Mear fuera del tiesto y atención plena

— Papáaaaa, tu amigo ha hecho pisss fuera de la taza… y me da mucho asco…

Entonces entra el papá (y presunto amigo) en el salón  y me espeta lo que le acaba de decir su hija de 8 años: «Mira lo que me acaba de decir Lucía…». No tiene ningún reparo en ponerme en ridículo y usar la munición de la que dispone.  Cree que va a neutralizar mis andanadas verbales sobre lo divino y lo humano y los grandes temas… y sí… cree bien… había visitado el cuarto de baño hace unos minutos, no tengo escapatoria;  por un momento me sonrojo, al menos interiormente. intento poner cara de póker, aprieto la mandíbula,  observo la tormenta emocional interior y siento el bochorno.

Con una leve sonrisa,  la mujer de mi presunto amigo, como intentando quitar hierro al asunto, dice:

–Pero si tú lo haces siempre también… Es que no apuntáis. –(a dios gracias que hay espíritus compasivos, me digo).

Meando fuera del tiesto

No digo una palabra. No sé qué podría decir, me concentro en saborear la sensación de vergüenza, respiro conscientemente tres veces,  me siento como el niño de diez años al que hace ya muchos años su tío le hizo volver al cuarto de baño y le indicó la  necesidad de subir la tapa para no derramar el líquido. Creo que no he progresado mucho.

Por qué traigo este escatológico tema a colación

Porque esto no es más que un exponente de una forma de funcionamiento mental. En vez de fijarnos en lo que estamos haciendo tenemos la mente en nuestro parloteo interior, en un mundo virtual que construimos con frases del pasado y anticipaciones del futuro. Hemos olvidado el mundo sensorial, el mundo de los sentidos, el mundo de lo que está aquí, delante de nosotros.

Por qué. Porque siempre hay algo más importante esperándonos y siempre hay algún peligro que estamos anticipando. Porque siempre hay algún escenario futuro mejor que el escenario presente. Vivimos conjugando cualquier tiempo verbal excepto el presente continuo.

Eso es lo que nos hace humanos. Es parte de nuestra naturaleza. Pero la vida social lo exacerba con los planes, las fechas límites, los proyectos con fecha de caducidad, los cálculos financieros, los tipos de interés y los periodos de maduración de las inversiones que hacemos en nuestras vidas.

Y sabemos que gran parte de este parloteo es inútil –la mayor parte de las tragedias de nuestra vida nunca llegan a ocurrir–, genera ansiedad que se retroalimenta, no hace que hagamos más cosas, ni que emprendamos acciones constructivas, drena nuestra energía, nos hace fruncir el ceño y apretar la mandíbula.

Y como el agua que sostenemos en las palmas de las manos, el presente se nos escapa entre los  dedos.


Hand & Water

Ya me siento mejor, pasó el chaparrón,  ahora intento llevar la conversación a otro tema. Se ha olvidado el episodio, puedo seguir arreglando el mundo con mi amigo (ok, ya no es presunto, pero ya conoces las intermitencias de la simpatía y la antipatía).

Me juramento. No volverá a ocurrir, toma nota, el bochorno pasará, pero has de extraer la lección: pon más atención en lo que haces. Usa este estacazo de  vergüenza para cultivar la atención plena. Hay consecuencias sociales. Ya tengo otra oportunidad cotidiana para estar más presente en mi propia vida. Y así surgió mi Curso de atención plena. Como una forma de evitar el bochorno. Me gustaría tener razones más espirituales, pero mis razones son las que son. Si te gustan bien, y si no, pues tengo otras.

11 comentarios sobre “Mear fuera del tiesto y atención plena

  1. Siguiendo con el tema, nada mejor para cultivar tu atención plena en ese momento que estar en un bar y que se apaguen las luces. Ahí o alcanzas la iluminación o sales con los zapatos mojados. Ommmmm

  2. Mi motivo para seguir un curso como éste es una actitud de mejora continua… una crisis existencial que hace pocos meses me trajo por el camino del budismo… y la consciencia de que mi falta de atención cuesta la vida a caracoles cuando paseo.

    Un abrazo a todxs.

  3. muy bueno lo escrito hoy.qué cierto es. le estoy poniendo ganas al Curso y me doy cuenta que cuando logro estar en el presente, tan sencilla es la Vida! Abrazos

  4. por todos conocido que siempre estamos en el pasado y en el futuro… pero alguien sabe por qué no nos gusta nuestro presente? por qué no nos gusta nuestra realidad? por qué soñar es mejor? por qué ni siquiera sabemos que es estar en presente? ummmm ideas hirvanadas deconstruyendoye. Me respiro, me posturizo y me escucho

  5. Krishnamurti decía que el problema de la voluntad era que nuestra atención estaba absorbida por nuestras preocupaciones, y por tanto lo que debíamos que hacer era empezar por ocuparnos de solucionar aquello que nos preocupaba.

  6. Anoche tuve una comprobación directa de la necesidad de «poner la atención en el momento presente» (ya lo sabía intelectualmente, pero esta comprobación no tuvo pérdida). Fue así: tenía en la mano el cable del cargador del móvil, que, como muchos modelos, tiene una punta que va al móvil y otra que puede ser terminal usb para el ordenador o meterse en un adaptador para el enchufe eléctrico, para ser cargado. Bueno, pues sin el adaptador estaba queriendo colocar la punta con terminal usb en un enchufe de dos patas (!!). Esto duró unos segundos, los suficientes para que me dijera, de pronto, a mí misma: «¿Pero qué haces? ¿Que no lo estás viendo?» Choque realidad-ojos-mente… pues evidentemente no lo estaba «viendo»… Y me dije: «Que sí, que sí, que esto es lo que tengo que practicar…»

  7. Aquí os traigo mi experiencia.
    Yo, como hombre, siempre he orinado de pie.
    Cuando mi hija era pequeña, adquirió la costumbre de no dejarme mear (básicamente se agarraba a mis piernas y me zarandeaba); para evitar esta actitud, empecé a mear sentado. En dos palabras, «im presionante»: me relaja, evita salpicaduras, es bueno para la próstata, mi pareja está encantada y hago una cosa consciente y elegida (vivo el presente, jajaja).
    Se ha convertido en un ritual que ya forma parte de mí desde hace 10 años y que recomiendo a todos mis amigos. Algunos, hasta me lo han agradecido.

    Si lo ponéis en práctica, os sentiréis extraños al hacerlo de pie.

    Nota: sólo en baños «seguros».

  8. Que bueno y que razón llevas,me ha venido al pelo pues ayer precisamente me di cuenta que casi todo lo extrapolo al pasado, que mezclón de emociones, me da un miedo terrible el pensar que me tiene agarrada y encima aun me siento mas perdida y confusa.

Deja un comentario