Lo incompleto es bello

El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio; si puedes simular eso, lo has conseguido.

Groucho Marx

[Alerta: artículo ombliguista, puedes pasarlo sin pérdida importante]

Una de las razones por las que escribo tan poco en este blog es porque siempre me gusta tener ideas completas y detalladas antes de escribir y publicar algo. Tiene algo que ver también con el desear un artículo muy desarrollado (¿perfecto?) .

Por supuesto, la pereza y el coeficiente de rozamiento estático [1], que implica ponerse a escribir o cualquier otra tarea que no tiene satisfacción inmediata, tienen mucho que ver. Siempre hay cosas más placenteras, cercanas y fáciles que ponerse a escribir. Además, no tengo ninguna obligación externa que me fuerce a tomar la pluma. Por lo tanto, es natural que en mi lista de cosas que hacer siempre quede muy por debajo la de ponerme a elaborar un artículo.

Otra barrera es que hay montones de cosas sobre las que reflexionar y cuesta mucho elegir la mejor o la que más te motiva. Buscando lo mejor o lo que más me motiva suelo perder motivación. Cuando el objetivo es aumentar la probabilidad de producir un artículo de blog, sería deseable tener solo un tema o una propuesta. Una vez más, se trata de una situación cercana a la del asno de buridán [2]

Pero todo esto se resolvería si me aplicase mis propios consejos sobre… la mentalidad experimental y el sentido del ridículo[3] , el poder de la mediocridad [4] , las primeras versiones de mierda[5] y la necesidad de desarrollar un buen Ridículum Vitae [6] .

Al final, ocurre lo de siempre, que consejos vendo pero para mí no tengo [7]

Me sabe mal acabar este desahogo sin resolver o disolver parte de la tensión, así que creo que, a partir de mañana y sin que sirva de precedente para los siguientes días, me comprometo a escribir como si nadie me fuera a leer [8] (por lo tanto, el compromiso solo dura un día).


Referencias de este artículo:

6 comentarios sobre “Lo incompleto es bello

  1. Nos mostraste la llave y nos soltaste la mano. Por acá ya ando por la reencarnación N° 21.
    Una alegría volver a leerte.

    1. Me pondré el traje de luces de torero que tengo apolillado en mi armario, me lanzaré al ruedo, estoquearé al toro, cortaré las dos orejas y el rabo, y saldré a tus hombros y los de Melisa, entre los vítores de público, que entregado y arrobado por mi faena, me pedirá más, y más, y más…

  2. Bien vuelto amigo, había perdido tu pista vital…
    Perteneces (por si no lo sabes a mi Génesis) y es agradable mirar atrás, yo he evolucionado un montón.
    Lo dicho me alegro de volver a verte.

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