Revisión después de la acción

La semana pasada me comprometí a mantener un ayuno de información de 6 días.

En términos generales ha sido un gran éxito. Nunca me había mantenido voluntariamente en un ayuno de medios de comunicación tan prolongado.

Observaciones sobre el experimento:

  • Al principio una cierta sensación de vacío. Pudo derivar en una leve angustia en algunos momentos.
  • Mucha más claridad mental según pasaban los días. En cierta manera, creo que el flujo constante de input externo genera una especie de embotamiento mental. Es como estar estimulando constantemente el cerebro, y como si  éste  para defenderse se sumiera en un estado semi-narcotizado.
  • Sensación de que me concentraba con más facilidad y con más intensidad.
  • Más capacidad para establecer prioridades.
  • Sensación de que mi mente inconsciente podía trabajar más intensamente sobre problemas de trabajo gracias a la reducción del input informacional externo.
  • Muchas tentaciones de volver abrir el grifo de la información. Pero remitían rápidamente.
  • Necesidad de sustituir el input perdido por otros inputs. La sustitución fue en general provechosa, pues lo sustituí por algo más de vida social en 3D.
  •  Se corroboró, por lo tanto, la ecuación fundamental de la experiencia vital.
  • Muchas más ocurrencias inteligentes. Supongo que había más espacio mental para que pudieran emerger a la conciencia.
  • El compromiso público contribuyó a mantener el compromiso personal.

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