Del minimalismo a la creatividad

Cuando Homo Mínimus me propuso escribir aquí, casi me pongo a dar saltitos de alegría: soy fiel seguidora desde hace años. Este blog y su autor tienen el mérito de atraer mi atención por tantos años, de mantenerme atenta a sus movimientos y, hasta que le conocí en persona, de mantenerme haciéndome la pregunta «¿Cómo es una persona que vive de este modo?». Si bien comparto el estilo de vida minimalista, aunque yo estoy a medio camino entre la simplicidad voluntaria y el minimalismo, lo que me ha mantenido atrapada aquí ha sido el modo de funcionar del cerebro de este hombre, tan racional y metódico y tan creativo a la vez.

Confieso públicamente que le estoy estudiando.

Una de las cuestiones que tengo claras desde el principio es que no es casualidad que aquí confluyan minimalismo y creatividad. En mi opinión una cosa lleva a la otra y da igual por donde se empiece: se puede ser creativo y acabar siendo minimalista (es el camino habitual) o se puede ser minimalista y acabar siendo creativo. En este artículo me gustaría hablar de esta última opción, el minimalismo como detonante para descubrir la creatividad.

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La idea esencial es que una vida demasiado llena conlleva una mente más vacía. Todos y cada uno de los bienes que adquirimos, las actividades que realizamos y las personas con las que nos relacionamos implican una inversión de recursos materiales, de tiempo y de energía que no vamos a tener disponible para otras cuestiones que también nos interesan, hasta que un buen día nos encontramos diciendo que no tenemos tiempo para hacer todas aquellas cosas que son las que quisiéramos hacer de verdad. Tener un coche significa buscar aparcamiento, acordarse de ponerle gasolina, llevarlo al taller… y tantas otras cuestiones que se comen el dinero (y como consecuencia dedicaremos más tiempo a conseguirlo) y el tiempo en sí. Lo mismo pasa con las actividades y las relaciones. Además la mente se llena de estas preocupaciones y recordatorios, interfiriendo en el estado mental relajado que lleva a las buenas ideas. En cambio, vaciar la vida y la mente de estos añadidos innecesarios deja el espacio físico y mental para que las ideas esenciales puedan encontrarse y formar nuevas combinaciones. No se trata de eliminarlo todo, sólo lo innecesario (que es muchísimo más cuantioso que lo necesario y lo valioso).

Una mente llena conlleva una vida más vacía de florituras, adornos, preocupaciones, compromisos y convenciones sociales. Tenemos el ejemplo de muchas grandes mentes que simplificaban de la manera más drástica posible sus preocupaciones innecesarias, usando siempre el mismo tipo de ropa, encargando a otros las tareas banales si se lo podían permitir, etc. Yo misma, cuando me encuentro en fase de alta inspiración y trabajando intensamente en un proyecto, simplifico las demás ocupaciones hasta el punto de vivir durante varias semanas comiendo sólo hervidos y cocidos, que es la única fórmula que he encontrado de cocinar sin quemar las cacerolas cuando estoy en esa fase (e incluso así, se me queman alguna vez). Este es el camino habitual, el camino que va desde la creatividad al minimalismo.

Veamos ahora el camino inverso, el de despejar la vida para llenar la mente. Lo cierto es que una cosa lleva a la otra, como decía antes, en ambas direcciones. Si tu mente está tan llena de tareas, bienes, actividades, relaciones, obligaciones y preocupaciones, de lo que se trata es de hacer este camino inverso para llegar al estado de las grandes mentes antes mencionadas.
Si decides llevar una vida más creativa, lo primero sería vaciar tu vida hasta dejarla con lo mínimo necesario, para la simple supervivencia sin ningún capricho. Calcula las mínimas horas necesarias de trabajo remunerado (los mínimos gastos ordinarios también), el mínimo espacio necesario para vivir, la vida social mínima necesaria y las actividades de ocio y esparcimiento necesarias (uf, aquí la tele cae seguro de la lista).

Una vez hecha esta limpieza, si tienes el valor de hacerla, deja que corra el aire, sin miedo al vacío y permitir que de ese silencio vital surjan aquellas cosas valiosas. Las cosas valiosas son las que, aunque no son estrictamente necesarias, te alimentan la mente y el alma. Por ejemplo para mí serían unas pocas personas a las que quiero de verdad tal como son, un gato, la escritura y la lectura, Internet como biblioteca, alimentos vegetales sabrosos, dibujar por dibujar, una buena herramienta/máquina para crear, una manta para el sofá y el chocolate negro. Por cierto, te sugiero que hagas un collage con imágenes y palabras de todas esas cosas que son valiosas para ti, sería tu collage del bienestar. En los momentos bajos, cuando tu mente se haya ido por las ramas y pierdas el norte, puedes mirarlo y comprobar que, en realidad, lo valioso lo tienes incluso en los peores días; te sentirás bien recordando las cosas que amas y viéndolas ante ti todas juntas.

Por último, desde este vacío externo, mira toda la abundancia que tienes dentro: recuerdos, conocimientos, percepciones… todo esto que conforma tu punto de vista único. Escribe sobre estas cosas. Cuando te entre miedo al vacío, escribe sobre alguna cosa al azar. Por ejemplo ¿qué es lo primero que viene a tu cabeza si piensas en una pipa, o cuál es tu primer recuerdo sobre este instrumento o cuántos recuerdos dispares tienes relacionados con una pipa? Escribe y recupera todo lo que hay en ti, lo olvidado bajo un montón de información y actividades que has estado recibiendo a diario. Recupéralo sin ningún fin en especial, sólo por recorrer tu paisaje personal y hacerte consciente de éste: es tuyo, único, original, es tu materia prima para crear. Practica esto a diario en tu nueva vida despejada de florituras y pronto verás como tu creatividad viene a ti, sea cual sea el campo en el que te quieras desenvolver.

Este camino no sólo sirve para iniciarse en la creatividad, sino también para salir de los atascos en los que te puedes encontrar (conocidos como bloqueos) que no son más que ausencia de foco, dispersión y una vida demasiado recargada. Recuerda, una vida demasiado llena, vacía la mente de ideas valiosas.

Este es un artículo invitado de Anca Balaj. Es escribujante y entrenadora en creatividad para niños y adultos. Puedes leer sus estupendos artículos , conocer sus libros, leer sus minicuentos y contratar sus servicios en su blog. También puedes escuchar  su minicuento El secreto de la felicidad  narrado por Homo Minimus.

16 comentarios sobre “Del minimalismo a la creatividad

  1. Whouuu!! Mira que va a resultar que ahora soy minimalista y ni lo sabía… Jajaja

    Pues yo hago la mayoría de las cosas por el mero placer de hacerlas, después tengo a mis amigos tirándose de los pelos por el tema monetizacion y a mi lo que me gusta es escribir porqué sí, dibujar porque sí y aprender a programar por el mero hecho de fluir con una actividad… Aunque ello implique dejar de disfrutar en la cocina o tomarme algo después del trabaj.

    Estoy trabajando en mi collage. Yo lo llamo tablón de inspiración ❤

    Un post genial pequeña… Superfan ya!

    Chuuu!!!

  2. Un placer leerte,Anca. Y descubrir tu blog.
    Aunque yo soy muy poco minimalista ( más bien nada) de tu artículo he extraído un par de buenas ideas que aplicar a mi recargada vida.
    Un abrazo

  3. Yo no me considero minimalista, pero sí es cierto que es necesario como bien dices reducir el nivel de preocupaciones para poder ser creativo. Y distinguir lo esencial de lo que no lo es tanto. En lo que no hay que ser minimalista es en el número de creaciones y en de caminos que hay que explorar para llegar al destino.
    Enhorabuena por tu estreno en el blog de Homominimus Anca.

  4. Mmmm….curioso momento en que entra en mi vida el artículo de Anca!
    En los seis últimos meses me he visto envuelta, sin buscarlo, diría que más bien en mi contra, en un proceso de minimalismo vital. Dejo de dedicarme a lo mismo después de 30 años, dejo de tener la misma pareja después de 12, y me planteo no tener una casa en propiedad después de 40 años. Me interno en los abismos del vacío, del silencio y del abandono de lugares comunes, que apenas recuerdo desde cuando habitaba en ellos. Empiezo a crear un proyecto de vida nuevo en medio de ese caos y las ideas van surgiendo…y me topo con el artículo de Anja, que me proporciona ánimos y algunas pistas para saber que voy por buen camino. Por eso digo que es curioso, lo he encontrado justo cuando mi mente estaba preparada para aprovecharlo. Muchas veces, cuando nuestra vida esta atiborrada de lo innecesario, no ves nada con claridad y estas ciega a las señales del espíritu creativo, pero si estas vacía y atenta, esas señales aparecen y la creatividad brota como de un manantial.
    Enhorabuena por el blog y gracias.

    1. Hola, Cristina. Me alegro que el artículo de Anca venga en un momento especial en tu vida y toque tu fibra sensible. Seguro que ella estará encantada.

      A propósito, hay toda una variante minimalista de fuerte inspiración ecológica, ¿te atreverías a escribir algo EN ESTE BLOG sobre minimalismo y ecologismo, sostenibilidad y todos esos temas en los que eres experta?

      Espero con expectación contenida tu respuesta.
      Un saludo y gracias por pasarte por mi humilde morada.

  5. Me identifico con las letras de Anca pero tengo una pregunta, una vez que has conseguido el entorno vital minimalista que te proporciona la creatividad y una vez que haces uso de ella y creas, creas cosas que te satisfacen verdaderamente, no tendrías ahora una nueva necesidad y es difundir lo creado entre una masa social mas o menos amplia y al tratar de socializarte para esa labor abandonar en cierta medida ese minimalismo? O dicho de otro modo, el minimalismo es solo temporal en tanto necesites crear y no tan necesario una vez has creado?

    1. Se puede ser minimalista en el marketing también. Tengo un artículo sobre el tema. Digo que mi marketing es minimalista. Aquí tienes mi filosofía. https://homominimus.com/2013/02/26/marketing-minimalista-para-mi-blog/
      En cuanto a la socialización, creo que no hay que dejarla para el final: «El peor momento para buscar amigos es cuando los necesitas». Mucho mejor tener amigos y conocidos cuando no tienes una agenda muy específica.
      ¿Quieres ser mi amigo?

      1. Pues creo que ahí radica la dificultad creativa, en la conciliación de cuidar las amistades y la creatividad, verdad? pues hemos de hacerlo al mismo tiempo.
        Respecto a tu pregunta, por supuesto y gracias por ofrecerme tu amistad.
        P.D. Enhorabuena por tus artículos, me parecen brillantes. Un saludo.

  6. La eficiencia, que es el hacer las cosas bien, es irrelevante hasta que estés trabajando en las cosas correctas.

    Peter Drucker (1909-2005). Abogado y tratadista austriaco

  7. «Por cierto, te sugiero que hagas un collage con imágenes y palabras de todas esas cosas que son valiosas para ti, sería tu collage del bienestar. En los momentos bajos, cuando tu mente se haya ido por las ramas y pierdas el norte, puedes mirarlo y comprobar que, en realidad, lo valioso lo tienes incluso en los peores días; te sentirás bien recordando las cosas que amas y viéndolas ante ti todas juntas.» ¡EXCELENTE IDEA! 🙂

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