«Buscando mi luz»1
He intentado escribir esto mil veces y siempre acabo sin saber cómo empezar. Siento que estoy perdida en un mar de dudas y necesito un faro que me guíe.
Siempre he anhelado tener un mentor, alguien que vea la luz que creo tener dentro y me ayude a desarrollarla. Alguien con tu experiencia en la escritura y con todas las historias que has vivido, podría darme esa respuesta clave que necesito.
¿Qué pasos debería seguir una mujer de 23 años? ¿Seguir el camino convencional o atreverme a explorar lo desconocido? Tengo tantos proyectos guardados, pero el miedo me paraliza. ¿Cómo puedo vencer ese miedo y compartir mis ideas con el mundo? Es como si estuviera a punto de saltar a una piscina helada y no supiera si podré salir a flote.
¿Cómo puedo encontrar mi camino y descubrir quién quiero ser realmente?
Querida desconocida,
Antes de nada, gracias por depositar una porción de confianza en mis humildes palabras. Ciertamente, soy un doctor, un doctor de la vida que lleva escribiendo muchos años en este nada humilde blog, así que ha llegado el momento de que vierta mi sabiduría en forma de consejos más personalizados y abra, de una vez por todas, tras tanta vacilación y demora, mi consultorio mínimo.
Permíteme que te diga que la primera imagen que me vino a la cabeza tras leer tu petición fue la de un náufrago lanzando una botella a un océano, con el brío que proporciona, si no la desesperación, sí el no tener nada que perder y mucho que ganar, aunque la ganancia sea extremadamente improbable. Como otras veces, mi primer reflejo fue de una cierta sorpresa por la botella recibida y la recibí con una sonrisa condescendiente no exenta de cierta superioridad: “Estos chicos de hoy en día…” .
Pero tus palabras, con tanta corrección ortográfica, gramatical y claridad conceptual, unida a su sencillez y concisión, me sugirieron que merecías una respuesta más completa de lo habitual, de ahí que pensé en rescatar del polvo del olvido mi idea de consultorio e inaugurarlo contigo:
Hola, Anónima. Para empezar, tienes muy buena ortografía y capacidad de expresión escrita. Propongo una cosa: abro una sección llamada «Consultorio del Dr. Mínimus» y te respondo en un artículo de este blog. Para ello, me has de dar tu autorización para inaugurar el consultorio con tu pregunta. ¿La tengo?
Ya he comenzado a responderte de manera indirecta con este comentario: «Haz algo, por pequeño que sea, en la dirección correcta». Tengo más ideas, pero te respondo en el artículo si así quieres.
Un cordial saludo.
Tras tu entusiasta respuesta2de asentimiento, decidí tomarme un descanso; ya tenía a la primera víctima de mi consultorio, ahora podía relajarme, crear expectación en tu joven alma, e iniciar el proyecto de consultoría cuando tuviera un momento de respiro, tranquilidad y bonhomía en la vorágine de mi vida familiar, profesional y espiritual.
Hablando de espiritualidad, me vi de repente como el gigante Tony Robbins en un escenario aseteando a los incautos con su penetración psicológica, su imponente voz rocosa, ahíto de compasión y comprensión, de visión profunda y rotunda.
“¡Yo no soy tu gurú!” me imaginé respondiéndote en un rápido telegrama (nada de WhatsApp, que ya sabes que soy más de dumbphone); pero sabiendo que sí, que sí soy tu gurú, que el manantial de mi experiencia y mis historias personales y universales podría brotar, que podría destapar el tarro de las esencias, y regalarte unos cuantos consejos recién sacados de la chistera de mi biografía, de los posos (o de las cenizas) de mis vicisitudes, aventuras y desventuras vitales.
Quizá podría derramar mi acumen ante el putativo público del blog y sorprenderte con alguna perla de sabiduría, cruce de perogrullada y tiniebla, que pudiera enmudecer tu boca y humedecer tus ojos, haciendo correr lágrimas de gratitud y arrobo.
Todo esto para decirte que yo no soy Tony Robbins, ni tampoco Osho, el maestro espiritual indio que paseaba en un Rolls Royce sufragado por sus seguidores. El gurú sexual que emigró a Estados Unidos para fundar una comuna en las montañas de Oregón y escandalizó a la sociedad de la época.
Una mezcla de materialista hedonista, místico y capitalista sin tapujos ni complejos: un producto del mundo globalizado, en el límite de lo cómico y lo dramático, sincrético entre lo ridículo y lo sublime.
Ciertamente, este gurú es un extremo, pero si ves el documental de Netflix, Wild, Wild Country, puedes hacerte una idea de cómo la pérdida de absolutos, referencias morales y convicciones religiosas en occidente puede llevar a que nos arrojemos en manos del más extravagante de los iluminados.
Dicho esto, Wild, Wild, country es un gran documental muy revelador de esta secta mística-hedonista-capitalista liderada por Osho:
El zeitgeist3 o espíritu de los tiempos nos convierte en neófilos4 5amantes de lo nuevo, aversos a lo antiguo y lo tradicional, siempre a la busca en lugares lejanos (budismo zen, mística india o bailes extáticos sufís) el sentido de una existencia que parece escaparse de las manos, que no tiene propósito o conexión profunda con nada.
La palabra «neofilia» tiene una relevancia particular en Internet y en la cultura hacker. El Diccionario del Nuevo Hacker brinda la siguiente definición de neofilia:
El rasgo de sentirse entusiasmado y complacido por la novedad. Común entre la mayoría de los hackers, seguidores de la ciencia ficción, y miembros de varios otras subculturas relacionadas, incluyendo ‘Tierra Entera’, el ala pro-tecnología del movimiento ecologista, activistas espaciales, muchos miembros de Mensa, y la subcultura discordiana/neo-pagana (ver geek). Todos estos grupos se solapan fuertemente y (donde exista evidencia) parecen compartir característicos tropismos hacker por la ciencia ficción y la música.
Fuente: Wikipedia 6
Es cierto lo que decía el filósofo de que cuando uno deja de creer en Dios acaba creyendo en cualquier cosa. La historia está llena de ejemplos menos cómicos y más terribles que el de Osho. De ahí que sea bueno conocer relatos sobre gente desnortada para no repetir las historias que no merecen repetirse; aquí meto en el saco a la locura de los tulipanes en la Holanda del siglo XVII, el advenimiento del pintor fracasado Adolf Hitler o el Despacito de Luis Fonsi y Daddy Yankee. Si no conocemos la historia estamos condenados a repetirla. Lo mismo con las canciones:
El torrente de historias que acuden a mi mente al hilo de tu provocación (o prompt, por usar un término en reciente uso propio de la inteligencia artificial generativa) es inmenso, no solo películas, documentales, también de anécdotas personales, libros e incluso pinturas.
En una versión irónica de la búsqueda del mesías, ya sea en forma de tierra de utopía o de persona-guía, te recomiendo el libro de Richard Bach, Ilusiones, uno de mis grandes referentes personales cuando tenía más o menos tu edad. Tal vez conozcas un título más conocido de este mismo autor, Juan Salvador Gaviota, también muy metafórica y espiritualista.
El título completo del libro que te recomiendo es: Ilusiones, las aventuras de un reacio mesías. De este libro me quedé con uno de sus lemas: Vida = ilusión + aprendizaje.
Ilusiones es un libro típico de la literatura popular new age (pretendidamente inspiradora) pero varios niveles por encima en calidad artística y significado que el alquimista de Pablo Coelho, El secreto de Rhonda Byrne (y su archifamosa, archiodiosa y archiestúpida ley de atracción) o El poder del ahora de Eckart Tolle.
La historia inicial es muy buena.
Una película que también te ayudaría a comprender tu tesitura vital y los condicionantes psicológicos que nos empujan a arrojarnos en los calurosos brazos de las soluciones fáciles mesiánicas o espiritualistas es un documental, Kumaré7, muy divertido y de planteamiento interesante.
Kumaré ha enfrentado críticas por sus implicaciones éticas en relación con el engaño. Algunos argumentan que la creación de un personaje ficticio (un gurú venido de la India) y hacerlo pasar por uno real es moralmente cuestionable, ya que manipula a individuos vulnerables que buscan orientación. Los críticos destacan el daño potencial de llevar a los seguidores a invertir emocionalmente en una persona fabricada. Sin embargo, otros sostienen que la película cumple un propósito valioso al ilustrar cómo la creencia puede fomentar el crecimiento personal, independientemente de la autenticidad de la fuente. La película plantea preguntas profundas sobre la fe, la autenticidad y la naturaleza del liderazgo espiritual.
Afortunadamente, yo no caí nunca en ninguna secta destructiva, aunque he estado en contacto tangencialmente con algunas sectas inocuas e incluso fortalecedoras como las sectas liberales, libertarias y anarcocapitalistas, los libros de Ayn Rand y, por supuesto, el terrible Friedrich Nietzsche, que está en el origen (seguramente sin quererlo) de muchos de los males relativistas, autoengrandecedores y anticristianos de nuestros tiempos. Nietzsche, un anticristo dotado de honestidad intelectual, quiso alertarnos con lo que ocurriría tras la muerte de Dios:
Dios ha muerto. Dios sigue muerto. Y nosotros lo hemos matado. ¿Cómo podríamos reconfortarnos, los asesinos de todos los asesinos? El más santo y el más poderoso que el mundo ha poseído se ha desangrado bajo nuestros cuchillos: ¿quién limpiará esta sangre de nosotros? ¿Qué agua nos limpiará? ¿Qué rito expiatorio, qué juegos sagrados deberíamos inventar? ¿No es la grandeza de este hecho demasiado grande para nosotros? ¿Debemos aparecer dignos de ella?
Friedrich Nietzsche, La gaya ciencia, sección 125
Friedrich no se refería a la muerte metafísica u ontológica de Dios, sino a su muerte psicológica en el imaginario popular, al cadáver putrefacto de las creencias tradicionales en nuestras mentes. Tras aniquilar e invertir los valores, viene una gran responsabilidad: la de crear una religión o filosofía vital de nuevo cuño que reemplace a lo antiguo y pueda orientarnos. No podemos vivir desnortados, descabezados, carentes de sentido, so pena de entregarnos a un estéril y triste y desesperado nihilismo .
¿Qué es capaz de reemplazar lo divino?
Ciertamente, lo divino será reemplazado por algo con apariencia de divino, porque el Hombre no puede vivir (o no debe vivir) sin referencias absolutas. De ahí que el cientifismo o el socialismo utópico o el comunismo o la adoración a Gaia o el transhumanismo o el globalismo humanista ocupen en nuestros días el lugar de la tradición religiosa.
El poder aborrece el vacío, el sentido de la vida es un espacio que debe llenarse, y si no se hace con lo bueno, se hará con lo malo. En tiempos actuales está operando la Ley de Gresham de la espiritualidad: los conceptos y prácticas religiosas y espirituales genuinas, “la moneda buena”, con la marca de los siglos, terminan siendo suplantadas por las prácticas y conceptos novedosos, “la moneda mala”, las sectas, la espiritualidad de usar y tirar, el transhumanismo, los Osho y los Tony Robbins de nuestros tiempos: fuegos artificiales que asombran y desaparecen en el firmamento sin dejar más huella que la de una nueva decepción y vacío.
Si vienes de la tradición católica o protestante, podrás preguntar a tus padres o abuelos cómo el culto se ha ido desvirtuando a través de los años. Si vienes de la tradición judía, especialmente en Estados Unidos, posiblemente verás a tu alrededor más gente buscando la iluminación en el budismo zen que en la sinagoga más cercana o en el estudio del Talmud y la Torá.
Pero afortunadamente, tú has caído en buenas manos
Ya sé que cualquier gurú constructivo o destructivo, cualquier mentor bienintencionado o que se quiera aprovechar de ti te dirá lo mismo. Pero… prosigamos:
Has caído en buenas manos, porque no quiero imaginar si la misma pregunta que me has hecho la hubieras hecho en el centro de Hare Krishna más cercano a tu domicilio. En el mejor de los casos, habrías pasado un rato en un entorno extrañamente acogedor departiendo con los acólitos de sonrisa permanente; en el peor, estarías recorriendo las calles bajo un manto azafrán cantando el hare, hare, krishna, hare, bajo el estruendo de unos altavoces rompedores de tímpanos. Si se la hubieras hecho a Tony Robbins hubieras perdido 5.000 euros o más, y saldrías de uno de sus multitudinarios eventos con las pilas recargadas para comerte definitivamente el mundo durante… dos o tres días, el tiempo suficiente para que el frenesí egoico decrezca, las aguas vuelvan a su cauce y descubras que todo era vanidad.
A tu pregunta sobre el camino que has de seguir, respondo lo siguiente: sigue el camino tradicional.
Quizá esperas de mí que te anime a seguir tus sueños, a creer en ti o a que busques dentro la luz que te ilumine, que bailes al ritmo de tus tambores interiores, y que te arriesgues y salgas de la zona cómoda (mientras yo sigo en la mía acomodado en mi sofá, viviendo de las rentas y con el futuro resuelto).
En tu caso, y a los 23 años, quizá después de haber acabado tu primer ciclo de estudios universitarios, te recomendaría que buscaras un esposo (y tú serás su “esposa”, que tiene además el significado de ataduras o cadenas) con el que pasar el resto de tu vida y con el que fundar una familia. Te prescribo como medicina para el alma –después de todo soy el Doctor Mínimus– que vuelvas a tus orígenes, a la fe de tus ancestros y que intentes llevar una vida de entrega a tu familia, tu comunidad de origen, tu tradición o tu país, si es que vives en una comunidad nacional que todavía tenga fuertes lazos con el pasado.
Olvídate de dejar tu “muesca en el universo” (Jobs dixit), o de buscar dentro de ti para saber qué muesca ha de ser esa. El fin de tu vida está fuera de ti y antes de ti, no está dentro de ti; de hecho, te precede. No eres nada especial ni en tus cuitas ni en tus cimas más queridas. O al menos no durante mucho tiempo. Tu esencia precede a tu existencia, a pesar de lo que digan los existencialistas, Nietzsche, Jean Paul Sartre y el cristo que los fundó.
Dicho de otro modo, tu propósito vital es tu destino y este está o puede estar en tus relaciones con otras personas y en la lealtad a una fe religiosa, o al menos una comunidad tradicional que esté anclada en una tradición milenaria. Siendo mujer, tienes la propiedad de alumbrar la vida, y este es el destino más valioso y privativo de la Mujer, no lo desaproveches ni lo aplaces hasta que hayas viajado o “vivido muchas experiencias” o alcanzado el éxito profesional.
No necesariamente tienes que buscar el ingreso en una comunidad amish, a menos que tus ancestros lo fueran. Pero puedes considerar que estás ahora en el final de una moratoria vital, un “Rumspringa” (el patio de recreo del diablo89), una encrucijada que demanda dedicir-te, decidir por dónde te llevas y qué camino elegir.
Tampoco necesitas ingresar en una comunidad judía ortodoxa, a menos que seas de origen askenazí y tengas la suerte de que te permitan la entrada.
Puedes ver una serie y un documental antitéticos sobre la lealtad a la tradición judía en Unorthodox y OrthodoXed:
La primera basada en un libro 10 convertido en película cuenta la historia de una judía de la comunidad jasídica de Brooklyn en Nueva York que renuncia a su destino como mujer judía ortodoxa y madre buscando la libertad y escape de una atmósfera opresiva que la anula (o eso cree) como persona.
La segunda es la historia de un chico canadiense de una familia judía contemporánea, que respetaba al menos cosméticamente las creencias y prácticas judías, pero que en la que en la cena de shabbat servían… costillas de cerdo.
En una familia acomodada tenuemente judía, el protagonista se descarría y acaba convertido en un animador de discotecas y finalmente traficante de droga. Tras su particular rumspringa encuentra la llama y vuelve a la fe de sus ancestros como judío ortodoxo, de los que visten de negro y con sombrero.
El documental completo está aquí11 y aquí 12The making of:
Tampoco tienes que ingresar en una comunidad cristiana que todavía preserve valores ancestrales, pero sí es importante que busques tus orígenes, lo dado, lo que eres, pero que no has creado ni decidido. Probablemente, tengas que buscar tus raíces en lo más tradicional, rancio y caduco que todavía quede a tu alrededor, si es que has tenido la suerte de atisbarlo o tener algún contacto con ello.
Te recomiendo que hables con tus padres, para que te den su perspectiva existencial y te cuenten las encrucijadas a las que ellos se enfrentaron a tu edad. Pero todavía te recomiendo más que hables con tus abuelos, en especial con tus abuelas; o, en su defecto, con gente mayor de 80 años. Pueden ser conversaciones que te abran los ojos y te den que pensar. Dijo Alan Kay que un cambio de perspectiva vale ochenta puntos de cociente intelectual; en tu situación, puede significar la diferencia entre un camino mal elegido y el correcto.
Si sigues este último camino de la tradición cristina, te recomiendo el libro La opción benedictina13, (The Benedict Option: A Strategy for Christians in a Post-Christian Nation), escrita por un escritor conservador americano de religión cristiana ortodoxa (creció en una familia metodista en Luisiana, luego se convirtió al catolicismo, y desencantado tras los escándalos en la iglesia católica se hizo cristiano ortodoxo). Su secuela, Vivir sin mentiras14, es también muy recomendable.
Una de mis últimas recomendaciones sobre la que estoy todavía impresionado y que ha dejado poso intelectual en mí (como te habrás dado cuenta a lo largo de esta respuesta): Ortodoxia 15de G.K. Chesterton, libro complementario a Herejes, del mismo autor.
Es un libro de 1908 , que, aunque pueda ser calificado como apología del catolicismo, es sobre todo el relato del viaje personal de Chesterton a la fe católica. Chesterton ha sido llamado “El príncipe de las paradojas” y resuena enormemente en mí.
Si tienes que leer un solo ensayo de Chesterton, te recomiendo específicamente el ensayo XIV “Sobre ciertos escritores modernos y la institución de la familia” de su libro Herejes16. Creo que este es especialmente relevante para combatir la neofilia y para elegir un rumbo vital tradicional sin el miedo de estarse perdiendo algo mejor o más importante, lo que ahora llaman el síndrome FOMO 17(fear of missing out) en relación al torrente de entretenimiento, oportunidades e información propio de la era digital, y la ansiedad generada cuando uno está desconectado.
Abraza a los muertos y su legado
¿Sabes por qué abogo por lo tradicional? Porque, al igual que el mundo, la tradición estaba mucho antes que tú, y, sobre todo, porque ha perdurado cientos de años, así que es la más segura de las apuestas existenciales. Quizá también porque somos débiles juncos que a menos que estemos bien asentados nos vaporizamos en el fango de la novedad y las modas.
Necesitamos cadenas para ser libres, necesitamos suelo firme sobre el que echar raíces o buscarlas; solo en la comunidad, en lo fijo, en lo que perdura y perdurara encontramos sentido en nuestras vidas.
Un filósofo escéptico y agnóstico lo dijo bien en uno de sus libros:
El mundo privado de los intereses instintivos es muy reducido, ubicado en medio de un mundo grande y poderoso que deberá, tarde o temprano, reducir a ruinas nuestro mundo privado.
A menos que podamos ampliar de tal manera nuestros intereses que incluyan la totalidad del mundo exterior, permaneceremos como en una guarnición de una fortaleza sitiada, sabiendo que el enemigo nos impide la escapatoria y que la rendición final es inevitable. En tal vida no hay paz, sino la lucha constante entre el deseo insistente y la impotencia de la voluntad. De una forma u otra, si queremos una vida grande y libre, debemos escapar a esta prisión y a esta lucha.
–Bertrand Russell. Los problemas de la filosofía.
Por supuesto que la escapada de la prisión interior que tenía en mente Russell es muy distinta de la que yo propongo. La mía no es la contemplación filosófica, confundirnos con la naturaleza o usar el mundo para nuestros fines de expansión o hinchazón del ego.
Tampoco creo que a efectos prácticos nuestras acciones puedan considerar su influencia sobre la totalidad del mundo exterior, pero sí una parte cercana de ella en la que concentremos nuestro cuidado y esfuerzos: familia, comunidad, entorno cercano. El todo natural y social, puede ser contemplado con asombro y vértigo, pero no puede ser la materia en la que prosperemos, nuestros afanes han de ser más limitados y humildes. Quien crea que puede dirigir sus afectos a la aldea global mediada por la información digital se engaña y condena su vida espiritual a la bancarrota existencial.
El escape de esta prisión no está en volvernos hacia dentro y mirarnos el ombligo. El escape de la prisión interior está en mirar hacia afuera y encontrar cadenas, seguramente en la religión y la tradición –y, en el matrimonio, por qué no decirlo– que eliminen muchos de los caminos posibles, que poden un futuro abierto lleno de posibilidades y nos obliguen a seguir un aparente estrecho camino. Un camino donde nuestra vida es una vida más entre otras muchas, pero con la posibilidad de alcanzar la grandeza en la participación en un destino universal, en un futuro que no veremos pero que contribuiremos a traer con nuestras limitadas fuerzas.
Nadie hablará de ti cuando estés muerta, ni falta que hace. Pero algunos te recordarán durante algún tiempo como una persona que pasó elegantemente por la vida haciendo el bien y mirando a quién.
Ahora que estás enfocada fuera de ti y al servicio de una comunidad y una fe que tú no has creado, solo falta que digas sí, y empieces el camino. Quizá bajo los adoquines de la mediocridad encuentres la playa, quizá en los rostros antes inexpresivos y vulgares, encuentres llamas como la tuya, muy parecidas, pero que arden a su modo. No busques lejanos parajes geográficos o ideológicos donde creas que puedes actualizar tus potencias. Quizá ya la suerte está echada, quizá ya tu futuro está decidido, quizá solo tengas que decir “Sí, quiero” al mundo, tu comunidad, tu profesión, tu futuro esposo, tus futuros hijos.
No hay que buscar nada más, no hay que atreverse o decidirse, basta con decir, sí, quiero, y esperar. No necesitas a mentores, a Tony Robbins, a los mesías o las ideologías del crecimiento personal y la autoexpresión, solo volver a los orígenes, vincularte definitivamente a algo que tenga una estela de siglos y dar el primer paso, el segundo paso, el tercer paso.
A propósito, el cuadro que aparece al principio de mi respuesta y el resto de los cuadros son versiones de Magdalena penitente de George La Tour; así es como realmente te imaginé cuando leí tu comentario en el blog, no tanto por el posible remordimiento sobre tus pasados pecados como por la búsqueda de una luz que te guíe, la necesaria contemplación de la llama de la Verdad y el ansia de sentido.
Permíteme que, a la feria y el gran estruendo, añada a tu cóctel un poco de calavera, déjame recordarte que has de vivir con una ventana mirando al cementerio. Solo así aceptando y acogiendo tu finitud y limitados poderes puedes expandir tus miras, logros y ambiciones.
Ahora te toca a ti poner el alma, la calma y decir sí a la llama.
Suerte y ¡Shabbat shalom!
- Comentario en este blog de Desconocida: https://homominimus.com/mi-lucha/#comment-257621 ↩︎
- Respuesta de Desconocida a mi propuesta: https://homominimus.com/mi-lucha/#comment-257636 ↩︎
- Zeitgeist en Wikipedia: https://www.wikiwand.com/es/articles/Zeitgeist ↩︎
- Artículo sobre el concepto de neofilia en El confidencial: https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2021-06-02/neofilia-psicologia-cosas-nuevas-rutina-vida-cotidiana_3107680 ↩︎
- Zeitgeist en Wikipedia: https://www.wikiwand.com/es/articles/Neofilia ↩︎
- Neofilia en Wikipedia: https://www.wikiwand.com/es/articles/Neofilia ↩︎
- Documental completo en español, Kumaré, en YouTube: https://youtu.be/Yh6t3eGHRfw?feature=shared ↩︎
- Trailer documental Devil’s Playground: https://youtu.be/n518iLqRekM?feature=shared ↩︎
- Artículo en Homo Mínimus sobre Rumspringa y moratorias vitales: El patio de recreo del diablo: https://homominimus.com/2013/03/26/el-patio-de-recreo-del-diablo/ ↩︎
- Unorthodox. Libro: https://amzn.to/4eNQDh8 ↩︎
- Orthodoxed. Documental completo: https://www.youtube.com/watch?v=59VVM668ydA&ab_channel=BerelSolomon ↩︎
- The making of de Orthodoxed https://www.youtube.com/watch?v=smKFVWK3VtY&ab_channel=StillWatchingNetflix ↩︎
- Libro La opción benedictina, Rod Dreher: https://amzn.to/3UCh2Xl ↩︎
- Un video presentación del libro de Rod Dreher Vivir sin mentiras: https://www.youtube.com/watch?v=4qxJpQNpJYw&ab_channel=EdicionesEncuentro ↩︎
- Ortodoxia, de G.K Chesteron, en español, nueva traducción: https://amzn.to/3Y8mbHr ↩︎
- Herejes, de G.K Chesterton, en español, nueva traducción : https://amzn.to/3zTqQFd ↩︎
- FOMO en Wikipedia: https://www.wikiwand.com/es/articles/S%C3%ADndrome_FOMO ↩︎











Me ha gustado especialmente este artículo. Creo que tiene muchas pinceladas de sabiduría para alguien que esté abierto a percibirlas. Desgraciadamente, la apertura y atención necesarias para sacar el máximo partido de su contenido no abunda y menos entre personas de 23 años… Suerte.
Manuel FF
Homo Roboticus:
La Tradición y la Comunidad como Antídoto al Nihilismo.
El autor propone que la tradición y la comunidad son claves para encontrar sentido a la vida y superar el nihilismo, especialmente en un mundo que ha perdido sus referencias absolutas.
En resumen, el autor argumenta que la tradición y la comunidad ofrecen un camino para superar el vacío existencial y el nihilismo, proporcionando un sentido de pertenencia, propósito y conexión con algo que trasciende nuestra individualidad. Se trata de un llamado a encontrar la libertad en las limitaciones y abrazar lo permanente en un mundo que constantemente nos empuja hacia la novedad y la incertidumbre.
Sí, Mínimus, ya hemos captado que has leído muchos libros y visto muchos documentales, pero… ¿es necesario que nos castigues con tanto título y referencias de las que solo pueden captar su relevancia quienes ya los conocen?
Eres la excepción que confirma la regla de que más es más. Te hubieras hecho un favor aplicándote tu propia medicina si hubieras escrito algo más corto; ya sabes… «Lo bueno si breve dos veces bueno; y si malo (como en tu caso) menos malo».
Un artículo de Homo Mínimus más para el lucimiento personal que para el consejo útil a una mujer joven que ha ido a buscar consejo quizá en uno de los peores lugares de la fachosfera.
Homo Máximus
Una de las pocas cosas salvables del artículo es este comentario. Menudo ego tiene el tipo con las referencias (nada novedosas, por otro lado), y el minimalismo se le quedó por el camino (hacía años que no pasaba por aquí y menuda decadencia la de este blog).
El punto álgido es el de recomendar buscar un esposo, ya hay que ser vulgar y mediocre. Del resto solo se puede extraer el profundo cacao mental que tiene. Oyó campanas y no sabe dónde, porque mira que hay consejos que dar y mucho que recomendar y aprender de la tradición en estos tiempos, pero es que no da ni una ni sabe discernir lo importante de lo que que no lo es.
Solo espero que la pobre chica no haga caso de nada de lo que pone el artículo y simplemente supere el miedo a hacer lo que quiere, porque tener miedo es normal, y se anime a equivocarse porque no pasa nada, que aprenda de los errores y que siga haciendo su propio camino sin esperar la aprobación de nadie.
La última noticia que tengo de esta adorable mujer es que ha decidido casarse el próximo año con su novio y fundar una familia. Me escribió agradeciéndome mi sinceridad y diciéndome que le había abierto los ojos.
Que se case o se deje de casar es irrelevante. Si ha querido hacerlo pues bien por ella. Lo vulgar y mediocre es responder con esa chorrada a su petición inicial y encima llamarlo consejo. Y si el resto de tu mensaje le abrió los ojos, pobre mujer, porque cualquier día se la va a pegar contra un muro por no ver nada.
Anónimo, veo que no te ha gustado el consejo del Dr. Mínimus. ¿Cuál le darías tú? Lo pregunto en buena lid. El Doctor Mínimus dio su opinión personal, que además creo que es la más correcta.
Si tienes una respuesta mejor, tienes abierto este blog como escritor invitado para responder a la chica que pidió consejo y para refutar al Dr. Mínimus . Yo publicaré cualquier cosa que me envíes, sin recortes ni censuras.
Considéralo.