Las pequeñas cosas y el perfeccionismo

Durante tres días y tres noches, el maestro Homo Minimus no salió de su cubículo. Al cuarto día, los monjes del templo enviaron a un aprendiz en busca de noticias suyas.

El aprendiz encontró al maestro ante una gran pantalla contemplando una proyección de una rama periférica de su árbol de la vida. El aprendiz lo identificó como un componente menor, casi insignificante,  del vasto sistema de planificación estratégica de Homo Minimus y cuyo mantenimiento regular acometía con puntualidad de reloj atómico. Educadamente, el aprendiz preguntó al maestro en qué estaba trabajando.

Yo cuantificado
Yo cuantificado – cliquea para ampliar vista

El maestro contestó: “Hay un pequeño fleco en la organización general de mi vida, y estoy considerando cuál es la mejor manera de solucionarlo».

El aprendiz dijo: “A menudo predica sobre la importancia de establecer prioridades. Entonces, ¿cómo puede estar obsesionado con algo tan pequeño y trivial?”

Sin decir una palabra, el maestro elevó su bastón y golpeó con fuerza el descalzo pie izquierdo del aprendiz, rompiéndole el dedo meñique. El aprendiz gritó de dolor y salió cojeando del cubículo. En ese momento, el aprendiz vio la luz.

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Atribución: Adaptación libre al minimalismo existencial de  un extractode The Codeless Code, por Qi (qi@thecodelesscode.com).
Distribuido bajo la Creative Commons Attribution-NonCommercial 3.0 Unported License.

3 comentarios sobre “Las pequeñas cosas y el perfeccionismo

  1. Visualmente es muy agradable. Sé que tú tienes reticencias debido a que no puedes visualizar todo a la vez, como en un mapa mental en mindmanager o aplicaciones parecidas.
    Mi experiencia es que esa desventaja se ve compensada por la versatilidad de la herramienta y la posibilidad de conectar todo con todo y recorrer la red con muchísima rapidez y facilidad.

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