Cómo perder el alma en tres cómodos pasos

Siempre has querido saber cómo hacer desaparecer la poca parte espiritual que te queda. Tu pragmatismo todavía no es completo y tu vida todavía no es sencilla. Desde el punto de vista del minimalismo diabólico, el alma no la carga el Diablo, sino el Divino; es una parte que has de vaporizar para adaptarte mejor al mundo que te ha tocado en la tómbola existencial.

No hay una receta única para perder el alma, puesto que los caminos a la pérdida de uno mismo son tan inescrutables como variados, pero sí que hay maneras más probables de desalmarte y que están al alcance de cualquiera. Puesto que no buscamos lo excelso, no tendremos que molestarnos con lo arduo.

Aingeru elbarritua

1. Niega el carácter aleatorio del mundo y su complejidad inherente

Para obviar lo complejo e incierto, busca lo complicado y seguro. A partir de ahora, las recetas de todo tipo –culinarias y de crecimiento personal– han de sustituir a tu pensamiento.

Haz una búsqueda rápida en google o acude a la farmacia del gurú de la autoayuda más cercano y empieza a pedir recetas para cualquier actividad o mejora que quieras generar: Empieza con «Las 10 claves del éxito en la vida»; sigue con «El secreto de la felicidad eterna en un retiro Zen de fin de semana; no te olvides de «El camino hacia el yo transcendental quedándote transpuesto mirándote el ombligo»; «Cómo tener un cuerpo 10 en diez minutos»; «Eres lo que comes; no comas, cerdo» (las comas son importantes); «La ley de la atracción atraerá tu dinero al próximo vendedor de crecepelos».

Has de cuidar tus creencias y emociones, no sea que te dé por inquirir si las recetas tienen sentido, así que acude al curso de un Coach certificado en PNL que te haga caminar sobre las brasas con música de Rocky mientras te abrazas a la prójima más cercana como si no hubiera mañana.

Siempre que tengas un problema, busca un maestro en la guía de teléfonos y pide una solución rápida. Realmente, no tiene que darte solución, solo tiene que hacerte sentir bien.

Si todo esto falla, aprende a bailar la danza de la lluvia y sacrifica a una virgen embarazada y un cordero lechal en el templo de la nada.

2. Sustituye la trasnochada y fascista fuerza de voluntad por el sé tú mismo.

Desconfía de cualquiera que te diga que se necesita esfuerzo para lograr algo o que tú eres el responsable de tu vida.  El esfuerzo requiere fuerza de voluntad, que es cansada y triste; la espontaneidad, aunque sea la de la hoz y la coz, es siempre más genuina, más natural, más tú. Te convertirás en un manojo de impulsos bellos y genuinos. Serás polvo, mas polvo enamorado. Serás un gilipollas, pero un gilipollas enamorado.

También deja de culparte por tus aflicciones o desventuras. La sociedad, el jefe (y la jefa que tienes en casa), tus padres, el capitalismo salvaje que no te pone un piso y te paga la cena, los vecinos ruidosos, tu mala estrella. Todos esos son los culpables. Ni culpa ni vergüenza, que otros te saquen las castañas de tu fuego. Repite conmigo: «alguien debería hacer algo».

3. Apela a lo natural para olvidarte de reflexionar sobre lo moral

A partir de ahora actuarás iluminado por la revelación naturalista: lo que es natural es bueno. Y no te olvidarás de la revelación moralista: lo que es bueno es natural.

Si algo es espontáneo, te sale de las vísceras (no del alma, porque a estas alturas ya no tienes), entonces es bueno. No pienses más, no mires más allá. Lo que te sale, lo que te apetece, lo que sientes aquí y ahora es lo bueno; aunque mañana y en otro lugar sientas otra cosa. Todo es relativo. Relativo a tu ombligo.

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18 comentarios sobre “Cómo perder el alma en tres cómodos pasos

    1. No hay que perdonar nada ni a nadie. Todos son culpables. El gobierno tiene que hacer algo. Exterminemos a los vecinos ruidosos. Prohibamos algo. Permitámonos algo más. Todo es sencillo ahora. Todo es fácil. El mundo es al fin un lugar moralmente transitable. Hobbits y orcos, ying y yang. Y el enano de la maza mofándose de todos. Los elfos sonrojados. Se acabó la lucha. Fiesta en la casa de campo de Shrek. Fiona ha cocinado buñuelos para todos. Que corra el vino.

  1. Esto de que todo es realtivo a tu ombligo me gusta muchísimo. Lo aplicaré. Me haré diabólica, oh gran sabio 😉 Y ya puestos a remendarme, dejaré de predicar lo del esfuerzo, tienes razón, no es natural.

    Me preguntaba en qué andabas, tan silencioso tú últimamente.

    1. Maquinando, siempre maquinando. La calma antes de la tempestad. Ayunando, duchándome con agua helada, sobreviviendo estoicamente, recogido en mis cuarteles de invierno esperando la primavera en mi corazón. Los preparativos para los fuegos artificiales y la «Gran Fiesta». Atizando el caos interior para alumbrar una estrella danzarina.

  2. No me lo digas, esta entrada ha surgido a partir del aluvión de artículos en revistas y periódicos hablando de cómo lucir tipazo este verano, a estas alturas y de buen rollo comeflorista, sin decirte que pases más hambre que un caracol pegado a un espejo. O a lo mejor es que estoy proyectando en ella porque como alguna lerda comparta otro artículo así y yo lo vea voy a reventar.

      1. Para ir de agudo se te da bastante mal pillar según que cosas, hijo mío. Sin acritud. Me lo paso bien con tus entradas, but still.

  3. Yo creo que es la reacción al olor a refrito de las frases buenistas. En realidad aún vivimos, sobre todo en España, en un eterno mayo del 68. La autoridad no sirve de nada, debajo de los ladrillos está el mar, y solo hay que cantar canciones que hablen de flores y de amaneceres.

    Como la cola de una lagartija, la sociedad sigue caminando después de cortada de su motor, el trabajo duro. Pero sólo durante un rato, después se va frenando cada vez más hasta que se para del todo. Y entonces todo comienza de mundo. Se acaban los mitos de abrir la boca y gritar como un pájarillo gritando alimento, porque nadie puede venir a dar alimento, y el ciclo eterno de la vida, pasa el punto y seguido de la muerte y vuelve a comenzar.

    1. Al fin alguien que da con el simple mensaje de mi artículo (en el párrafo dos, a partir de cola de lagartija).
      A ver si Mortizzita la fantástica aprende de tu cacumen y capacidad de síntesis. Ya está bien de humo retórico. Necesitamos que alguien disipe la niebla con entusiasmo.

  4. Perdón pero no entiendo nada. ¿Hay que tomar los puntos 1, 2, 3 al derecho o al revés? ¿Hay que tener fuerza de voluntad o es algo fascista? Ironía y contra ironía y no se cual es la intención del artículo. Si alguien me lo explica más clarito, se lo lo agradezco. Gracias

      1. De nada. Con diversas entradas del blog se puede estar de acuerdo o no. Pero nadie negará que hacen pensar. ¿Se puede pedir más?

  5. Pero, si no siento nada por nadie, pero aun asi hago expresiones con mi rostro y mi cuerpo, aunque sea un patan cuando este solo pero con la multitud intento ser bueno… a pesar de que lo unico que me guarden sea odio y rencor al expresarme un enorme »callate» pero no pueda sentir ganas de pelear, odiar, amar ni rendirme pero solo siento una profunda y extensa tristeza. Esa tristeza podria significar que aun conservo mi alma? O es completamente todo lo contrario y solamente me lamento de que la he perdido?

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