Quinta semana: observa el sufrimiento

A lo largo de la semana presta atención al sufrimiento o la tristeza en todas sus formas, tanto en ti como en los demás. No solo el sufrimiento obvio o intenso, como en el caso de la pérdida de un ser querido, también el más callado o sutil, el cansancio, un gesto de tristeza, una mirada, una forma de andar levemente abatida, el temblor o debilidad
en la voz.

La muerte mata, la vida hiere

Si te fijas, verás que en el día a día hay muchas posibilidades de observarlo en ti y en los demás. Lleva contigo una tarjeta con la frase “Observa el sufrimiento”. Te volverás más sensible a tus emociones y sabrás cuando tus niveles de energía son bajos. También desarrollarás una mayor empatía hacia el sufrimiento ajeno y quizá una actitud más compasiva. Este ejercicio nos saca del ensimismamiento y nos hace más conscientes de
las necesidades de otras personas. La conciencia de este dolor o este sufrimiento propio y ajeno también hará que inicies caminos para atenuarlo.

38 comentarios sobre “Quinta semana: observa el sufrimiento

  1. Esta acción tiene algo de mágico. Puedes disolver la pena, el sufrimiento, sólo con hacerse consciente y con observarlo. Con la mirada se disuelve como un azucarillo.

    Nuestro sufrimiento no es más que una reacción de oposición de nuestro ego.

    ¡A por ellos, o eh!

    1. Muy bueno, «el que sufre es el ego». Yo no soy mi ego, yo soy el observador. Ahora tengo que encontrar la forma de experimentarlo hasta lograr comprenderlo de verdad. Atención plena. A seguir practicando.

  2. Tristeza por una oportunidad que se desvanece. Cuando se desvanece, la oportunidad se vuelve más brillante. La tristeza viene de la mano de la pérdida de algo potencial: de algo que pudo haber sido y no será.

    1. El primer rostro a observar es el nuestro en el espejo.
      La semana pasada las puertas pasaron de mi!!!
      En lucha con mi ego.

    2. tu crees? la tristeza también viene por lo que ha sido y se evapora en el tiempo… la tristeza es una emoción que nos habla… ni buena ni mala, esos conceptos ya no tienen connotación en mi forma de ser.

  3. Esta vez, atención a los demás. Atención a los sentimientos. Parece muy distinto a concentrarse en algo físico pero no tiene por qué serlo…

    Seguimos aprendiendo. Un saludo.

  4. Esta práctica la llevo realizando durante mucho tiempo. Los pequeños gestos de sufrimiento no me son ajenos y puede que tenga una especial tendencia a detectarlos e interiorizarlos. Los de los demás y los míos propios, que ya están interiorizados, claro. El problema puede que esté en la actitud con qué enfrentarlos, o más bien, en cómo no dispersarse uno mismo
    en los múltiples sufrimientos que le rodean. Pero me quedo con una idea: el sentimiento que queda tras la tristeza está limpio, brilla, puede que empañado por «la pérdida de algo que pudo ser», pero cada día hay miles de ocasiones en las que algo pudo ser. Y otras miles en las que algo ES.

  5. Mi cuaderno dice que ayer, martes, me salté mi obligación de anotar algo… Por tanto, cumplo con la sanción que me autoinventé el otro día: escribir ese ‘algo’ en este blog.

    De momento, voy regular con la consigna: solo tengo (casi) espacio para autoobservar y diseccionar mi tristeza. El fin de semana la atención plena me abandonó —o yo la dejé irse, quién sabe— y mantuve dos discusiones excesivamente acaloradas. Resultado: ánimo borrascoso, como el tiempo; tristeza por no haber encauzado y aprovechado mejor esas charlas.

    Parte mala: me hace sufrir no saber diluir mi ego como un azucarillo, que dice Flames; pero también darme cuenta de que, por más que sabía que estaba cansado y que mi situación anímica no era la mejor para esas conversaciones, me dejé embarcar y me salté todas mis prevenciones, señales de alarma, etc. Ni respiraciones ni puertas ni ruidos ni nada de nada: pasé olímpicamente de todo. Y así me fue, claro.

    Parte buena: como siempre que siento que la cago a lo grande —dentro de lo subjetivo que es eso de ‘cagarla’ y ‘grande’—, aprendí un montón. Recordé que me queda mucho trabajo de autocontrol por delante. Lavar y encerar, que diría nuestro senséi. Eso sí, volví sobre mi eje más deprisa que otras veces y diría que eso tiene alguna relación con nuestras prácticas semanales: tengo más autoconciencia de que debo tener autoconciencia.

    Por último, he adquirido dos compromisos conmigo mismo (ay, ay):

    1) He declarado febrero como el mes sin polémicas ni discusiones (en cualquier ámbito).
    2) He elegido como mantra para el 2014 una frase del Tao que me gusta mucho y aplico a trancas y barrancas: «La calma es dueña de la agitación».

    Ya sé que hay niveles y niveles de agitación; pero, dado mi historial de discusiones homéricas, prescribirme calma es garantizarme una agitación normal. De paso, así aminoro la tristeza y aprovecho mejor mi energía.

    Hala, cumplida la sanción.

    PD. Me falta pensar las sanciones en caso de incumplimiento de (1) y (2). Por ahora, admítase un pecadillo de procastinación, pero ya se me ocurrirá algo. 😉

  6. pensar en el sufrimiento me hace más consciente del sufrimiento ajeno que del mio propio. Pienso más en los demás que en mí misma y me encanta. Dejar de mirar mi ombligo es una sensación fantástica que hace ya meses que trabajo y que aligera mis pensamientos egocéntricos. Mi mantra para este año es la impermanencia y mi frase mágica: respiro cuando sé que estoy respirando!

  7. Hola!!
    Complicado se me hace expresar lo que esta semana está suponiendo. La semana pasada, fui consciente de que no existen tantas puertas en mi devenir diario y que me venían a la mente frases en las que, se incluía a una puerta para hacer referencia a dejar atrás un conflicto o una tristeza «cierro esa puerta para no volver a recordar» o «ya he hecho lo que debía, cierro esa puerta y abro otra». Las pocas puertas que tengo que abrir en el día, las traté (y las trato) con cariño, a la par que sonrío. Añadí los cajones, esos si que tengo muchos por abrir y cerrar y el paralelismo de «guardar en un cajón» me viene de vez en cuando a la mente.

    Pero esta semana, me está resultando muy complicado ser consciente del sufrimiento ajeno sin «sufrir» una serie de consecuencias, que no sé muy bien como «gestionar». Es esa empatía llevada al máximo, que en vez de observar el sufrimiento ajeno, lo hago mío e intento resolver cualquier situación. No solo calmar ese sufrimiento, sino de pronto, ser la artífice de aquello que pudiera hacerse para aliviar el dolor. Es una parte de mi, que yo llamo «mochilera». Asumo para mi las «mochilas» de los demás. Entendiendo «mochila», como ese equipaje que todos llevamos con nosotros mismos, con nuestras responsabilidades, con nuestra historia, con nuestra forma de ser. Y si no consigo ayudar o resolver, aparece una gran culpa.

    Esta actitud por mi parte (¿es una actitud?) la he observado desde hace unos 8 o 10 años atrás (antes no era ni consciente de ello) y aunque intento gestionar esa culpabilidad y ese correr raudo a resolver y a paliar el dolor, no lo consigo. No consigo observar el dolor, sin impregnarme de él e incluso, llegar a olvidar el mío.

    Eso si, he mejorado mucho en mi parloteo interior. ¡Algo es algo!

  8. Complicada semana la presente.

    Si el final de la semana ya me costo con la incursión del virus de la gripe por mi cuerpo, está me está resultando más complicada, aunque no cejo en el empeño, y aunque como dije una vez, estoy alcanzado la consciencia de lo inconsciente que soy buena parte del tiempo, voy mejorando pasito a pasito, mucho error pero más y mejor aprendizaje.

    Seguiremos observando el sufrimiento, respirando con los sonidos, interiorizando la postura y reverenciando a las puertas, lo importante es avanzar.

    1. Lo que me sorprende, Roberto, es que gente como tú, que ha practicado yoga y adivino que algún otro tipo de meditación anteriormente, diga que es muy inconsciente en el día a día.

      Lo que me lleva a pensar que la meditación formal no se extrapola con facilidad a la vida cotidiana. Es como si tuviéramos una mente que es capaz de enfocarse si estamos en un tiempo especial de yoga o meditación sentada, pero que es incapaza de comparecer en las actividades cotidianas.
      Es por eso que considero que este enfoque de mini-meditaciones cotidianas tiene más potencia a la hora de adoptar una actitud vital más centrada y consciente.

      1. Es como practicar en un monasterio o en un campo de batalla. Todo vale, todo suma. ¿Quién sabe lo que nos hará despertar?

      2. Habrá que preguntarle a Roberto qué rama concreta de Yoga. Por otra parte, ejercitar esa «meditación formal», como la llamas, es para poder usarla en la «vida cotidiana», aunque sea en medio de la batalla más horrorosa.

        Conceptos superficiales llevan a conclusiones superficiales. 😉

  9. Quinta semana. Observar el sufrimiento.

    Sigo aquí. Escribo cada día y comento cada semana.

    Intento recordar la práctica: observar la ansiedad, la postura, los sonidos, los gestos y el sufrimiento.

    Hay disparadores que me ayudan a recordar. Los mejores son la campana y el timbre del móvil y esta semana llevo encima una ficha de cartulina con las cinco prácticas, pero no me acuerdo de mirarla.

    Este curso, realizado en grupo, es una gran motivación. ¿Acaso estaría yo ahora realizando estas prácticas si las hubiera leído simplemente en cualquier libro? Yo creo que no.

    Intento practicar expectativas para no crear ansiedad. Trato de considerar los resultados como efectos colaterales. Dos ilusiones, serenarme y darme cuenta de las cosas, ser más consciente.

    Este ejercicio me resulta difícil porque tanto las acciones como los resultados son intangibles y producen menos retroalimentación, aunque en realidad, sufrir y pensar inconscientemente en el sufrimiento es lo único que hago. Lo difícil es observarlo desde fuera, conscientemente, desde la postura del observador. No es lo mismo caer en una espiral de pensamientos negativos o sufrir que observar el sufrimiento.

    Observar el sufrimiento ajeno despierta mi compasión y empatía, pero observar el mío me produce tristeza. Esta semana estoy desanimado y preocupado. ¿Pero quien sabe? Los caminos del señor son inescrutables y puede que habitar en el fondo del pozo de manera voluntaria y consciente sea una oportunidad para hacer descubrimientos y comprender.

    Un abrazo a todos.

  10. Hola a todos!
    Es la primera vez que comento aunque os acompaño desde el principio. Gracias por todas vuestras aportaciones y por esta compañía. Definitivamente juntos es más fácil.

    He seguido con atención los retos de cada semana y el primero me llevo a algo muy gracioso. Mi disparador eran los wassaps, después de respirar se me olvidaba contestar, se me olvidaba que estaban ahí. Lo he ido manteniendo y me está ayudando mucho.

    Las puertas han sido un descubrimiento para mi…¡las trato fatal! Todavía estoy intentando darle algún sentido a la sensación que me produce abrirlas a toda velocidad y cerrarlas igual, en ambos casos de forma un poco brusca.

    Esta semana también esta siendo difícil aunque muy reveladora. Estoy constatando algo que ya sabia, exceso de empatia. No me cuesta nada empatizar con el sufrimiento de los demás, lo veo rapidísimo, puedo hasta llegar a sentirlo, pero ¿y el mio? El que llevo yo por dentro disfrazado entre pensamientos que me distraen de lo que realmente me pasa no lo veo tan claro. Me cuesta mucho reconocer emociones como miedo o tristeza, las aparto rápido y sigo (¡como las puertas!) Así que me estoy conectando mucho con mis propias emociones, no solo el sufrimiento, esta semana la rabia está muy muy presente…

    Mi mantra, como la canción de Drexler «amar la trama más que el desenlace» es lo que más uso para volver al presente y confiar en que lo que hago hoy, aquí y ahora, tiene importancia, significado y valor para el futuro.

    Feliz viernes a todos!

    PD: Creo que no estoy en la lista de los que nos comprometimos a estos retos.

  11. Esta semana esta siendo de las mas reflexivas para mi. Trabajo en un instituto y, como suponeis, es un sitio donde se observa el sufrimiento sin tener que fijarte demasiado. Pero esta semana, al prestarle mi atencion, he descubierto muchas formas en la que este se da. En especial he visto miedo, debilidad y agobio de personas buenas ante el acoso de compañeros. Tambien he visto sentimientos de humillacion, de frustracion ante la idea de no comprender algo, y sbretodo, desgana. Tambien he visto el sufrimiento mucho mas escondido en esas personas que acosan a los demas. Aunque he tomado parte en la solucion de estas situaciones, ha sido triste de observar. El sufrimiento encoge el alma de las personas.

  12. Con la realización de esta practica me he dado cuenta de que reacciono de forma diferente en cuanto a la observación del sufrimiento. Si se trata de un sufrimiento sutil como puede ser una mirada un gesto de cansancio , tristeza reacciono intentando ayudar , buscar una solución, empatizando con esa persona.. En cambio observar el sufrimiento más intenso ( muerte, enfermedad incurable, probreza) me paraliza es como si quisiera mirar hacia otro lado, obviarlo como sino existiera, en definitiva «Ojos que no ven corazón que no sufre», de ahí la utilidad de este ejercicio te hace ser mas consciente del sufrimiento ajeno que casi en mi opinión hemos aprendido a obviar.( Me refiero claramente al sufrimiento intenso de personas ajenas a nosotros es decir fuera de nuestro circulo mas cercano). Muy interesante el ejercicio te hace pensar.
    Encantada de participar en el curso, he comenzado tarde pero espero aprovecharlo al máximo.

  13. Maravillosas noches a todos! La verdad es que es una sensación muy especial saber que a mi lado estan un monton de personas conectadas con las mismas experièncias. Me siento gratamente acompañada.
    Deseo los momentos de silencio.
    El manejo de las puertas aún está en exceso automatizado. No hay manera de ser gentil con la puerta del coche. Al ir a abrirla ya estoy pensado en donde voy y cuando la abro ya pienso en lo que tengo que hacer en dónde estoy. Buf!
    La semana del sufrimiento……creo que al observarlo me ha ayudado las respiraciones profundas que he hecho y que he ofrecido a las personas.
    Soy muy conciente de que con estas cinco semanas he logrado estar mucho más en mi misma. Todas las acciones llevadas a cabo se reflejan en mi estado.
    Feliz domingo y hasta pronto!

  14. ¿Por dónde empiezo? ¿Sufrimiento? Lo hay y mucho, muchísimo por nuestro alrededor. Eso me subleva. Lo observo y como algunos de vosotros, demasiada empatia, demasiada compasión. Observo como se utiliza el sufrimiento como arma de poder frente a los demás.
    ¿Por qué lamerse tanto esa vieja herida? ¿Acaso aumenta nuestra importancia personal por exhibir nuestras antiguas heridas? No quiero crear sufrimiento, pero tampoco participar del de los demás. Quiero ser el eslabón roto.
    El dolor es pasajero y no es tu elección y por eso voy a ayudarte a paliarlo. El sufrimiento lo escoges tu, hazte responsable de ello.

  15. Aunque la semana pasada no comenté, sigo aquí. Estoy perdiendo un poco de fuelle a la hora de escribir… tanto aquí como en la libreta 🙁 Sobre las puertas creo que la semana anterior no entendí muy bien la práctica y tras la explicación del domingo, lo he vuelto a intentar esta semana con resultados interesantes: frenar la inercia de salir y entrar demasiado deprisa, parar pensamientos automáticos al cambiar de espacio físico (muy útil al salir del trabajo y desconectar), etc.
    Sobre el sufrimiento… creo que tengo facilidad para identificar los sentimientos agenos, así que no me ha costado. Lo he practicado en el metro donde puedes observar con cierto disimulo las caras de quienes te rodean.
    Gracias a este compromiso propio y de quienes escriben por aquí y a la ración semanal de revisión + nuevo reto creo que algo estoy consiguiendo… seguimos…

  16. La práctica de esta semana ha sido dura para mí.Soy de los que sufren sin resignación y me parecía muy complicada. Hoy me he dado cuenta, en la revisión, que no hay que negar las emociones negativas.
    Gracias

  17. Observar, difícil tarea, primero debo ser consciente de que debo observar.

    Me es difícil pasar del pensamiento automático inconsciente al pensamiento manual consciente.

    He observado el sufrimiento a posteriori, en mí.

    He ha servido para enfocarlo en la consciencia, hacerlo consciente, sacarlo a flote te hace darte cuenta de la cantidad de energía que se va en ello.

    Inevitablemente he ma sugerido parar de sufrir, tomar el control, pero cuando vuelve a venir vuelvo a perder el control y a sufrir.

    Bien.

    Progreso: Hice consciente el sufrimiento, no siempre, pero va saliendo.

    Dificultad: Me paso al pensamiento automático, inconsciente.

    Intención: «Antes del santori cortar leña, acarrear agua, después del santori, cortar leña, acarrear agua». Lo siento me resuena constantemente en la cabeza como un mandra.

    Hábito: Sigo respirando con el disparador de la app Mindfulness, esto me alivia mucho y me trae al presente.

  18. Semana dura que me ha costado mucho llevar a la práctica.

    Antes unirme a la experiencia de Ani con las puertas. La semana pasada no llevé muy bien la práctica, y se me escapaban muchas de las prácticas. Esta semana, después de leer el resumen de la anterior, tratando de aplicar el sentido de cambio, me ha ido mejor con las puertas.

    Lo que me lleva a pensar, que aparte de no ser aún capaz de ser consciente en determinadas situaciones, posiblemente me esté faltando esa actitud exploratoria y curiosa, ya que hasta que no he tenido el sentido, no he sido muy exitoso con la práctica.

    Sobre el sufrimiento y la pena, estos me desbordan ahora mismo, tanto los personales como en mi entorno cercano, pero leyendo comentarios de compañeros y viendo el resumen de la semana, veo que aunque he podido percibir de manera consciente (sólo algunas veces) mi sufrimiento y el cercano, o más bien el dolor y la tristeza? he dejado que mi reacción sea la habitual y se ha generado la espiral chunga de retroalimentación que comentáis, regocijándome en el propio sufrimiento. chungo.

    Otra cosa chunga, me veo bastante cerrado actualmente al dolor y sufrimiento menos cercano, y no me gusta.

    Veamos cómo soy capaz de madurar esta práctica, y vamos con la de la siguiente!

  19. Yo quería comentar que he encontrado algunas dificultades en observar a los demás. La gente no está acostumbrada a que la miren y más de una vez se cruzaban mis ojos con los de la persona observada y me veía obligada a desviar la mirada. No es tan fácil observar a los demás…
    Por otra parte esta práctica me ha servido para dejar fluir más mis emociones, sin acallarlas. De hecho ayer experimenté una gran tristeza y cuando dejé pasar un rato escuchándola atentamente encontré su causa y pude atajarla. Este es un comportamiento poco habitual en mi (soy más de acallar autosugestionándome) pero lo encontré mucho más efectivo y liberador.

  20. La única forma que tengo de recordar esta práctica es con una notita pegada en la puerta del zaguán de mi casa. Hay días en que miro por la ventana y nadie esta sufriendo, pero me miro a mi mismo y me encuentro con un poco de dolor, otras veces abatido o estresado…

Responder a Herman Cancelar respuesta