cosa dada gratuitamente.»
(Séneca – De la Brevedad de la Vida [De Brevitate Vitae])