La zona de incomodidad: cómo dominar el Universo (por Leo Babauta)

El siguiente artículo de Leo Babauta habla sobre un superpoder personal que estamos entrenando en nuestro curso de perseverancia: la capacidad de experimentar y abrazar  la incomodidad en el presente para obtener beneficios y alcanzar metas en el futuro.

La psicología popular te habla de amar lo que haces, disfrutar del proceso y  sentirte muy motivado y a gusto en el camino. Esto solo es una parte de la verdad. La otra parte es que lo excelso es tan difícil como raro y que hay muchas actividades valiosas en la vida que no llevan consigo la satisfacción inmediata. Aprender a tolerar e incluso a abrazar la incomodidad es la clave de la formación de un carácter perseverante.

Si quieres retos y misiones que entrenen tu capacidad de soportar la incomodidad, suscríbete a este blog y recibirás artículos y libros que te ayuden a forjar tu carácter.

La zona de incomodidad: cómo dominar el Universo (por Leo Babauta)

[Esta es la traducción al español de un artículo de Leo Babauta aparecido en su blog Zen Habits. ]

La única cosa que no puedo soportar es la incomodidad –Gloria Steinem

De todas las habilidades que he aprendido en los últimos siete años de cambios en mi vida, hay una que sobresale:

Aprender a sentirme confortable con la incomodidad.

Si aprendes esta habilidad, puedes dominar casi cualquier cosa. Puedes vencer a la procrastinación, empezar a hacer ejercicio,  mantener una dieta más saludable, aprender un nuevo idioma, afrontar los desafíos y situaciones físicamente exigentes, explorar nuevas cosas, hablar delante del público, dejar a un lado todo lo que sabes y convertirte en un minimalista.

Y esto es solo el principio.

Desafortunadamente, mucha gente evita la incomodidad. Quiero decir que realmente lo evitan—al primer síntoma de él, corren en la otra dirección tan rápido como pueden. Este es quizá el factor limitante más grande para muchas personas, y es por eso por lo que no pueden cambiar sus hábitos.

Piensa sobre esto: mucha gente no come verduras porque no les gusta su sabor. No estamos hablando de dolor intenso aquí, no es una tortura de Guantánamo, sino un sabor al que simplemente no estás acostumbrado. Y por eso comen lo que ya les gusta, los fritos y los dulces y carnes y quesos y cosas saladas y un montón de harina procesada.

El simple acto de aprender a habituarse a algo que sabe diferente –no tan difícil en el gran esquema de la vida—vuelve a la gente insana, a veces con sobrepeso. Lo sé porque yo estuve ahí muchos años. Me volví gordo y sedentario, fumador y con un montón de deudas, con muchos trastos y procrastinación, porque no me gustaban las cosas que me hacían sentir incómodo. Y por eso creé una vida que era profundamente incómoda como resultado.

Lo bonito es: aprendí que un poco de incomodidad no es una cosa mala. De hecho, puede ser algo que con un poco de entrenamiento la disfrutes. Cuando aprendí esto, pude cambiar todo y soy todavía bastante bueno haciendo cambios a causa de esta habilidad.

Domina tu miedo a la incomodidad  y puedes dominar el universo.

Evitación de la incomodidad

Cuando la gente está estresada, a menudo se vuelven hacia los cigarros, la comida, las compras, el alcohol, las drogas… Cualquier cosa para librarse de la incomodidad de lo que les está estresando. Y sin embargo, si echas una mirada atenta al estrés, verás que es un miedo infundado lo que lo causa (a menudo el miedo a que no seamos lo suficientemente buenos), y si lo examinamos a la luz del día empezará a desvanecerse.

Cuando la gente comienza a hacer ejercicio después de haber sido sedentarios, se sienten incómodos. ¡Es duro! Te puede dejar dolorido. No es tan fácil como no hacer ejercicio. No es algo que estén habituados a hacer y tienen miedo de hacerlo mal o parecer tontos. Y por eso lo dejas después de poco tiempo, porque es incómodo, cuando realmente no es tan horrible sentirse incómodo por un rato. No estamos hablando de dolor insoportable, simplemente de incomodidad.

Cuando la gente comienza una dieta más saludable a menudo no les gusta –comer verduras  y avellanas  y semillas de lino  y frutas y tofú o tempeh o judías negras no es tan excitante como comer fritos, grasas, salados o dulces. Es una forma de incomodidad cambiar tus papilas gustativas, pero la verdad es que ocurre con facilidad si soportas un poco de incomodidad.

La incomodidad no está mal. Es solo algo a lo que no estamos acostumbrados. Y por eso la evitamos, pero al coste no de ser capaces de cambiar las cosas, no estar sanos, no estar abiertos a la aventura y el caos de la vida en toda su pureza.

Dominando la incomodidad

La manera de dominar la incomodidad es llevarla con comodidad. Puede sonar contradictorio, pero no lo es. Si tienes miedo de la incomodidad e intentas vencerla con una actividad muy exigente, probablemente te rendirás y fracasarás y volverás a tu comodidad. Así que hazlo en pequeñas dosis.

  1. Escoge algo que no sea difícil. Por ejemplo, la meditación. No es tan difícil: simplemente siéntate y presta atención a tu cuerpo y respiración en el momento presente. No tienes que vaciar la mente (solo advierte tus pensamientos), no tienes que entonar cantos extraños, simplemente te sientas y prestas atención. Si no te gusta la meditación, prueba una comida saludable nueva, como el kale o almendras o quinoa. O un ejercicio fácil si eres sedentario, como andar o correr.
  2. Haz solo un poco. No tienes que empezar haciendo 30 minutos de algo que no estás acostumbrado a hacer. Solo un par de minutos. Solo empieza.
  3. Sal de tu zona de confort, un poco. Mi amiga y abadesa Zen Susan O’connell tiene una instrucción favorita de meditación que puedes usar realmente para cualquier actividad: cuando estás meditando y siente el impulso de levantarte, no lo hagas; cuando sientas el impulso de levantarte una segunda vez, no lo hagas; y cuando sientas el impulso de levantarte una tercera vez, entonces levántate. Así que sigues sentado atravesando el impulso, la incomodidad, dos veces antes de ceder a la tercera. Es un bonito equilibrio, ya que estás saliendo de tu zona de confort un poco. Puedes hacer esto con el ejercicio y con muchas otras actividades –empuja un poco.
  4. Observa la incomodidad. Mírate a ti mismo según te vas sintiendo un  poco incómodo: ¿estás empezándote a quejar (internamente)? ¿Estás buscando maneras de evitarlo? ¿Hacia dónde miras? ¿Qué pasaría si sigues con ello y no haces nada?
  5. Sonríe. Este no es un consejo trivial. Si puedes sonreír sin sentirte incómodo, puedes aprender a estar contento con la incomodidad con la práctica. Cuando hice el Goruck Challenge en 2011, fueron 13 hora de incomodidad –tobillos ensangrentados, arena en mis zapatillas mientras andaba y corría con más de 60 libras en mi espalda, acarreando a compañeros de equipo y troncos, haciendo flexiones y  paso del cangrejo  y otros ejercicios, necesitando ir al baño y estando hambriento y helado. Y sin embargo, puse en práctica algo simple: intenté mantener la sonrisa a través de toda esta incomodidad. Es una práctica importante.

Repite esta práctica diariamente. Será extraño, quizá difícil al principio, pero pronto tu zona de confort se expandirá. Si practicas lo suficiente, con distintas actividades, tu zona de confort se expandirá para incluir la incomodidad. Y entonces puedes dominar el universo.

Lo que puedes dominar ahora

Si domina la incomodidad, ¿qué puedes dominar entonces? Casi cualquier cosa.

  1. Procrastinación. Procrastinamos para evitar algo que no es cómodo, pero si aprendes a estar con la tarea, incluso si no es confortable. La incomodidad no es mala. Aquellos de vosotros que estáis atravesando el Módulo de procastinación en mi Sea Change Program estáis aprendiendo sobre el tratar con la incomodidad de continuar con tu tarea importante.
  2. Ejercicio. Evitamos el ejercicio porque no es cómodo, pero si expandimos la zona cómoda un poco cada vez, podemos conseguir que el ejercicio sea cómodo después de repetir un poco.
  3. Escribir. Si quieres escribir pero siempre parece que estás posponiéndolo, eso es porque escribir es a menudo difícil o menos cómodo que mirar el correo electrónico o las redes sociales (por ejemplo). Mantente con la incomodidad y escribirás más que nunca.
  4. Comer sanamente. Es sorprendente cuánto pueden cambiar tus papilas gustativas a lo largo del tiempo, si gradualmente nos acostumbramos a comidas más sanas. Eso significa pasar por cortos periodos de incomodidad, pero no es tan malo en pequeñas dosis.
  5. Meditación. Evitamos la incomodidad de sentarnos y no hacer nada, de enfocarnos en el presente. Pero no es tan difícil, sólo un poco incómodo.
  6. Levantarse temprano. Levantarse temprano significa estar un poco cansado por un rato, pero no es una cosa horrible. Lee más sobre levantarse temprano.
  7. Aprender una lengua/instrumento. ¿Quieres aprender algo nuevo? Eso significa, por definición, hacer algo a lo que no estás acostumbrado, y por eso a menudo lo dejamos antes de dominar esta nueva habilidad, simplemente porque (lo has adivinado) nos hace sentir incómodos. Mantente con la incomodidad, y en no mucho disfrutarás aprendiendo esta nueva habilidad.
  8. Trastos. Los trastos son otra forma de procrastinación. No quitas las cosas de en medio o dejas que se acumule una pila de cosas que no necesitas, porque no es cómodo ocuparse  ahora mismo (comparado con, digamos, navegar en Internet o ver TV). Pero ocuparte con algo justo ahora no es difícil una vez que pasa la incomodidad.
  9. Leer novelas. Tendemos a evitar el sentarnos con un libro porque nos atrae algo más cómodo (de nuevo, navegar por Internet). Si nos podemos sentar con el libro y un poco de incomodidad, podemos leer más.
  10. Bandeja de entrada vacía. Otra forma de procrastinación: llegan algunos correos, quizá los miras, pero pospones ocuparte de ellos justo ahora porque es más fácil no hacerlo.
  11. Deuda. Hay una serie de cosas de las que nos tenemos que ocupar que son incómodas: hacer un listado de deudas y facturas, hacer un presupuesto sencillo, hacer cosas que son gratis en vez de comprar, etc. Pero me libré de las deudas finalmente afrontando todas estas cosas y fue maravilloso.
  12. Nuevas aventuras. Mucha gente se queda en lugares en los que se siente cómodo, lo que significa perderse experiencias nuevas que podrían ser un poco incómodas. Incluso cuando viajan,  mucha gente se ciñe a las vistas turísticas y la comida a la que están acostumbrados, en vez de encontrar algo extraño pero más auténtico en una tierra nueva. Evitamos conocer a gente nueva, hablar delante de todos, renunciar a los que sabemos, estar abierto a cosas nuevas… para evitar la incomodidad.

Y esto es solo el principio. Dentro de cada una de esas áreas hay muchas cosas en las que puedes trabajar en los próximos años ahora que ya no tienes miedo de la incomodidad y que hay muchas otras áreas de exploración abiertas para ti. La incomodidad puede ser la llave gozosa que te abra todas las puertas.

La incomodidad es gran parte de mi plan maestro. –Jonathan Lethem

9 comentarios sobre “La zona de incomodidad: cómo dominar el Universo (por Leo Babauta)

  1. Leo Babauta es un tipo aparentemente sencillo y nada arrogante. Puedes bajarte dos de sus libros traducidos al español en este blog, en la pestaña «Libros libres», o bien te suscribes y te los envío, o bien me los pides directamente y te los envío sin tanta parafernalia.
    Salud.

  2. Cuando estas traduciendo todo un artículo y llegas al final y ves que Homo Minimus ya lo había traducido. Al menos me va a servir como practica y internalización… Lo veremos en mi blog (¿pronto?) también.

    Esperando ya ver tu libro,
    Amistosamente,
    Marc

Deja un comentario