No compita, sobresalga

Una objección habitual  contra el minimalismo existencial es que sobre el papel es una idea atractiva, pero en el mundo «real» no funciona.  El mundo de los negocios y la vida en general son duros. La competencia genera tensión mental y si quieres evitarla tienes que retirarte del campo de juego: si no eres un monje lama aislado del mundo no puedes ser minimalista existencial.

 

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Creo que esta objección, aunque natural y en principio razonable, no es válida. En mi opinión, depende de cómo enfoques la competencia y la competición.

Mi propuesta es un cambio de actitud o mentalidad; o dicho de otra manera, creo que podemos enfocar la competencia en un marco más saludable y también más acorde a lo que es  una economía de libre mercado e intercambios voluntarios entre personas.

El mito del capitalismo salvaje o el «solo puede quedar uno»

Cuando mucha gente piensa en el libre mercado, le viene a la cabeza la idea de una carrera de 100 metros lisos, o quizá un maratón, en el que los corredores han de esforzarse por quedar unos por delante de los otros y en la que al final «solo puede quedar uno», como en la película Los inmortales, donde en una lucha a lo largo de siglos se iban eliminando uno a uno cortándose la cabeza  hasta que solo quedara el mejor de los inmortales (o el más fuerte) .

En el mundo anglosajón se habla de cutthroat competition, literalmente «competencia de cortar cuellos». Hay algo darwiniano en esta idea de la competencia, en pensar que para que uno gane los otros han de perder. De ahí la imagen del mercado competitivo como un mar rojo: rojo por la sangre de los perdedores.

Ciertamente, es una lucha en general no cruenta: nadie muere; pero  quedas por debajo en el ranking, tu orgullo o autoestima queda socavada, y si se trata de un negocio o una empresa, sales del mercado y buscas otros aires competitivos en los que puedas prosperar.

Entendedme, creo que el mercado libre de intercambio voluntario entre personas es la mejor manera de organizar la sociedad, y aunque sobre el papel unos ganen y otros pierdan, es la sociedad en su conjunto, incluso los supuestos «perdedores», la que gana.

Lo que voy a cuestionar en este artículo es el estilo competitivo o actitud competitiva que parte de la idea de que los demás tienen que perder para que yo gane; como resultado pone un énfasis desmesurado en el seguimiento de las acciones de los competidores en detrimento de la búsqueda de la excelencia.

La mentalidad de sobresalir podría sustituir a la competitiva

¿Qué diferencia hay si después de todo sigues queriendo hacerlo lo mejor posible y con ello quizá quedar por encima de los demás?

Mucha.

Compites contigo mismo

El punto de referencia deja de ser el vencer o quedar por encima del competidor. El punto de referencia pasa a ser la mejor versión histórica de uno mismo: intentas superar a tu mejor yo hasta la fecha. En vez de centrarte en los resultados de los demás, te fijas en tus resultados y buscas maneras muy específicas y muy concretas de perfeccionarte.

Este enfoque tiene una ventaja: tu mejor yo sigue siendo tu yo, al menos es un yo amigo, y el querer mejorarle es una especie de tributo u homenaje que le haces. El yo histórico no puede sentirse mal por que el yo actual intente superarle; al contrario, se siente como un padre orgulloso de su hijo que desea que su hijo lo haga incluso mejor que él.

Pasa de un mar rojo competitivo a un océano azul de creatividad y descubrimiento

 

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En vez de luchar en una carrera de reglas fijas, márgenes estrechos y meta definida, puedes adoptar una estrategia distinta: vas a ofrecer un valor a un mercado no existente, a un mercado que creas tú. No simplemente te vas a diferenciar y ser excelente para servir mejor a un mercado saturado, sino que vas a crear algo nuevo y vas a encontrar un público nuevo.

Partes de tu individualidad y en función de tus rasgos, talentos y motivaciones personales creas algo que lleve tu marca personal. Si se trata de una empresa, inventas un mercado. No compites, sobresales.

Los compañeros de carrera pueden ser colaboradores: cada uno busca el éxito a su manera

En esta mentalidad de sobresalir ya no tienes que esconder información, cortar las alas a los demás  o preocuparte por el próximo movimiento del competidor. De una mentalidad de la escasez pasas a una mentalidad de la abundancia: hay muchos océanos azules por descubrir y los demás navegantes pueden ser colaboradores en la travesía. Paradójicamente, compartiendo información y recursos con otros te haces más rico: te abres a canales de información y conocimiento, aumentas la motivación y montones de ideas son catalizadas por tus competidores.

De la visión en túnel al pensamiento y la acción flexible

El foco deja de ser estrecho y centrado en los movimientos o amenazas. Empiezas a considerar posibilidades insospechadas para alguien que solo se centra en arañar ventajas ínfimas a la competencia. Piensas en maneras de satisfacer deseos de otras personas. Tus esfuerzos se centran en crear algo que tenga valor para los demás, no en arrancar valor de nadie o quitar valor a nadie. El enfoque creativo te vuelve más flexible, más experimental, más arriesgado y menos temeroso.

Con una actitud de sobresalir en vez de ser meramente competitivo, puedes lograr el éxito en tus propios términos, según tu propia definición y a tu propio ritmo.

 

12 comentarios sobre “No compita, sobresalga

  1. Esto es exactamente lo que yo pienso. Ser competitivo es centrar la vista en los demás (y junto a la vista, también te dejas muchas energías en ese escuadriñar lo que hacen otros y tramar su hudimiento), ser competente es centrar la vista y las energías en lo que tú mismo haces. En mi opinón, para sobresalir hay que ser competente.
    Este post te ha salido redondo. Se convierte auntomáticamente en uno de mis favoritos.

    (y deja de escribir artículos que me tiren de la lengua y me hagan hablar o nos conoceremos demasiado bien)

  2. En realidad me pareciera que esta conocida dualidad aparentemente contradictoria entre compertir y sobresalir, se trata de una mera trampa semántica. Sobresalir también implica competir, ya no enfocados en los demás sino en uno mismo. Por carácter transitivo también implica sobresalir de los demás. Mira por ejemplo un bosque superpoblado: En la jerga de los agroforestales, se dice que un bosque está estresado cuando los árboles crecen flacos, altos y debiluchos, compitiendo desesperadamente entre sí en la búsqueda de mejor luz que el resto. Es decir, quieren sobresalir centrados en ellos mismos, pero el resultado (indirecto en este caso) es igualmente una competencia estresante con los demás.

  3. Estoy de acuerdo en la tesis del artículo de que hay que centrarse en competir con uno mismo y no con los demás. Está muy bien expuesto y la imagen de los mares es muy clara y explicativa.
    La frase de sobresalir entiendo que se refiere a sobresalir respecto a las demás versiones históricas o posibles del yo. Aunque sí tiene razón Horatiux en que no es quizá el término más adecuado, Posiblemente «mejorar» o «progresar» serían preferibles en el sentido de que evitan que haya alguna comparación que es de lo que se trata.
    Mi enhorabuena por el artículo.

  4. Alquimista oscuro, Imaginemos que la vida es un ajedrez y el jugador tiene que ser el contrincante de si mismo,, sabiendo exactamente que movimiento hacer en el otro lado…Hmmm….La victoria esta asegurada !
    Homominimus, Tal vez con una sola y poética frase, (que no se de quien es) lo definimos; «El secreto es no correr detrás de las mariposas…es cuidar el jardín para que ellas vengan hacia ti ? «

  5. Homominimus…No se porque me da, que tienes algo instalado, que se come mis comas y mis espacios !

  6. Totalmente de acuerdo con el artículo. Buscar la mejor versión de nosotros mismos no solo nos favorece en los negocios o en el trabajo, sino que nos hace sentir bien, con las energías en movimiento, constatando que podemos crecer. Me ha gustado la frase, me la anoto.

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