Date de baja de este blog

…si no te ha movido a una buena acción en los últimos tres meses.

¿Cuál es tu tasa de conversión de conocimiento en acción? Por cada diez buenas ideas que encuentras en los blogs, en los libros, en tus conversaciones, ¿cuántas pones en práctica?

A veces oigo que la gente dice que si de un libro te llevas una buena idea, ya está justificada la lectura. O que si un blog tiene algunas interesantes, merece la pena seguirlo. O que de un curso de tres días siempre te llevas algo.

Pero esto es tremendamente pobre. No puedo creerme que leas 300 páginas y que solo te lleves un par de ideas. O que sigas durante meses a un bloguero y lo hagas porque una vez hace cuatro años tuvo un buen artículo. O que vayas a un curso, pagado o no, y simplemente te traigas algo.

Otra cosa sería si ese libro, curso, bloguero, te hubiera impulsado en una dirección inesperada. Si te hubiera inspirado a hacer algún un experimento, si ese libro-bloguero-curso hubiera tocado alguna tecla interior.

¿No estás cansado de ti mismo?¿No estás cansado de este blog? Yo también me repito más que el ajo. ¿No me has oído cien veces repetir la misma manida idea? ¿No crees que todos tus días se parecen? ¿Estás viviendo el día de la marmota y Homo Minimus es parte de tu paisaje?

brass-balls

Te animo a que hagas algo. Te animo a que dejes de leer libros, a que los leas más despacio o más conciencia, a que hagas un curso de meditación de diez minutos durante diez días, a que pruebes con el desafío de la ducha fría durante 28 días, a que ayunes un día entero, a que participes en el próximo reto-desafío-experimento vital que presentemos en el blog, a que te apuntes al Proyecto 52 paseos, a que escribas un triste comentario y me hagas sonreír, a que te levantes de la butaca con ganas de hacer esa llamada que llevas días demorando, a que te pongas las zapatillas y salgas a caminar tus 10.000 o 5.000 pasos diarios de rigor, a que pruebes a tomar el café sin azúcar o sacarina, a que practiques durante un mes el shabbat, a que te impongas un toque de queda digital, a que escribas un artículo invitado en este blog, a que te confabules contigo mismo para cometer todos los días uno o diez errores, a que me envíes tu ridiculum vitae, a que inicies un proyecto o reto que dure 30 días, a que pienses a lo pequeño  y hagas hoy algo ridículamente fácil, casi insignificante, pero que te refute un poco.

No quiero ser parte de tu paisaje si algo no cambia, si en algo no cambio, si en algo no nos sorprendemos un poco todos los días.

Bien, te voy a ofrecer la píldora roja, la píldora azul y el botón de dejar de seguirme (lo tienes en la parte de abajo de este mensaje que, si eres suscriptor, has recibido por correo).

blue pill
Píldora azul: catatonia vital. Allá tú.

Píldora azul: sigue como hasta ahora. Lee, inspírate, sigue con las ideas inertes y espera el momento, no tan lejano, de tu expiración o la mía.

píldora amarilla
La amarilla: cancela la suscripción a este blog

Píldora amarilla: si no tienes redaños para hacer algo nuevo, quizá sí los tengas para cambiar de bloguero, de blog y de inspiradores. ¿Vas a seguir aguantando a un tío —que no deja de ser el típico subcampeón del mundo— con delirios de grandeza y que no para de regañarte? Un poco de dignidad por lo menos: DATE DE BAJA DE ESTE BLOG. Ya. Ahora.

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Píldora roja: acaba de leer este artículo y escribe en los comentarios esa acción ridículamente fácil y sencilla que te moverá un milímetro hacia la vida que tanto ansías, el carácter que tanto necesitas o que pondrá tu pequeña muesca en nuestro gran universo. Luego HAZLO. Pero no mañana. Hoy. Ahora. YA.